No me cabe duda de que la fuente de tanta perversión es la pornografía y el fácil acceso a esta que hoy día existe. No me cabe duda de que la gran mayoría de prácticas ahora tan extendidas y tan comunes eran antes muy minoritarias, cuando no directamente marginales y hasta secretas. La luz que se ha arrojado en los últimos treinta años, al menos en este país, sobre las zonas más oscuras de la condición sexual humana ha hecho que la gente tenga cada vez mayor necesidad de transitar por ese camino, antes desconocido y ahora bien iluminado.
Me resulta muy difícil imaginar un matrimonio tipo de los años cincuenta, educado en la ausencia total de pornografía y en otros valores muy distintos a los que hoy se inculcan en el grueso de la población practicando perversiones más allá del follar con la luz encendida. Román Gubern, uno de los comunicólogos de más acreditada trayectoria en España dijo en una ocasión en una entrevista que, por ejemplo, la ahora común práctica del sexo oral -salvo que te de fatiguita, hola maspapauniverso

- se debía, de manera casi exclusiva a la aparición en el porno de esta práctica. Prácticas como las eyaculaciones faciales y demás son comunes a día de hoy porque se han visto en las películas, y creo que esto es algo que a nadie se le escapa y en lo que convendremos todos.
En el sexo, como en tantas y tantas cosas, el papel de los medios y en particular del audiovisual, es fundamental, y marca tendencia y cala hondo en la sociedad y en el conjunto de las actividades que se realizan. Léase, para mayor comprensión, teorías de comunicación social como la de la "aguja hipodérmica" -Laswell, y su crítico Lazarsfeld- o la de la "agenda setting".
Coño, cinco años de carrera me tenían que valer para algo, ¿no?
Edito: Inclito, para mí no supone ningún problema, anda que no me da un gustirrinín, distinto pero análogo cualitativamente, el quedarme dormido

Si eso, para la próxima intentaré tomar postre -o mejor dicho, que lo tome ella

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