LeChuck
Freak total
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Gabrielle Vega lo hizo público por primera vez en 2018, el nombre del hombre que la había violado: Manuel Blanco Vela. Después de ella: 50 mujeres más.
Blanco Vela ha sido condenado esta semana por la Audiencia Nacional por tres delitos de agresión sexual contra Vega y otras dos estudiantes norteamericanas entre 2013 y 2017. Pero detrás de esos tres delitos sexuales ya con sentencia a nueve años de cárcel, la madeja parece mucho más larga.
Vega llegó a Salamanca para estudiar en 2013. Acababa de cumplir los 19. En octubre, contrató un viaje para conocer varias ciudades del norte de Marruecos con un par de amigas, también norteamericanas. Lo hicieron con una agencia de viajes, Discover Excursions, y con ellas viajó el dueño de esa empresa, Manuel Blanco Vela.
La última noche la pasaron en Tánger. Estaba en la terraza del bar del hotel con esas amigas, Ashley y Nicole. Blanco les propuso tomar champán en su habitación, en la que compartían las tres, y se fueron para allá. Blanco quiso que jugaran a verdad o atrevimiento, quería que se quitaran las camisetas. Ellas no lo hicieron, pero él se quedó en calzoncillos. En medio de aquel juego, Vega, que se había bebido dos copas de ese champán que él había llevado y una cerveza, empezó a sentirse muy cansada y se durmió mientras sus amigas hablaban con él en la cama.
Cuando abrió los ojos no había nadie en la habitación. Se levantó para ir a cambiarse el tampón y al abrir la puerta del baño los encontró a los tres: ellas en camiseta, y él en calzoncillos, en la ducha. Esperó hasta que salieron, entró y se sentó en la taza. Entonces pasó Blanco.
“Introduciendo su pene en la boca de Gabrielle, empujando su cabeza hacia abajo y ella cayó al suelo, quedando inconsciente. Se despertó con moratones en las rodillas, con restos de sus propios excrementos y con fuertes dolores en el abdomen y ardor en el ano. El procesado ya no se encontraba allí”.
Vega se dio cuenta de que Blanco la había drogado y la había violado mientras estaba inconsciente.
En la universidad, y mientras lo explicaba, dos mujeres respondieron que ellas, en verano de 2017, habían contratado un viaje con la misma agencia y les había pasado algo parecido con el mismo hombre, Manuel Blanco Vela.
Darse cuenta de que no era solo ella, de que no estaba sola, la llevó a denunciar. Y decidió que, si había más, tenía que encontrarlas.
El 13 de febrero puso un mensaje en Facebook en el que alertaba de que había habido varias agresiones sexuales relacionadas con la agencia Discover Excursions de Sevilla. Y poco después de interponer la denuncia fue a Today, en laNBC. Cuando terminó su relato, entraron otras dos mujeres a sentarse en ese plató: Carly Van Ostenbridge y Hayley McAleese.
Las dos habían viajado a Valencia en el verano de 2017 para un programa de estudios, y habían contratado un viaje a Lagos, en Portugal, con Discover Excursions. Manuel Vega Blanco también intentó agredir a las dos, y el relato de ambas, como el de Vega, consta ahora en esa sentencia por la que la Audiencia Nacional lo ha condenado a nueve años de cárcel por las tres agresiones. Pero Vega, como Van Ostenbridge y McAleese, pero sobre todo Vega, sabe que no son solo tres.
Durante aquellos meses de 2018 en los que encendió la luz sobre su agresión recibió más de medio centenar de correos y mensajes que abarcaban hechos desde 2009 y hasta casi ese año. Más de 50 mujeres que le contaban que habían estado en algún momento estudiando en España, que habían viajado con esa agencia y que habían sido agredidas, en distintos grados, por Manuel Blanco Vela.
Al Gobierno de Estados Unidos le constan muchas de estas denuncias, interpuestas ante embajadas españolas en distintos estados de EE UU, y ante el FBI. En marzo de 2019, la embajada americana en España emitió la primera alerta de seguridad que una de estas sedes estadounidenses ha emitido jamás con nombre propio: fue contra él.
Fue el mismo año que Blanco Vela fue ya condenado, no por violación, sino como responsable civil de la muerte de Lauren Bajorek, una estudiante estadounidense que el 19 de julio de 2015, de madrugada, justo unas horas después de celebrar su cumpleaños, cayó desde la terraza de un octavo piso en el barrio de La Juncal, en Sevilla. Era la casa de Manuel Blanco.
Él llamó entonces a Emergencias para alertar de que alguien “se había tirado”. Hubo una investigación: se concluyó que no podía tratarse de un suicidio, pero la Policía no tuvo elementos de prueba para procesar penalmente a ese hombre ni por homicidio ni por asesinato. El juzgado de Instrucción número 14 de Sevilla decretó el archivo del caso.
Manuel Blanco Vela se sentó el 27, 28 y 29 de este pasado enero en un tribunal porque una mujer habló y otras le respondieron. Para la Justicia es agresor de tres mujeres, para las mujeres que han puesto en común sus historias, un depredador sexual. En España, de confirmarse esas decenas de agresiones, uno de los mayores de la historia.
SU UNICO DELITO FUE HAMAR
Aquí el artículo completo:
Aquí la entrevista en la tele usana a las tres caras conocidas del caso:

Blanco Vela ha sido condenado esta semana por la Audiencia Nacional por tres delitos de agresión sexual contra Vega y otras dos estudiantes norteamericanas entre 2013 y 2017. Pero detrás de esos tres delitos sexuales ya con sentencia a nueve años de cárcel, la madeja parece mucho más larga.
Vega llegó a Salamanca para estudiar en 2013. Acababa de cumplir los 19. En octubre, contrató un viaje para conocer varias ciudades del norte de Marruecos con un par de amigas, también norteamericanas. Lo hicieron con una agencia de viajes, Discover Excursions, y con ellas viajó el dueño de esa empresa, Manuel Blanco Vela.

La última noche la pasaron en Tánger. Estaba en la terraza del bar del hotel con esas amigas, Ashley y Nicole. Blanco les propuso tomar champán en su habitación, en la que compartían las tres, y se fueron para allá. Blanco quiso que jugaran a verdad o atrevimiento, quería que se quitaran las camisetas. Ellas no lo hicieron, pero él se quedó en calzoncillos. En medio de aquel juego, Vega, que se había bebido dos copas de ese champán que él había llevado y una cerveza, empezó a sentirse muy cansada y se durmió mientras sus amigas hablaban con él en la cama.
Cuando abrió los ojos no había nadie en la habitación. Se levantó para ir a cambiarse el tampón y al abrir la puerta del baño los encontró a los tres: ellas en camiseta, y él en calzoncillos, en la ducha. Esperó hasta que salieron, entró y se sentó en la taza. Entonces pasó Blanco.
“Introduciendo su pene en la boca de Gabrielle, empujando su cabeza hacia abajo y ella cayó al suelo, quedando inconsciente. Se despertó con moratones en las rodillas, con restos de sus propios excrementos y con fuertes dolores en el abdomen y ardor en el ano. El procesado ya no se encontraba allí”.
Vega se dio cuenta de que Blanco la había drogado y la había violado mientras estaba inconsciente.
En la universidad, y mientras lo explicaba, dos mujeres respondieron que ellas, en verano de 2017, habían contratado un viaje con la misma agencia y les había pasado algo parecido con el mismo hombre, Manuel Blanco Vela.
Darse cuenta de que no era solo ella, de que no estaba sola, la llevó a denunciar. Y decidió que, si había más, tenía que encontrarlas.
El 13 de febrero puso un mensaje en Facebook en el que alertaba de que había habido varias agresiones sexuales relacionadas con la agencia Discover Excursions de Sevilla. Y poco después de interponer la denuncia fue a Today, en laNBC. Cuando terminó su relato, entraron otras dos mujeres a sentarse en ese plató: Carly Van Ostenbridge y Hayley McAleese.
Las dos habían viajado a Valencia en el verano de 2017 para un programa de estudios, y habían contratado un viaje a Lagos, en Portugal, con Discover Excursions. Manuel Vega Blanco también intentó agredir a las dos, y el relato de ambas, como el de Vega, consta ahora en esa sentencia por la que la Audiencia Nacional lo ha condenado a nueve años de cárcel por las tres agresiones. Pero Vega, como Van Ostenbridge y McAleese, pero sobre todo Vega, sabe que no son solo tres.
Durante aquellos meses de 2018 en los que encendió la luz sobre su agresión recibió más de medio centenar de correos y mensajes que abarcaban hechos desde 2009 y hasta casi ese año. Más de 50 mujeres que le contaban que habían estado en algún momento estudiando en España, que habían viajado con esa agencia y que habían sido agredidas, en distintos grados, por Manuel Blanco Vela.
Al Gobierno de Estados Unidos le constan muchas de estas denuncias, interpuestas ante embajadas españolas en distintos estados de EE UU, y ante el FBI. En marzo de 2019, la embajada americana en España emitió la primera alerta de seguridad que una de estas sedes estadounidenses ha emitido jamás con nombre propio: fue contra él.
Fue el mismo año que Blanco Vela fue ya condenado, no por violación, sino como responsable civil de la muerte de Lauren Bajorek, una estudiante estadounidense que el 19 de julio de 2015, de madrugada, justo unas horas después de celebrar su cumpleaños, cayó desde la terraza de un octavo piso en el barrio de La Juncal, en Sevilla. Era la casa de Manuel Blanco.
Él llamó entonces a Emergencias para alertar de que alguien “se había tirado”. Hubo una investigación: se concluyó que no podía tratarse de un suicidio, pero la Policía no tuvo elementos de prueba para procesar penalmente a ese hombre ni por homicidio ni por asesinato. El juzgado de Instrucción número 14 de Sevilla decretó el archivo del caso.
Manuel Blanco Vela se sentó el 27, 28 y 29 de este pasado enero en un tribunal porque una mujer habló y otras le respondieron. Para la Justicia es agresor de tres mujeres, para las mujeres que han puesto en común sus historias, un depredador sexual. En España, de confirmarse esas decenas de agresiones, uno de los mayores de la historia.
SU UNICO DELITO FUE HAMAR
Aquí el artículo completo:
Aquí la entrevista en la tele usana a las tres caras conocidas del caso:
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