Es comprensible que ignores un hecho que tuvo cierta relevancia entre la inmensa minoría de mis lectores. Se detalló, más de lo necesario, como siempre, entre los circunloquios de unos de mis ladrillos. A partir de aquella farragosa narración ILG abandonó su residencia en Londres y se mudó a Londinium. De hecho, me hace ilusión pensar que ha completado su conversión al latinismo y cada vez que le interrogan por su gentilicio, responde con un inapelable "matritense". Jamás ha vivido en London. Ni de su boca ni de su teclado ha salido semejante blasfemia. En Londres llevaba tiempo apuntalando su imperio, pregonando el buen nombre de este nuestro sacrosanto Foro y poniendo en valor, en la meca de los dédalos financieros, cada una de nuestras palabras. Después, aspirando a hollar las más altas cotas de la excelencia, su ciudad de paso es Londinium. Regresará, sin duda, a los cerros de Úbeda que le vieron madurar entre olivares centenarios. Regresará, nostalgia otoñal, a las noches salvajes en Cleofás o en la Boite del Pintor, a su maternal calle Goya, herido de amor, de luz y de vida por las aureas saetas de unos ojos de mujer.