Interceptor
Asiduo
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Grozni. Tarantela ciudad enclavada a orillas del Caúcaso Norte. A ella acuden todos los años maestros del combate y la seda blanca. Campeones del mundo y CasiCampeones de todo tipo de artes marciales como por ejemplo el Múñon Kenpo o el Aberreh Gafah, se dan cita en tan gloriosa ciudad para compartir conocimientos, tatami, y algún par de ostias si de da el caso. Este año, un personaje singular hace acto de presencia, por primera vez en su vida, y quién sabe si la última. Es el Gran Maestro Gutiérrez, también conocido en la cocina de su casa como “El Sandokan de Torrelodones”. Un ser inhumano y sin sentimientos, de desproporcionado glande y euclídeas gafas que le proporcionan visión nocturna y retráctil, además de un gran parecido con Toni Belerofonte, aquella leyenda y único prohombre capaz de derrotar a Frank Dux en combate ilegal. Desde que era niña, antes de cambiarse de sexo, el Maestro Gutiérrez soñaba con vestir tangas verdes y kimono fucsia. Después de pasar por el quirófano, tras 4 días de descomunal operación carnicera, se convirtió en una bestia parda de superdesarrollados genitales. Un cataclismo de esteroides andante, para entendernos. De hecho, desde aquella gran escena del comienzo de la película “Depredador”, en la que Arnold Swarzenneger le echa un pulso a Carl Wealthers, jamás el ojo humano vió tal desproporcionadez de esteroides. Ahora, ya hecho todo un hombre, y tras hacer la mili en las Azores, estaba mentalmente preparado para afrontar la Vigésimo Novena Edición del Campeonato del Mundo de Castellana Libre, sin duda, la competición de artes marciales más importante del mundo. Mientras desacía el equipaje nada más llegar al hotel, Gutiérrez recordaba aquellas sabias palabras del Abuelo Joe….”Mi pequeño Guti, has de saber que Grozni es una ciudad muy peligrosa, no sólo por su alta densidad en percas afroamericanas, sino por su fauna autóctona. Estáte siempre alerta, porque detrás de cualquier esquina, un enjambre de Abejas Grozni puede estar acechando. Son rápidas y despiadas, y sus mortales picaduras pueden matar un mamut en 20 segundos. También presta atención dónde pisas, porque enterradas en la tierra, se ocultan las Arañas Grozni. Son octópodos con bigote que se alimentan de sangre carmín y tienen la fuerza de un babuino colérico. Vaciarán tus venas antes de que te des cuenta. Por último, desconfía de los niños. Los Niños Grozni son de impía mirada, carnet caducado y malformaciones labiales. Los reconocerás rápidamente porque andan encorvados, casi a cuatro patas, y hablan ucraniano”. Una vez Gutiérrez terminó de guardar sus calcetines rosas en el armario, se dirigió al baño, y con solemne postura, digna de grandes reyes, comenzó a mear lentamente.
Frikazo
Veterano
Forero del todo a cien
