Bueno, participo en el hilo ya que para una vez que me asomo...
Three Imaginary Boys: Que el disco tiene sus defectos es algo que no voy a negar, pocos discos de debut pueden catalogarse de obras maestras, a finales de los 70 parece que Inglaterra ha dado ya todo el punk que podía dar (me escondo para no recibir piedros), pero sí que fueron capaces de destilar un pseudopunk malicioso, la que titula el disco, Fire in Cairo o la gran Killing an Arab (que no publicaron en LP hasta el 86 en la edición americana del disco que se llamó Boys Don't Cry) y que le trajo problemas legales. En realidad no estaba inspirada en ideas sionistas, sino en una novela de Camus.
Seventeen Seconds: Viendo que el devenir de la música no iba por el punk (al menos no para ellos), empiezan a explorar otros caminos: sombras que hablan, translúcidas atmósferas, cristalizando en los armónicos de cuerda de A Play for today, la inquietante In your house o la maravillosa A Forest. Curiosamente Smith parece que entiende el uso del Flanger o el Chorus de forma que nadie hubiera podido sospechar.
Faith: Más depresión, más caída libre el bajo por fin es el protagonista absoluto, teclados lánguidos, melodías densas y guitarras fantasmales; The Holy Hour, Other voices, el sonido de la guitarra de Smith en Primary o Doubt (que rompen mucho el ritmo del disco a todo esto) oscila entre lo corpóreo y lo incorpóreo. Es el típico disco que los muy fanáticos son capaces de disfrutar más.
Pornography: El disco que les llevó al estatus de culto. Curiosamente el "siniestrismo" es un género que casi inventaron (nada viene de la nada) pero en el que poco ahondaron. Por mi parte no puedo dejar de emocionarme con The Figurehead y su ritmo machacón, repetitivo, obsesivo. La batería del a la postre expulsado Lol Tolhurst (ojito que lo de lol no me lo invento yo) suena implacable como los impuestos. El sencillo vibrato que corona el riff de One Hundred Years inicia una declaración de intenciones de Smith "It doesn't matter if we all die". Los riffs son más sencillos que nunca, y curiosamente muy inspirados. Las líneas de bajo no por fáciles de ejecutar resultan menos meritorias Simon Gallup (cuñado de Porl Thompson, que terminaría siendo miembro de la banda siendo además este cuñado de Robert) es pese a la difícil relación que tuvo siempre con el vocalista el mejor bajista que ha tenido la banda. Pocas veces se hizo tanto con tan poco. Ese es el mérito, esa es la belleza. Antes de la edición del LP vio la luz el Single Charlotte Sometimes que curiosamente no se incluyó en ningún LP.
Curiosamente esta primera trilogía oscura a la postre no fue tal. Años más adelante la banda editó el DVD Trilogy donde intrepretaban íntegros Pornography, Disintegration y Bloodflowers, quedando los anteriores fuera de la dicha trilogía. Supongo que es su gato y se lo folla cuando quiera.
Japanese Whispers: Hay algo que siempre obsesionó a Robert Smith, y es sin duda el éxito. Pese a que pueda parecer raro Smith nunca quiso ser el líder de una banda de culto, él quería triunfar como su ídolo Hendrix. De ahí que buscara melodías pop, estribillos tarareables, incluso ya estando en 1983 como estaba directamente sintetizadores chungos (The upstairs room, The Walk), el teclado pasa a ser parte del sonido de la banda, Tolhurst se encargó de ello cuando era incapaz de grabar decentemente la pista de batería de Let's go to bed e incluso con el teclado Robert tenía que ponerle pegatinas de colores para que no se liara. El experimento no terminó de funcionar, canciones para fans muy fans, pero no para siniestros, ni para rockeros ni mucho menos para punkarras. Por cierto que este disco se editó más adelante, recopilando los Singles sueltos que por entonces grababa la banda, no salió como un disco propiamente dicho.
The Top: Probablemente su peor disco, Shake dog shake y The Empty World sean quizá las más escuchables. Algunas son directamente desquiciantes (Birdmad girl, Bananafishbones...) soy un fanático de la banda, pero por este disco es que me ha costado siempre pasar.
The Head on the Door: Por fin, a Robert Smith le llega su número 1. La pesadilla que tenía de niño de que un pollo le perseguía por toda la casa y él se escondía en un armario cristalizó en el archiconocido Close to me (su primer número 1), pero el disco tiene mucho más. Boris Williams pasa tocar la batería como nadie en la historia de la banda lo ha hecho, desde que ya al inicio In Between days nos alegre el día. Robert nos demuestra que también maneja bien la guitarra acústica con su endiablada mano derecha, aquí además tienen tiempo para coquetear con el flamenco (The Blood) que quiso grabar con Raimundo Amador (la discográfica dijo que nones), el sonido de la banda ya está mucho más perfilado y canciones como Push o Kyoto Song son sólidas como rocas. Mención aparte para la impepinable A Night like this y su solo de saxofón (eran los 80)
Kiss me, kiss me, kiss me: quizá el disco más ambicioso después de cosechar números 1. Salió como disco doble y Smith ya se corona definitivamente como un maestro en su particular forma de tocar, nada más empezar The Kiss suena rabiosa, pero el grupo sabe que en un disco doble cabe casi de todo e intercala medios tiempos aterciopelados (Catch, How beautiful you are o la gran Just like heaven) con temas de muchísima fuerza y múltiples capas de espeleología sonora, y es que los años de Pornography han quedado bastante atrás (Like cockatoos, Fight, Torture); también en su obsesión por explorar todos los ritmos se atreven con reminiscencias moras (If only tonight we could sleep), el funk (Hot, hot, hot) e incluso con las pistas de baile (What can't I be you?)
Disintegration: La madurez definitiva y su mejor disco, ojo que para mí no es mi favorito (me gusta más Pornography), pero intentando ser objetivo creo que es el mejor. El más maduro, la consagración definitiva de su sonido. Como curiosidad la famosísima Lullaby (otra pesadilla de Robert de cuando era enano), estuvo a punto de quedar como cara B; fue de las elegidas en el disco como titular para jugar el partido por imposición de la discográfica, que veían un hit como la polla de un negro (así fue), Smith no quería incluirla porque veía que rompía con la temática del disco, mucho más romántica. Destacar por supuesto Lovesong, dedicada a su mujer Mary Poole con la que llevaba y lleva toda la vida, Pictures of you con sus trenzados de guitarras melosos, obtusos y deliciosos... en realidad todas en este disco son cojonudas.
Y paro porque me parece que habéis parado aquí. Hay más The Cure que descubrir, pero en otro momento sigo.