Amroth Elendil
Veterano
- Registro
- 11 Abr 2006
- Mensajes
- 1.957
- Reacciones
- 90
Esta historia es bastante típica en el ligoteo nocturno, pero la voy a compartir con vosotros, ya que me pasó ayer mismo:
Ayer salí con mi amigo por un par de sitios. En uno de ellos, conocimos a 2 francesas de vacaciones en Barcelona hasta el sábado (perfecto) que no hablaban español y un poquito de inglés y aunque el primer ataque no fue aparentemente muy efectivo (los 2 le entramos a la misma y eso provocó que la otra amiga se pusiera celosa y se llevara a la homenajeada de paseo), al cabo de un rato una de ellas nos vino a preguntar dónde continuar la fiesta, porque el bar ya estaba cerrando. Nos las llevamos a una discoteca y ellas saludaron a unos tipos brevemente (¿?) y siguieron con nosotros para la pista (bien). Y ahí empezamos con la tontería: que si bailo contigo, que si te meto mano, que si te pego un muerdo... siempre teniendo presente que sería un error dejar de la lado a la otra amiga. Y para evitar rallamientos, yo me dediqué a tontear con las dos más o menos por igual. El problema es que, aunque mi amigo aún no lo quiere reconocer, los dos íbamos a por la morena y la otra, aunque no es que fuera fea, pues como que estaba de reserva para el que fuera más lento... Pero la cosa estaba en unas tablas absolutas: las dos se dejaban meter mano, las dos seguían el rollo (teniendo en cuenta que la morena era más guarrilla y estaba más suelta), nos las cambiábamos todo el rato... sólo nos faltaba decidirnos por una cada uno, pero mi amigo me decía que si a mí me gustaba la morena, que atacara yo, aunque él veía un feeling con ella (mentira, lo que pasa es que era la más guarra y se dejaba hacer de todo). A eso le digo que bueno, que si a él también le gusta la morena, que ataque él o que ataque a la otra para dejar claro el tema (diálogo de besugos absurdo). Pero el gañán de mi amigo no atacaba a la otra definitivamente y sólo bailaba y le metía mano y yo, que soy un puto marica, no me decidí a comerle la boca a la morena (eso sí, de morderle, besarle el cuello y de tocarle el culo me harté).
Mi amigo se pagó unos cubatas y unas cervezas de puta madre para todos y yo estuve demasiado rato tonteando con las dos, porque nadie se decidía a nada. Y creo que alargar esa situación de ambigüedad las cansó.
Me fui al lavabo un momento y cuando volví me encontré a mi amigo y a las dos francesas en otro punto del local y la morena bailando con un gañán igual que había estado bailando con nosotros (¡coño, si es el tipo que las saludó en la entrada!). Ahí hubo un pique y aunque el intruso seguía bailando con ella yo me metí y le hicimos un sandwich de puta madre. Estuve luchando hasta el final... hasta que el otro la coge, le da la vuelta y le come toda la boca. Ahí no sé qué ocurre, pero parece ser que la tía de la emoción le pega un cabezazo al tipo sin querer y le golpea bastante fuerte en la nariz... el maromo empieza a sangrar como una marrana y se va al lavabo, jajajaj. Aunque sabía que estaba todo el pescado vendido, aproveché el lapsus para pillarla otra vez y resobarla un poco. La otra amiga ya hacía rato que se había sentado ("estoy cansada", etc) y aunque el amigo del nuevo contrincante era lo más parecido a una silla en lo que a carisma se refiere, parecía que ya se conocían de antes y hablaban, se daban fuego, etc. Luego nos enteramos que también eran franceses. Cuando el tipo de la nariz sangrante volvió, se quedaron con ellos y empezaron a pasarse los teléfonos. Yo me quería ir ya, pero mi amigo se quiso despedir y todo eso.
En fin, somos unos putos maricones indecisos y tras unas 3 horas de currárnoslo, aparece un puto francés con su amigo sosainas y nos levantan a las joyas de la corona en 10 minutos. Mi amigo, aunque no predicó con el ejemplo e hizo lo mismo que yo, me ha dicho que aunque yo pensaba que podían haberse decidido ellas, son tías y eso no lo van a hacer y que tengo que dejarme el orgullo en casa e ir a saco con estas guiris. Yo por experiencia no estoy de acuerdo, pero reconozco que ayer sí era lo que deberíamos haber hecho.
Ayer salí con mi amigo por un par de sitios. En uno de ellos, conocimos a 2 francesas de vacaciones en Barcelona hasta el sábado (perfecto) que no hablaban español y un poquito de inglés y aunque el primer ataque no fue aparentemente muy efectivo (los 2 le entramos a la misma y eso provocó que la otra amiga se pusiera celosa y se llevara a la homenajeada de paseo), al cabo de un rato una de ellas nos vino a preguntar dónde continuar la fiesta, porque el bar ya estaba cerrando. Nos las llevamos a una discoteca y ellas saludaron a unos tipos brevemente (¿?) y siguieron con nosotros para la pista (bien). Y ahí empezamos con la tontería: que si bailo contigo, que si te meto mano, que si te pego un muerdo... siempre teniendo presente que sería un error dejar de la lado a la otra amiga. Y para evitar rallamientos, yo me dediqué a tontear con las dos más o menos por igual. El problema es que, aunque mi amigo aún no lo quiere reconocer, los dos íbamos a por la morena y la otra, aunque no es que fuera fea, pues como que estaba de reserva para el que fuera más lento... Pero la cosa estaba en unas tablas absolutas: las dos se dejaban meter mano, las dos seguían el rollo (teniendo en cuenta que la morena era más guarrilla y estaba más suelta), nos las cambiábamos todo el rato... sólo nos faltaba decidirnos por una cada uno, pero mi amigo me decía que si a mí me gustaba la morena, que atacara yo, aunque él veía un feeling con ella (mentira, lo que pasa es que era la más guarra y se dejaba hacer de todo). A eso le digo que bueno, que si a él también le gusta la morena, que ataque él o que ataque a la otra para dejar claro el tema (diálogo de besugos absurdo). Pero el gañán de mi amigo no atacaba a la otra definitivamente y sólo bailaba y le metía mano y yo, que soy un puto marica, no me decidí a comerle la boca a la morena (eso sí, de morderle, besarle el cuello y de tocarle el culo me harté).
Mi amigo se pagó unos cubatas y unas cervezas de puta madre para todos y yo estuve demasiado rato tonteando con las dos, porque nadie se decidía a nada. Y creo que alargar esa situación de ambigüedad las cansó.
Me fui al lavabo un momento y cuando volví me encontré a mi amigo y a las dos francesas en otro punto del local y la morena bailando con un gañán igual que había estado bailando con nosotros (¡coño, si es el tipo que las saludó en la entrada!). Ahí hubo un pique y aunque el intruso seguía bailando con ella yo me metí y le hicimos un sandwich de puta madre. Estuve luchando hasta el final... hasta que el otro la coge, le da la vuelta y le come toda la boca. Ahí no sé qué ocurre, pero parece ser que la tía de la emoción le pega un cabezazo al tipo sin querer y le golpea bastante fuerte en la nariz... el maromo empieza a sangrar como una marrana y se va al lavabo, jajajaj. Aunque sabía que estaba todo el pescado vendido, aproveché el lapsus para pillarla otra vez y resobarla un poco. La otra amiga ya hacía rato que se había sentado ("estoy cansada", etc) y aunque el amigo del nuevo contrincante era lo más parecido a una silla en lo que a carisma se refiere, parecía que ya se conocían de antes y hablaban, se daban fuego, etc. Luego nos enteramos que también eran franceses. Cuando el tipo de la nariz sangrante volvió, se quedaron con ellos y empezaron a pasarse los teléfonos. Yo me quería ir ya, pero mi amigo se quiso despedir y todo eso.
En fin, somos unos putos maricones indecisos y tras unas 3 horas de currárnoslo, aparece un puto francés con su amigo sosainas y nos levantan a las joyas de la corona en 10 minutos. Mi amigo, aunque no predicó con el ejemplo e hizo lo mismo que yo, me ha dicho que aunque yo pensaba que podían haberse decidido ellas, son tías y eso no lo van a hacer y que tengo que dejarme el orgullo en casa e ir a saco con estas guiris. Yo por experiencia no estoy de acuerdo, pero reconozco que ayer sí era lo que deberíamos haber hecho.