Entonces explicamé porque ganamos todos los concursos de popularidad. Fijaté en los realitys televisivos que casi siempre los ganan andaluces, sobre todo en las primeras ediciones, que son las que crean fenómenos sociales que pasan a los anales de la cultura popular.
Gran Hermano, isla de los famosos, OT, Supermodelo, la casa de tu vida...Las primeras ediciones siempre son ganadas por andaluces.
Está claro que somos populares, y que la popularidad conlleva el efecto no deseado de la envidia.
Mientras escribo estas líneas tengo encendida la tele y en el informativo de A3 están saliendo unas suecas y finlandesas que bailan flamenco.
Si alguien puede decir a boca llena lo nuestro es lo mejor somos nosotros, porque todo lo nuestro es susceptible de obtener proyección y reconocimiento internacional.
De hecho, los andaluzófobos se concentran básicamente en las CCAA nacionalistas, donde la gente está obsesionada con la reivindicación de sus folclores y zarandajas cuando solo subsisten gracias a las subvenciones y el fervor nacionalista. No viven por sus medios ni son exportables.
En fin, que cuando tengais un Paco de Lucía que se lleve 3 décadas poniendo el cartel de no hay billetes en los teatros nacionales de los cinco continentes con música autóctona de vuestros terruños hablaremos.