Yo estuve en Groningen hace un año y medio y hubo varias cosas que me chocaron.
- La gente: joder, es SOSA. Es decir, tú estabas en una discoteca petadísima de peña, pero sólo se movían y hablaban los españoles o erasmus. Por no decir que en algunos trenes se prohibía usar el móvil e incluso hablar.
- Si tienes las ventanas con la cortina cerrada te llaman la atención y te dicen que las abras para que los demás vean qué haces
Os juro que es cierto, y además la gente es tan maruja que en vez de colocarse en disposición circular en las terrazas lo hace mirando a la calle, y en todos los bares hay ventanales con banquillos orientados a la calle. A la gente le encanta mirar a los demás.
- Hay máquinas expendedoras en las que venden leche. Imagináos el LOL cuando creyendo que era una marca de birra, me salió el brick. Y la comida es caca: fuimos a un mercado en la plaza de la ciudad y se vendía pescado crudo con cebolla, argh. La carne es cara, no esperéis encontrar pan, el jamón ibérico ni tocarlo, pero hay una cantidad de quesos abrumadora, todos riquísimos.
- La droja. Es lo que decís, tú vas al coffe y te sacan una carta que no te dejan tocar, y en la que tienes las diferentes marcas de hachis y de costo, por gramaje y precio. Yo me drogué y sinceramente recuerdo pocas cosas de aquel viaje. De hecho, cuando me vine mi equilibrio era precario. Pero sobre todo, recuerdo la castaña que pillé con la puta space cake, el pastelito de hachís de toda la vida, una rebanada de pan bimbo, pero de costo. Gloria bendita. Pero los porreros y drogadizos somos la escoria de Holanda y nadie nos quiere, de hecho los holandeses normales no fuman porros y ven a los que lo hacen como nosotros a un gitano o un heroinómano.
- Las mujeres
121:121 Joder, están buenísimas. Rubias, altas, ojos claros, con un culo y unas piernas esculpidos a base de años de ciclismo. Y además tienen las cosas claras: si quieren follar, te lo dicen. Y por alguna extraña razón, les atraemos los bajitos y morenos. Yo como iba drogado no follé pero me eché unas risas, que es lo importante
- El frío. Mierda, fui en octubre y era una risa vernos al grupo de españoles, con bufanda, gorro, guantes, botas, chaquetón, y las holandesas con minifalda y los tíos en camisa.
- La ciudad: MUY poco tráfico, muchísima bicicleta, urbanización ordenada, muy limpio (ni mierdas de perro, ni chicles pegados, ni colillas: de hecho, cuando la gente fumaba, tiraba la colilla pegada a la pared), gente muy educada, canales preciosos, pero algo inquietante: todo el centro de la ciudad estaba lleno de cámaras de vigilancia por todas partes. De hecho, si se te ocurre mear en la calle ten por seguro que vas a pasar una noche en el calabozo. Pero fijo.
A mí me encantó Groningen, que es lo único que pisé allí. Tal vez quitaría el clima, un poco triste, o las casas con unas escaleras empinadísimas pero increíblemente aclimatadas. Pero desde luego es el sitio con más mujeres hermosas por metro cuadrado que me he tirado a la cara. Y si queréis fumar porros de calidad, allí. Aunque en verdad no vale la pena ir únicamente por eso, porque en el bar de tu barrio también puedes fumarte un canuto, con el añadido de ponerte tibio de birras.