Lo de las peonzas era mítico, se hacía un círculo de tiza, y había que hacerla bailar habiendo tocado al menos una vez dentro del círculo.
Peonza que no hubiera tocado el interior del círculo o no bailase, se ponía en el centro, y todos los demás tiraban sus peonzas con el emocionante objetivo de romperla. Lo mejor era cuando se juntaban seis o siete en el centro, y entraba otra, ésa se ponía en pié en el centro del círculo formado por el resto, y si le dabas en el sitio adecuado podías partirla. También era mítico cuando se quedaba una bailando dentro del círculo, porque alguien gritaba 'virulusa' o algo así, y podías tirarle a muerte. Nunca supe que cojones significaba eso.
Lo divertido es que como todo el mundo tiraba con saña, salían rebotadas y siempre terminaba alguno con una brecha, así que el juego estaba prohibido en los recreos y jugarlo tenía el encanto de lo prohibiido.
Las peonzas mas míticas eran las de madera de boj y de úcaro, que eran las mas pesadas, y las mas efectivas partiendo las del resto del personal.
Yo tenía una coloreada con rotuladores, y otra con una armadura de chinchetas, que bailaba de pena, pero acojonaba.
Parece que esto era sólo en mi pueblo, alguien lo ha escrito ya tal cual:
https://xaime.net/2007/05/22/madera-de-jucaro/
El Mercedes teledirigido con cable también lo tuve, pero era una puta mielda que sólo iba para adelante o para atrás girando. Anda que no les pedí yo a los reyes coches teledirigidos, y siempre me traían el puto coche con dos direcciones sólamente: hacia delante y hacia atrás y a la izquierda.
Por cierto, este hilo es el amismo absoluto, menudos recuerdos.