Tuve la oportunidad de estar un día en una fiesta un poco rara, había mucha putas y muchas pijas, la verdad es que costaba diferenciarles, estaba con un excolega de guerra, uno de esos tíos que sabes que es tu amigo porque se folla a la fea para que tu te tires a la wapa, historias miles, pero de violación sólo está la cual tuvimos la suerte o desgracia de contemplar. En esta fiesta estaban una rubia bajita muy mona, con su amiga, estaban tomando cerveza pero no le hacían asco a nada, ron o lo que fuera, nos acercamos y al rato no se que coño le ofrece mi colega que terminan en un habitación drogadas hasta las cejas, la rubia en pelotas estaba buena hasta decir basta, tenía un felpudo bien arreglado que sólo le faltaba poner bienvenidos, mi amigo se baja los pantalones y se empieza a percutir a la rubia, yo hago lo propio con la amiga, esto estado las tías completamente inconcientes, la verdad no ponía mucho la situación pero que cojones, no creo que nadie dajara pasar una oportunidad así, terminamos la faena, mientras me visto sale mi colega y a los pocos instantes entra con un negro gordo que lo menos media 1.90, desenfunda una polla que aquello le llegaba casi hasta la rodilla, coje a la rubia bajita que estaba tumbada boca arriba en la cama de y le empieza a meter aquello, que aunque estuviera derogada e inconsciente la cara de dolor que ponía me encogia el corazón, aquella imagen se quedó grabada a fuego en mi cabeza, cojo mi condón, le hago un nudo y al bolsillo, salgo de hay como alma que lleva el diablo, lo que siguió ocurriendo en aquel cuarto esa noche no lo sé, yo volví a España el martes y eso sucedió el viernes, hasta que no llegue aquí cagaba flojito.