Cáncer de Colon
Cacarazzi
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A mí me gustaría ser técnico en localizaciones cinematográficas.
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Copiota de mierda.
Un amigo mío trabajó de técnico de localizaciones de VIDEOJUEGOS.A mí me gustaría ser técnico en localizaciones cinematográficas.
Pongamos una ebanistería juntos.Con dos minutos de diferencia no da tiempo a plagiarte.
Poca gente sabe que casi ninguna perrera de España tiene protocolos de paseo ni personal para ello, así que si un perro no es paseado por voluntarios puede estar 10 días sin salir de su jaula.
Pongamos una ebanistería juntos.
Tú pones la pasta, que para algo eres judío.
ú pones la pasta, que para algo eres judío.
Conocía a uno de un pueblo pequeño, San Martín de Pusa, y se quejaba mucho de que la gente se moría poco. Verídico.Yo si tuviera que cambiar de trabajo me gustaría ser enterrador municipal.
Trabajo tranquilo, clientes silenciosos, entorno lúgubre...
Iría a trabajar montado en una Harley Davidson, vestido con un guardapolvos de cuero, y pondría desgarradores requiems cantados a capella como hilo musical laboral.
Nunca es tarde ni pronto para acabar en el cementerio...
Aprendices somos los tres, joder, que no nos enteramos que no tenemos ni puta idea ni para elegir la madera para hacer la talla, ni que decir tiene que nos dejaríamos los dedos con la primera gubia que nos dieran.Me pido aprendiz.
Un amigo mío trabajó de técnico de localizaciones de VIDEOJUEGOS.
Quiero decir que probablemente un ebanista ahora mismo lo único que haga sea restaurar.
Obviamente, uno de los grandes problemas a la hora de cambiar de profesión es monetizarla.Ahora en serio, una ebanistería no lo veo. Una cosa es restaurar muebles (que naturalmente ha de hacerse a mano) y otra cosa es hacer piezas de muebles, que es lo que habría hecho un ebanista antiguamente. En este sentido un ebanista es un tornero de madera, y esto a buen seguro hoy en día se hace con tornos automáticos programados por ordenador a partir de planos informatizados.
Quiero decir que probablemente un ebanista ahora mismo lo único que haga sea restaurar.
Pues si te refieres a poner pasta para abrir el negocio no hace falta mucho dinero, se necesitan manos precisas, oficio y cierto nombre. Y eso no lo conseguimos con dinero, GIN.
Ya, tío. Pon más pasta y compramos una que ya esté funcionando y hacemos de aprendiz pero en realidad somos los jefes. Yo puedo aportar como valor añadido mis conocimientos de marketing y de gestión de clientes y tú lo que sea que puedes hacer.Aprendices somos los tres, joder, que no nos enteramos que no tenemos ni puta idea ni para elegir la madera para hacer la talla, ni que decir tiene que nos dejaríamos los dedos con la primera gubia que nos dieran.
Eso es, creo. En esa época mi amigo y yo no teníamos demasiado contacto, él ya se había marchado al extranjero y hablábamos de tanto en tanto y tan en detalle no me contó; sí me contó que se había tirado no sé cuántos meses en San Francisco haciendo localizaciones. Ahora vive en Italia trabajando para otra empresa de videojuegos, pero ya no localiza. La verdad es que no sé bien qué hace ahí. ¿Contento? Normal, diría yo. Todo trabajo tiene su lado oscuro cuando no está idealizado. A lo mejor los compis eran unos hijos de puta, la gente imbécil, o trabajaba demasiado. No creo que fuera ir paseando y decir "qué cuqui este rincón, lo anoto en el Google maps y que Johny venga y lo lleve al GTA".¿Para que otros copiaran/se inspiraran lo que había explorado IRL y lo convirtiesen en fondos gráficos de videojuegos?
Me valdría igual. Debía estar contento tu amigo.
Por cierto, acabo de mirar lo del "cliente secreto" y en principio hay que estar habilitado como Investigador Privado por el Ministerio del Interior; si se hace en negro puede acarrear sanción. Ya en su día me interesé por trabajar como investigador privado, pero hacía falta demasiada formación pagada.
No Cenobita, hay trabajos que no pueden hacer máquinas, las máquinas no tallan el Cristo de Medinaceli ni hacen pasamanos de escaleras con mas curvas que la subida Tormalet
Aprendices somos los tres, joder, que no nos enteramos que no tenemos ni puta idea ni para elegir la madera para hacer la talla, ni que decir tiene que nos dejaríamos los dedos con la primera gubia que nos dieran.
Brutal. Qué suerte. Daría con gusto un brazo de cualquiera de vosotros por una ocasión así. Cuéntanos más.Me pilla el hilo en plena etapa de cambio, hace dos meses y medio dejé mi trabajo en una pequeña empresa del sector de automoción donde llevaba 5 años y en este tiempo me ha ido saliendo algún trabajo suelto como consultor de antiguos contactos mientras seguía buscando trabajo por cuenta ajena. Por un lado me gustaba el entorno industrial, pero era mi primera experiencia por cuenta ajena y estando en un departamento de calidad, acababa recibiendo hostias por todos lados, clientes, producción y dirección, así que me fui sin más.
Pero hace unas semanas un familiar me propuso ayudarle en su trabajo, relacionado con la moda. Tiene una tienda cara al público, varios trabajadores en el taller y desde esta semana estoy aprendiendo una nueva profesión y encantado de la vida. A 15 minutos de casa, haciendo media jornada, sin estrés, la empresa tiene las cuentas saneadas, se gana dinero y él se jubila dentro de nada. Quizás me ponga a estudiar mientras compagino la media jornada y serán un par de años de cobrar poco pero tampoco necesito mucho para vivir. Y el negocio será para mi a coste cero.
Pues fenomenal, pero o cuentas dónde estabas, cómo y por qué decirse a cambiar y qué te impulsó a ello y sobre todo qué cambio fue ese o nos quedamos todos a media paja.Creo que no es lo mismo tener trabajos que cambiar de empleo. Sí, ya sé que es el título del hilo, pero la diferencia entre lo uno y lo otro es sustancial. Quien va saltando de trabajo en trabajo, casi de profesión en profesión, no va buscando lo mismo que quien quiere cambiar de empleo.
Los primeros, que cambian de puesto y empresa a salto de mata, sólo buscan pasta y un modus viviendi. Se suelen basar en los antiquísimos "mañana será otro día" o "Dios proveerá". Los segundos se llenan de pensamiento y temor, y en sus mentes palpitan palabras como "sueldo", "estabilidad ", "futuro", etc. Y muy pocas veces se contagian de la alegría de vivir de lo que realmente te hace feliz como para dar el salto. Me produce gran tristeza.
Entiendo que no todo el mundo tiene al alcance un cambio de profesión haciendo borrón y cuenta nueva. Deudas, familia, hijos, caprichos... a mejores condiciones, más difícil resulta dar el cambio. Pero si se tiene una oportunidad, por qué no?
Yo pegué el cambiazo el año pasado. A tomar por culo la placita con paga fija, vacaciones y sexenios. Eso ya sé que lo puedo hacer y siempre estará ahí por si tengo que volver. Ahora toca darme el gustazo de hacer lo que siempre quise. Sin ataduras de ningún tipo, ¿a quién coño le importa lo que haga? Además, ¿qué es lo peor que me puede pasar? ¿Perder mis ahorros y volver a la vida que llevaba? Total, a la tumba no me voy a llevar la cartilla del banco (como sí hará @pepito50).
No es cierto lo del Mystery Shopper, miralo bien anda.
Brutal. Qué suerte. Daría con gusto un brazo de cualquiera de vosotros por una ocasión así. Cuéntanos más.
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