BellMalena
Clásico
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- 16 Jun 2005
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Pensemos por un momento, como funciona ese mecanismo ancestral del abordaje sexual. Dos personas que no se conocen, pero una de ellas decide pasar a la acción, toma la iniciativa y con mayor o menor destreza, se vale de todas las artimañas posibles para abordar a la otra y conseguir del modo que sea llevársela al catre.
Al de ser abordadas estamos acostumbradas las mujeres desde siempre, es mas, estamos predispuestas. Y tanto hombres como mujeres tenemos asimilado que este mecanismo funciona así, ellos atacan y nosotras aceptamos o rechazamos su estrategia.
¿Pero, que ocurre si se le da la vuelta a la tortilla y son ellas las que atacan?
Muchos de vosotros diréis, que si de repente se os acerca una mujer y os dice que quiere rollo, vosotros no os lo pensáis y decís que si rápidamente.
Así que he decidido hacer un experimento para estar más segura:
He escogido una victima al azar en una cafeteria.
Me he sentado en una de las mesas de la cafetería delante de un individuo bien parecido, el elemento en cuestión, hablaba por el móvil con alguien ... Estaba claro, ese seria mi primera cobaya. En cuanto ha colgado el teléfono, le he mirado fijamente a los ojos con una leve sonrisa, me he levantado de mi silla con decisión y he avanzado hasta su mesa, me he sentado delante y le he dicho:
-¡Hola, me llamo B., estaba pensando, que si te apetece, podríamos ir ahora al lavabo de minusvalidos y echarnos un polvo! ¿Que me dices?¿te apetece?
El tipo se me ha quedado mirando, ha mirado alrededor como queriendo encontrar la cámara oculta, se ha reído, me ha preguntado si yo tenia por costumbre el entrarle a todos los tíos así, yo le he dicho que normalmente no, pero que en aquel momento me había apetecido preguntárselo a el. Entonces me ha empezado ha soltar un rollo tremendo, diciéndome algo así como que, entendiera que no era normal que fuese preguntando eso a todo el que se me pusiera por delante, yo le he preguntado que por que y el ha seguido con su rollo de que porque no era normal, que si le parecía muy raro que una chica tan guapa como yo hiciese eso, etc, etc. ¡Menudo sermón!.
Así que ante el primer fracaso he estado reflexionando un rato, he pensado que quizá la maniobra había sido demasiado brusca y directa, que con mi próxima victima actuaría con algo mas de tacto y sutileza.
En la maquina del parking he coincidido con un muchacho, que no savia como funcionaba el aparato, yo muy simpática, le he ayudado a sacar el ticket y luego he aprovechado para entablar conversación con el, cosa que no me ha costado mucho, pues el enseguida ha empezado a hacerse el gracioso para intentar ligar, así que como he visto que el muchacho estaba receptivo, tras diez minutitos de conversación, le he hecho la preguntita:
¿Quieres venir a los baños a echar un polvito conmigo?
Entonces el me ha dicho que no sabia, que le pillaba desprevenido, que le había cogido en un momento en el que no sabia lo que me tenia que decir, y que ya le gustaría, pero que ahora tenia un poco de prisa,(mentira fijo,) pero que si quería podíamos darnos los teléfonos y quedábamos otro día, me he limitado a decirle que era raro pero que no tenia teléfono, todo esto ha transcurrido entre risas nerviosas, la despedida ha sido de lo mas rara, me ha dado dos besos y ha salido disparado.
No me he sentido con fuerzas para seguir con el experimento.
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¿A QUE SE DEBEN ESTAS REACCIONES?..¿INSTINTO, TRADICION O COSTUMBRE?
Al de ser abordadas estamos acostumbradas las mujeres desde siempre, es mas, estamos predispuestas. Y tanto hombres como mujeres tenemos asimilado que este mecanismo funciona así, ellos atacan y nosotras aceptamos o rechazamos su estrategia.
¿Pero, que ocurre si se le da la vuelta a la tortilla y son ellas las que atacan?
Muchos de vosotros diréis, que si de repente se os acerca una mujer y os dice que quiere rollo, vosotros no os lo pensáis y decís que si rápidamente.
Así que he decidido hacer un experimento para estar más segura:
He escogido una victima al azar en una cafeteria.
Me he sentado en una de las mesas de la cafetería delante de un individuo bien parecido, el elemento en cuestión, hablaba por el móvil con alguien ... Estaba claro, ese seria mi primera cobaya. En cuanto ha colgado el teléfono, le he mirado fijamente a los ojos con una leve sonrisa, me he levantado de mi silla con decisión y he avanzado hasta su mesa, me he sentado delante y le he dicho:
-¡Hola, me llamo B., estaba pensando, que si te apetece, podríamos ir ahora al lavabo de minusvalidos y echarnos un polvo! ¿Que me dices?¿te apetece?
El tipo se me ha quedado mirando, ha mirado alrededor como queriendo encontrar la cámara oculta, se ha reído, me ha preguntado si yo tenia por costumbre el entrarle a todos los tíos así, yo le he dicho que normalmente no, pero que en aquel momento me había apetecido preguntárselo a el. Entonces me ha empezado ha soltar un rollo tremendo, diciéndome algo así como que, entendiera que no era normal que fuese preguntando eso a todo el que se me pusiera por delante, yo le he preguntado que por que y el ha seguido con su rollo de que porque no era normal, que si le parecía muy raro que una chica tan guapa como yo hiciese eso, etc, etc. ¡Menudo sermón!.
Así que ante el primer fracaso he estado reflexionando un rato, he pensado que quizá la maniobra había sido demasiado brusca y directa, que con mi próxima victima actuaría con algo mas de tacto y sutileza.
En la maquina del parking he coincidido con un muchacho, que no savia como funcionaba el aparato, yo muy simpática, le he ayudado a sacar el ticket y luego he aprovechado para entablar conversación con el, cosa que no me ha costado mucho, pues el enseguida ha empezado a hacerse el gracioso para intentar ligar, así que como he visto que el muchacho estaba receptivo, tras diez minutitos de conversación, le he hecho la preguntita:
¿Quieres venir a los baños a echar un polvito conmigo?
Entonces el me ha dicho que no sabia, que le pillaba desprevenido, que le había cogido en un momento en el que no sabia lo que me tenia que decir, y que ya le gustaría, pero que ahora tenia un poco de prisa,(mentira fijo,) pero que si quería podíamos darnos los teléfonos y quedábamos otro día, me he limitado a decirle que era raro pero que no tenia teléfono, todo esto ha transcurrido entre risas nerviosas, la despedida ha sido de lo mas rara, me ha dado dos besos y ha salido disparado.
No me he sentido con fuerzas para seguir con el experimento.
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¿A QUE SE DEBEN ESTAS REACCIONES?..¿INSTINTO, TRADICION O COSTUMBRE?