Me dicen por el pinganillo que mi madre también.
Yo es que no sé qué hostias pasa con los embarazos de hoy día con tanta POLLADA. Que una cosa es que te lo mire el médico y te hagas tus ecografías y tus análisis, que está bien, y otra es que te tengas que apuntar a yoga para embarazadas, a lecciones de alicatar el suelo pélvico, meditación trascendental para el parto, técnicas de respiración avanzada y demás subnormalidades. Pero lo grave de esto es que encima las tías pretenden que el tío haga lo mismo, que vaya a esas putas mierdas con ella y participe igual y se ponga a hacer él también ejercicios y su puta madre como si fuera a parir él, que es como si me rompo un brazo y la rehabilitación la tengo que hacer yo y mi piba también.
Por supuesto mi abuela tampoco tuvo depresiones post parto ni pollas, claro, que esa es la siguiente. Al día siguiente de parir ya estaba partiéndose el pecho a currar como una jabata con el bambino de turno colgándole de la teta y ni medio ay que dijo.
La estupidez en la que se ha convertido el parto en el mundo occidental (porque es claro que fuera de él las mujeres paren como si cagaran y sin tanta mandanga) es para darles de guantás a ellas y, lo que es peor, a ellos también.
Vamos, no me jodas,
@Morzhilla. Pregúntale a tu abuela cómo tuvo ella los hijos o cómo los tuvo su madre, que seguro que pariría ahí en el caserío ella sola cortando el cordón con el hacha con la que estaba cortando troncos y compara las mamonadas que estás haciendo tú.