Anécdotas hospitalarias LOL. Cuenta tu experiencia cercana a la muelte

Torquemada2.0

El calzonazos del Xanadú
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5 May 2008
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He escrito en el subforo informática el siguiente tocho, cuando me he dado cuenta que no tenía que ver con el tema del hilo, que era de trucar la tv de los hospitales (ya hay que ser miserable para ir pirateando la teles de estos lugares) y podía tener potencial en el general. Así que aquí va:

Yo que estuve un puto mes en el hospital, cuando casi me quedo queco, y lo que más odiaba era tener esa puta televisión de mierda puesta.

Encima me tocó un manchego de compañero de habitación, que no dejaba de ver la tv de Castilla la Mancha y aquello era una puta tortura china. Viendo toros y dehesas todo el puto día, y cuando digo todo el puto día es todo el puto día, mientras yo me retorcia entre dolores y dios llévame pronto.

Pero un día, mejor dicho una noche, me desperté medio endrogado y vi una multitud de enfermeras y médicos, con el carro de reanimación para paradas, al compañero con un tono cianotico muy preocupante, con los ojos como cuando Schwarzenegger salió a la atmósfera de Marte en desafío total.

Parece que le recuperaron y se lo llevaron a la UCI en estado crítico. No volvió más, me supongo que la Parca le llamaría a filas y estará en el paraíso a caballo viendo como corretean los toros en la Dehesa el muy hijoputa. Tantos toros lleves como paz dejas, se cruzaba en mi mente mientras intentaba no sonreír cuando su hija vino a por sus pertenencias y me contaba entre lágrimas lo mal que estaba su padre.

Al día me vino otro compañero, un viejales con dos ictus cerebrales que le habían dejado como una ameba y aquello fue la saluc desde entonces hasta que salí. Era el compañero perfecto, salvo cuando venían las enfermeras o sus hijas a limpiarle las truñadas. Algunas veces pienso que uno de los últimos y más importantes indicadores de estar mínimamente vivo es seguir haciendo caca.

Por cierto en esa estancia tan "placentera" mi hermano me llevó un portátil y una conexión a Internet con pincho, un hamijo imaginario me habló de putalocura y un foro..... Lo demás ya es otra historia.
 
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Eso explica su desaparición como moderador.

Yo una vez llegué con unas toses terribles que me quedaba sin aire. En urgencias al llegar me pusieron en la hoja un número 5 bien gordo rodeado. Después me enteré de que hay una asignación de prioridades siendo 1 "murphy antes de ser robocop" y 5 "vete a tomar por culo". Y pasaron de mí.
Al poco mi médico de cabecera me dijo que creía que era tos ferina :mad:
 
Recuerdo que durante los 7 días que me tiré tras una cirugía maxilofacial en la conservadorísima y provinciana Santander, me pusieron en la misma habitación que un policía nacional jubilado que era bastante de derechas. Me obligaba a ver el programa que tenía en la tele Jiménez Losantos mientras se cagaba en todos los putos muertos del PSOE.

No era mal tío, pero era un poco pesao con su incansable furia contra la progresía y el gobierno de ZP. El hodio lo mantenía vivo.
Su hermana tenía una gran empotrada por todos los lados, y especialmente, por detrás.
Él estaba amarillo. Ya saben, ictericia y pinta muy malita. Al final, cascó por una tal cándida.
 
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Once días estuve yo ingresado con quince años por una fractura de brazo que los médicos no habían visto cosa igual en su puta vida.

En la planta de traumatología del Gregorio Marañón los pacientes se dividían en: a) gente joven que se había ahostiado con la moto o el coche (80%), b) viejos que se habían caído y roto el diodeno de abajo (15%) y c) traumatismos varios (5%, entre los que me contaba).

Huelga decir que siendo una planta de jóvenes locos del volante aquello se convertía, por las noches, en un descojono y un andorrear de habitación en habitación, siendo la de un fulano llamado Arturo, que llevaba seis meses atado a la cama con jierros por todos los lados, el centro neurálgico de la fieshta, fieshta esta que, desgraciadamente, no tenía tías, pues éramos todo tíos. Siendo yo el más joven y siendo de los pocos que podían andar (:lol:) me encargaba del trajín de bebercio con el que remojábamos el gañote por las noches en Arturo's room, donde fumar era obligatorio, además. Nos lo pasábamos de puta madre: por el día viendo a Induráin ganar el Tour, por la noche pimplando cervezas y fumando todos en pijama, todos magullados, tullidos, algunos en silla de ruedas, otros vendados. Las mañanas eran menos divertidas, porque estaban los familiares ahí dando por culo, amén del personal médico. Mi momento favorito era cuando llegaban un grupo de enfermeras de veinte años ataviadas con uniformes monjiles (no sé qué clase de cofradía de enfermeras era esa pero iban así vestidas) y atendían a los enfermos. La que me venía a ver a mí estaba buenísima, y se llamaba Beatriz. Comoquiera que yo lo único que estaba era con el brazo en cabestrillo y que no me pasaba nada más que eso, Beatriz sólo tenía que darme una pastilla antiinflamatoria y hacerme una pregunta que, muchos años después, es habitual en este foro: ¿has hecho caca hoy?
 
Mi apendicitis tuvo sus cosas. Estaba interno en un colegio de curas y no quería decirle al cura encargado de la enfermería que me dolía en la parte alta de los huevos. Al final, el dolor me obligó a confesar y acabé una mañana de mayo en el hospital. Allí la enfermera empezó a toquetearme el pito para depilarme mi incipiente pelambrera de niño de 14 años, con un escote más que amplio y hermoso. El toqueteo acabó con mi pito tieso y diciéndole a la enfermera que lo podía soltar, que ya no iba a tocar en la zona depilada. Verídico por inocentón que era yo.

En otra ocasión estuve hospitalizado en la habitación con un gitano durante una semana entera. Al principio de la semana era habitual que en la habitación de 3 camas hubiera 8 o 9 personas A CUALQUIER HORA DEL DÍA solo por su parte. Pero es que el día de la operación de una hernia abdominal cutre salchichera se juntaron en la planta de quirófanos más de 50 personas gitanos. Según me dijo mi madre aquello quedó como una zona de guerra llena de restos de bocadillos, latas medio vacías tiradas por los suelos, pañales sucios y algo que seguro se me olvida.

Otra vez amenacé a un médico mientras me estaba cosiendo la frente que me había abierto rompiendo un vaso de tubo con la frente, voluntariamente. Pero era por el alcohol, ya tú sabes.
 
He escrito en el subforo informática el siguiente tocho, cuando me he dado cuenta que no tenía que ver con el tema del hilo, que era de trucar la tv de los hospitales (ya hay que ser miserable para ir pirateando la teles de estos lugares).

Lo que hay que miserable es hacer pagar a la gente por verla. Cojones, que allí no se va por gusto. Bastante tiene uno con estar allí jodido y comiendo comida insípida y encima que te cobren la tele.

Y luego gratis en sitios como las celdas de la cárcel
 
Lo que hay que miserable es hacer pagar a la gente por verla. Cojones, que allí no se va por gusto. Bastante tiene uno con estar allí jodido y comiendo comida insípida y encima que te cobren la tele.

Y luego gratis en sitios como las celdas de la cárcel

Dijo curro mientras aporreaba las teclas de la máquina tragaperras.
 
Estando acompañando a mi padre en el hospital una noche de ma.drugada entró la policia nacional en la habitación, nos despiertan y nos dicen que no nos preocupemos.....pero que tenemos que salir de la habitación e irnos a otra......resulta que el enfermo de al lado estaba en busca y captura el cabrón.

No pasó ni 4 horas y le dijimos a los del hospital que no nos ibamos a ir a otra habitación, que nos quedabamos en la que llevabamos ya unos dias, hecho, ese mismo día nos volvieron a mandar a la que estabamos.
 
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Cosas de los bajos me llevaron a encamarme cinco noches en un hospital.

Meter tres camas de enfermos en una habitación me parece una tortura china. China era la persona de la cama de al lado, a quien ponían lavativas continuamente y a quien iban a operar a las siete de la mañana. Desde las seis esperaba reluciente, pero no fue hasta las doce y media cuando lo llevaron a quirofano, previa lavativa. El de la otra cama, gitano. Silencioso, callado, me ofrecía bombones que le traían. El compañero ideal si no fuera por sus veinte acompañantes, guitarra incluida. Un celador paró el conato de concierto.

Por supuesto, sufrí varios ataques de ansiedad por el ruido. Y los compañeros creían que era por mi enfermedad y no por ellos.

Yo salí de mi única operación con efectos raros de la anestesia, como si me hubiera fumado un porro. Bromeando sobre la muerte y hablando muy alto porque pensaba que sí no lo hacía, me darían por muerto, me quitarían los órganos y al depósito conmigo.
 
Cosas de los bajos me llevaron a encamarme cinco noches en un hospital.

Meter tres camas de enfermos en una habitación me parece una tortura china. China era la persona de la cama de al lado, a quien ponían lavativas continuamente y a quien iban a operar a las siete de la mañana. Desde las seis esperaba reluciente, pero no fue hasta las doce y media cuando lo llevaron a quirofano, previa lavativa. El de la otra cama, gitano. Silencioso, callado, me ofrecía bombones que le traían. El compañero ideal si no fuera por sus veinte acompañantes, guitarra incluida. Un celador paró el conato de concierto.

Por supuesto, sufrí varios ataques de ansiedad por el ruido. Y los compañeros creían que era por mi enfermedad y no por ellos.

Yo salí de mi única operación con efectos raros de la anestesia, como si me hubiera fumado un porro. Bromeando sobre la muerte y hablando muy alto porque pensaba que sí no lo hacía, me darían por muerto, me quitarían los órganos y al depósito conmigo.

Tú, sí tú. No te escaquees, resube tu hilo de Madrid por favor, que otro forero de nick muy fácil de escribir está buscando piso por la Almendra central y le va a venir bien leer lo que te dijeron a ti.
 
Cuando me hospitalizaron por la bulimia me metieron en un cuarto con enfermos de próstata que se pasaban todo el día quejándose . Me escapaba a algún patio del hospital a leer hasta que venía algún familiar a visitarme. Todos estaban bastante enfermos y no era un sitio agradable. Había uno que desprendía un olor a putrefacción bastante intenso.

Lo que peor llevaba era que me sacaran sangre todos los días chicas en prácticas . Más de una estaba para jugar a los médicos pero, al ser novatas me dejaban el brazo como un colador. Y el que estuvieran muy follables no era consuelo ante semejante incapacidad.

Me quejé y protesté tanto que directamente me sacaban sangre a las 7 de la mañana aprovechando que estaba medio dormido y no podía quejarme mucho.
 
Algunas veces pienso que uno de los últimos y más importantes indicadores de estar mínimamente vivo es seguir haciendo caca.

Cómete unos garbanzos, bébete un Colacao y luego te ahorcas. Y verás desde el infierno cómo estás muy equivocado en este punto.
 
Sobre el 2013 mi madre estuvo mucho tiempo ingresada en la clínica Montpellier de Zaragoza bastante jodida.

Tuve que hacer varias noches allí y había una enfermera en prácticas con la que se me caía la baba. Como buen forero no me atrevía más que a saludarla hasta que un día vino mi tío (el poli putero), que es más listo que @Boniato, se percató de la situación y le dijo:

"Tienes a mi sobrino loco".

Esa misma noche que ella tenía guardia y yo andaba deambulando por el pasillo me cogió de la mano y practicamente me violó en una sala de puta madre que tenían las enfermeras.

Mi madre que no se entera de casi nada me dijo un día:

"Parece que esa chica te sonríe, ¿por qué no le dices algo y te la echas de novia?". :lol:
 
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Alguna anécdota tengo ya que pase dos meses seguidos encerrado en una habitación y otros tres en cama antes de una rehabilitación de un año entero en la que tuve que volver a aprender a andar o subir y bajar escaleras. No voy a entrar en detalles del que y cual, solo diré que durante la operación se acabo el efecto de la anestesia y no tenían ni tres cuartas partes de la faena hecha. Nunca he sentido un dolor tan profundo y que a pesar de ser muy localizado, se extendía como una tela de araña por todo el cuerpo y lo abarcaba absolutamente todo. Desde entonces creo que he desarrollado una tolerancia al dolor bastante alta y me suele gustar ver hasta donde puedo llegar. Un punto masoquista ahora mismo.

La segunda operación, para finiquitar la primera y quitar toda la tornilleria de la articulación, también fallo la anestesia. Esta vez casualidad que el anestesista era mi vecino y amigo de toda la vida de mis padres. Me puso de menos, Juan Mari cabrón, como note cuando me rajaban con el escalpelo. Así con la tontería decidió no jugársela y tras la anestesia local me dieron la general. Así que me comí una doble. Y amigos, en los post operatorios no te dan el alta hasta que meas la anestesia y la sacas del sistema. Tuve mucha, no tanta como para ser nociva al organismo pero lo suficiente como para aniquilar el sistema endocrino y hablando en plata, no me funcionaba y no podía mear, así que me tuvieron que sondar para mearla. I has sad. Que te metan el tubo ese por el rabo no es gracioso.


Poco después, y citando a una hija de putisima profesora de euskera que tuve en el instituto cuando me dijo 'al perro sarnoso todo son pulgas', me dio el apéndice. Pensaba que era una gastroenteritis sin más, bastante abundantes y comunes, así que intente aguantar mientras mi madre decía 'bebete unos aquarius y come arroz blanco y veras como se te pasa hombre'. Aguante si pero no recuerdo exactamente cuanto. Tuvo que ser lo suyo porque cuando me ingresaron y me abrieron vieron que el apéndice estaba empezando a cangrenarse, y de esa mierda la peña se muere. Me preguntaron a ver como cojones había aguantado tanto tiempo el dolor, lo cual me lleva a lo que he escrito en el primer párrafo. En esta operación no te dan el alta hasta que cagues y se te reactiven los intestinos, pues con toda mi puta suerte paso algo fuero de lo normal que hizo que los míos se quedasen pegados, recogidos e inactivos. Muy pochos vamos.

Como no me iban a dar el alta hasta cagar pensé en ¿que es lo que te hace cagar? KIWIS. Mande a amatxu a comprar dos kilos y medio de kiwis que me comí del tirón. Me caguen la puta ostia vaya colección de pedos más nauseabundos me tiré. Un no parar y a cada cual peor, hasta el punto de darme asco a mi mismo de mi propio olor. Estoy seguro que todos os regocijáis en vuestros aromas fecales, cuanto más letal más orgulloso se siente uno de haber dado vida a esos monstruos aromáticos. Esto es innegable y lo sabéis. Pues yo me daba asco y como tenia la cama junto a la venta suministraba las dosis de aire fresco en plan perdonavidas. Ahora te cago ahora te ventilo, o no. La cara de los familiares mios y del vecino de cama al entrar en la habitación y recibir un ostiazo fecal en sus narices eran indescriptibles.

Y ya.
 
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Gracias a LOL he gozado de buena saluc y no he tenido que estar hospitalizado nunca. Pero por desgracia he tenido que estar de acompañante muchas veces.

Unos días antes de que mi padre amochara me tocó estar con él todo el día y toda la noche. A pesar de que mi padre estaba totalmente anestesiado y con un cáncer que se le había extendido hasta el cerebro, roncaba como un demonio y el compañero de la cama de al lado, que debía ser un medio homeless, no hacía más que chistarle para que se callara. El caso es que salí a dar una vuelta por los pasillos y al regresar cual es mi sorpresa cuando me encuentro al hijoputa del homeless quitando los cables que tenía mi padre conectados. Entré como una exhalación cagándome en Dios y le pegué un empujón que por poco lo saco por la ventana (no es que yo sea muy cachas, es que el susodicho homeless igual pesaba solo 45 kilos).

Total, que pulsé el botón de llamada de las enfermeras, les expliqué los sucedido y se llevaron al cabronazo ese a otra habitación en la que hubiera paz y silencio para que así no tuviera instintos criminales.

A los dos días mi padre la palmó, pero me quedó el consuelo de haber estado allí a su lado cual Íñigo Montoya defendiendo su honor e integridad física.
 
Alguna anécdota tengo ya que pase dos meses seguidos encerrado en una habitación y otros tres en cama antes de una rehabilitación de un año entero en la que tuve que volver a aprender a andar o subir y bajar escaleras. No voy a entrar en detalles del que y cual, solo diré que durante la operación se acabo el efecto de la anestesia y no tenían ni tres cuartas partes de la faena hecha. Nunca he sentido un dolor tan profundo y que a pesar de ser muy localizado, se extendía como una tela de araña por todo el cuerpo y lo abarcaba absolutamente todo. Desde entonces creo que he desarrollado una tolerancia al dolor bastante alta y me suele gustar ver hasta donde puedo llegar. Un punto masoquista ahora mismo.

La segunda operación, para finiquitar la primera y quitar toda la tornilleria de la articulación, también fallo la anestesia. Esta vez casualidad que el anestesista era mi vecino y amigo de toda la vida de mis padres. Me puso de menos, Juan Mari cabrón, como note cuando me rajaban con el escalpelo. Así con la tontería decidió no jugársela y en vez de anestesia local me dieron la general. Así que me comí una doble. Y amigos, en los post operatorios no te dan el alta hasta que meas la anestesia y la sacas del sistema. Tuve mucha, no tanta como para ser nociva al organismo pero lo suficiente como para aniquilar el sistema endocrino y hablando en plata, no me funcionaba y no podía mear, así que me tuvieron que sondar para mearla. I has sad. Que te metan el tubo ese por el rabo no es gracioso.


Poco después, y citando a una hija de putisima profesora de euskera que tuve en el instituto cuando me dijo 'al perro sarnoso todo son pulgas', me dio el apéndice. Pensaba que era una gastroenteritis sin más, bastante abundantes y comunes, así que intente aguantar mientras mi madre decía 'bebete unos aquarius y come arroz blanco y veras como se te pasa hombre'. Aguante si pero no recuerdo exactamente cuanto. Tuvo que ser lo suyo porque cuando me ingresaron y me abrieron vieron que el apéndice estaba empezando a cangrenarse, y de esa mierda la peña se muere. Me preguntaron a ver como cojones había aguantado tanto tiempo el dolor, lo cual me lleva a lo que he escrito en el primer párrafo. En esta operación no te dan el alta hasta que cagues y se te reactiven los intestinos, pues con toda mi puta suerte paso algo fuero de lo normal que hizo que los míos se quedasen pegados, recogidos e inactivos. Muy pochos vamos.

Como no me iban a dar el alta hasta cagar pensé en ¿que es lo que te hace cagar? KIWIS. Mande a amatxu a comprar dos kilos y medio de kiwis que me comí del tirón. Me caguen la puta ostia vaya colección de pedos más nauseabundos me tiré. Un no parar y a cada cual peor, hasta el punto de darme asco a mi mismo de mi propio olor. Estoy seguro que todos os regocijáis en vuestros aromas fecales, cuanto más letal más orgulloso se siente uno de haber dado vida a esos monstruos aromáticos. Esto es innegable y lo sabéis. Pues yo me daba asco y como tenia la cama junto a la venta suministraba las dosis de aire fresco en plan perdonavidas. Ahora te cago ahora te ventilo, o no. La cara de los familiares mios y del vecino de cama al entrar en la habitación y recibir un ostiazo fecal eran indescriptibles.

Y ya.

Joder, cómo está Osakidetza.
 
Hostion de moto, de ordago, si no llevo casco palmo fijo, quedo hacido tapioca, me recogen inerte y para urgencias. Me meten en la uci menos de un dia, me amarran por que dicen que despierto colérico pegando y insultando a todo el mundo alrededor, ademas de gritar el ultimo modelo de coche que vi (alfa romeo), me desvanezco y me operan de dos coágulos en la nuca, permanezco horas en coma (no me acuerdo del numero en la escala de glasgow, pero era grave, no daba respuestas. Despierto en planta, desorientado totalmente, con 32 grapas en el tarro, atado por un subnormal (literalmente), y con una sonda en la polla. Después de una semana de calvario, el neurólogo dijo que era un blandengue y podía curarme en casa, me salto una colleja y todo (con las grapas en la cabeza, todavía me acuerdo que le dije que un dia nos volveríamos a ver, y el nota riéndose). Me recupere en casa, salvo que oia las obras al lado de mi casa trabajar hasta de noche, hasta que pregunte y me dijeron que no eran obras, que de salirme sangre por el oido derecho, tenia una lesion que no sabían si era permanente o temporal, al final quedo en nada, salvo detalles.

Lo peor: la experiencia de ver que cosas fallan en el sistema de primera mano, decepción.

Lo mejor: cuando me quitaron la sonda, la guapa enfermera me dijo "mira allí, por la ventana, lo ves", y en un zasca me la saco, casi lloro de dolor, y ella me acariciaba la frente, era su puta y lo sabia, creo que me gusto esa humillación.
 
Servidor al igual que el pana @Capitan_Spaulding , gracias a Dios (Padre Zapatones), siempre goce de buena saluc, y salvo una operación de hernia inguinal hace 5 años ( una noche de ingreso) pues poco más.

Pero de acompañante si.
Mi abuelo que era muy vajco ,con más de ocho apellidos vajcos, quiso poner a mi mama Maite, que al parecer es un nombre vajco . Pero la bautizaron como Mª Teresa.
Quiso Lol que sus últimos días los pasase en la ciudad (?) donde casi todas las enfermeras se llamaban Teresa, salvo alguna que se llamaba Sonsóles.
Eso tenía sus ventajas:
-A ella la trataban de manera más familiar, creían que era de la tierra..
- Para mi también. Cuando tenia que tratar con alguna enfermera, decía "Teresa" y tenía el 95% de acertar.

Por lo demás, clama a lol el hilo del pana yonkigitano.
Allá recuerdo que con un par de leuros veías unas 4h de tele.
Además había guifi gratis, de hecho jugué muchas partidos del torneo de ajedrol PL desde allá.

Luego estaba el hospital de paliativos, donde la tele era gratix.

Ka®ma y !¡pais!
 
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