Eterno Navegante
Asiduo
- Registro
- 24 Mar 2007
- Mensajes
- 829
- Reacciones
- 2
Vamos a suponer (o directamente a reconocer), que no ligamos, no se nos da bien, o incluso sabiendo que podemos hacerlo, no nos motiva esforzarnos tanto para conseguir lo que a otros les viene dado debido simplemente a su buen aspecto físico o su aura de millonario molón.
Vamos a suponer también que SABEMOS que una mujer, en nuestro caso de tíos “del montón”, nos arruinará la vida de una forma u otra, y que a la larga no nos compensarán ni sus muestras de afecto (escasas y mal dadas) ni su “sacrificio sexual” (también dado con cuentagotas y de mala manera).
Vale, ¿qué hacemos?.
Creo que la solución no es intentar, por enésima vez, subirse al carro y reincorporarse de nuevo al mercado de la carne tras pasar por dietas, gimnasios y “técnicas” de ligue, sino más bien, la solución es tan simple como RETIRARSE DEL MERCADO.
Yo lo hice hace años, y ahora que podría de nuevo entrar en ese mercado de la carne, pues con la ropa adecuada y la billetera bien llena doy el pego, he decidido no hacerlo.
No llamar la atención es mi nuevo lema. Y procurar por todos los medios no necesitar a las mujeres en ninguna de las cosas que pueden ofrecer, mi objetivo en este tema concreto.
No llamar la atención supone observar desde la barrera, y se aprende más desde la distancia, desde el rechazo y el no existir para ellas, que de ninguna otra forma, incluyendo el estrellarse una y otra vez (a veces definitivamente) en estas relaciones sentimentales fugaces que llevan al desastre.
No necesitar a las mujeres es una nueva forma de enfocar la propia vida, y requiere adoptar una serie de determinaciones a veces de difícil aplicación, pues necesitarlas forma parte de nuestra naturaleza, al igual que desear protegerlas, ambas cosas hoy día impracticables debido a la así llamada “coñocracia”.
Lo primero es tan simple como aprender a no depender de nadie:
1. Económicamente (eso nosotros ya lo tenemos asumido, hay que ganarse el pan con el propio esfuerzo, o buscarse la manera de pegarse la gran vida, pero siempre en base a nuestro propio mérito personal).
2. Domésticamente. Cada vez es más fácil debido a la ingente cantidad de electrodomésticos y utensilios que sirven para mantener un hogar limpio y hacer todas las tareas domésticas fácilmente. Sólo hay que ponerse y dar el paso.
3. Sexualmente. A esto sólo dar dos consejitos: El primero, no malgastes esfuerzos en saciar de otra forma lo que puedes saciar fácil y placenteramente con una paja. El segundo: las prostitutas están ahí para algo, elige bien y como todo, ten precaución y ve adquiriendo experiencia. No tires el dinero y podrás estar, sino saciado sexualmente en todo momento, si llevar una vida medianamente normal sin estar necesitando el sexo cada día.
4. Emocionalmente. Es ya de todos sabidos en valor terapéutico de las mascotas, especialmente los perros. Unos amigos para salir de vez en cuando y llevarse bien con los compañeros de trabajo suplirán en gran parte el vacío emocional.
5. Finalmente, la línea de pensamiento “son todas unas hijas de la gran puta”, ayuda mucho, sobre todo porque en casi todos los casos es cierta, especialmente si no eres atractivo físicamente. Pensando así (cosa que no es más que la realidad), consigues un estado anímico combativo y que te lleva a preocuparte de la realidad del día a día y no soñar con amores que a fin de cuenta no son más que “historias de amor para gente atractiva”. Ten en cuenta que por todo se paga un precio, y el que está siempre ligando o pasando de una pareja a otra, directamente no vive para si mismo.
No sé si este método, que yo ahora empleo como guía de actuación en mi día a día servirá a otros, pero lo que si sé es que es una forma cojonuda de evitar caer víctima de las exigencias, paranoias mentales y mal trato de las mujeres españolas, y de permitir centrarse en la propia vida, ascendiendo siempre económica y personalmente.
Quizá lo que deberíamos hacer es decir qué es lo mejor para EVITAR a las mujeres, cómo NO ligar, y que les den a todas.
Esta determinación la tomé justo el día antes de incorporarme a mi nuevo trabajo. Tengo un conocido nativo de Colombia, casado con una chica de mi pueblo. Este, sorprendido por cómo pensamos aquí de las españolas, le preguntó a su mujer “¿porqué dicen todos que las españolas no sois nada cariñosas, que sois bordes, exigentes y malas?”. A lo que ella le respondió (verídico): “SÓLO SOMOS ASÍ CON LOS ESPAÑOLES”.
En fin, ¡más madera, es la guerra!.
Vamos a suponer también que SABEMOS que una mujer, en nuestro caso de tíos “del montón”, nos arruinará la vida de una forma u otra, y que a la larga no nos compensarán ni sus muestras de afecto (escasas y mal dadas) ni su “sacrificio sexual” (también dado con cuentagotas y de mala manera).
Vale, ¿qué hacemos?.
Creo que la solución no es intentar, por enésima vez, subirse al carro y reincorporarse de nuevo al mercado de la carne tras pasar por dietas, gimnasios y “técnicas” de ligue, sino más bien, la solución es tan simple como RETIRARSE DEL MERCADO.
Yo lo hice hace años, y ahora que podría de nuevo entrar en ese mercado de la carne, pues con la ropa adecuada y la billetera bien llena doy el pego, he decidido no hacerlo.
No llamar la atención es mi nuevo lema. Y procurar por todos los medios no necesitar a las mujeres en ninguna de las cosas que pueden ofrecer, mi objetivo en este tema concreto.
No llamar la atención supone observar desde la barrera, y se aprende más desde la distancia, desde el rechazo y el no existir para ellas, que de ninguna otra forma, incluyendo el estrellarse una y otra vez (a veces definitivamente) en estas relaciones sentimentales fugaces que llevan al desastre.
No necesitar a las mujeres es una nueva forma de enfocar la propia vida, y requiere adoptar una serie de determinaciones a veces de difícil aplicación, pues necesitarlas forma parte de nuestra naturaleza, al igual que desear protegerlas, ambas cosas hoy día impracticables debido a la así llamada “coñocracia”.
Lo primero es tan simple como aprender a no depender de nadie:
1. Económicamente (eso nosotros ya lo tenemos asumido, hay que ganarse el pan con el propio esfuerzo, o buscarse la manera de pegarse la gran vida, pero siempre en base a nuestro propio mérito personal).
2. Domésticamente. Cada vez es más fácil debido a la ingente cantidad de electrodomésticos y utensilios que sirven para mantener un hogar limpio y hacer todas las tareas domésticas fácilmente. Sólo hay que ponerse y dar el paso.
3. Sexualmente. A esto sólo dar dos consejitos: El primero, no malgastes esfuerzos en saciar de otra forma lo que puedes saciar fácil y placenteramente con una paja. El segundo: las prostitutas están ahí para algo, elige bien y como todo, ten precaución y ve adquiriendo experiencia. No tires el dinero y podrás estar, sino saciado sexualmente en todo momento, si llevar una vida medianamente normal sin estar necesitando el sexo cada día.
4. Emocionalmente. Es ya de todos sabidos en valor terapéutico de las mascotas, especialmente los perros. Unos amigos para salir de vez en cuando y llevarse bien con los compañeros de trabajo suplirán en gran parte el vacío emocional.
5. Finalmente, la línea de pensamiento “son todas unas hijas de la gran puta”, ayuda mucho, sobre todo porque en casi todos los casos es cierta, especialmente si no eres atractivo físicamente. Pensando así (cosa que no es más que la realidad), consigues un estado anímico combativo y que te lleva a preocuparte de la realidad del día a día y no soñar con amores que a fin de cuenta no son más que “historias de amor para gente atractiva”. Ten en cuenta que por todo se paga un precio, y el que está siempre ligando o pasando de una pareja a otra, directamente no vive para si mismo.
No sé si este método, que yo ahora empleo como guía de actuación en mi día a día servirá a otros, pero lo que si sé es que es una forma cojonuda de evitar caer víctima de las exigencias, paranoias mentales y mal trato de las mujeres españolas, y de permitir centrarse en la propia vida, ascendiendo siempre económica y personalmente.
Quizá lo que deberíamos hacer es decir qué es lo mejor para EVITAR a las mujeres, cómo NO ligar, y que les den a todas.
Esta determinación la tomé justo el día antes de incorporarme a mi nuevo trabajo. Tengo un conocido nativo de Colombia, casado con una chica de mi pueblo. Este, sorprendido por cómo pensamos aquí de las españolas, le preguntó a su mujer “¿porqué dicen todos que las españolas no sois nada cariñosas, que sois bordes, exigentes y malas?”. A lo que ella le respondió (verídico): “SÓLO SOMOS ASÍ CON LOS ESPAÑOLES”.
En fin, ¡más madera, es la guerra!.