Últimamente rara vez se ve a Letizia reír de corazón. En los actos
oficiales con el heredero al trono Felipe, pone su sonrisa profesional que no llega a la mirada. El amor de la pareja parece marchito. La princesa sólo se abre cuando sale con sus amigos „ a la pista“ y, últimamente, en asuntos fuera de palacio de los que se ocupa sola.
Esto pasa cada vez más a menudo, y siempre acompañada del mismo guardaespaldas: un atractivo joven con el que da la impresión de tener un trato extremadamente familiar. Se rumorea en Madrid que se
trata de su „romance secreto“.
A menudo se compara a Letizia con la princesa Diana, y de
aquí también se extraen semejanzas: Letizia habría sucumbido a la misma tentación que la infeliz inglesa.
Las semejanzas son realmente chocantes . Como Diana, Letizia sufre la frialdad de su matrimonio porque, parece ser que, Felipe añora a su ex-amante Eva Sanum. En el caso de Di era Camilla. E, igual que Di, Letizia teme al protocolo de la corte y al comportamiento hosco de los suegros reales.
Si Felipe no la
quiere perder, le tiene que mostrar su amor urgentemente. Y tiene que ver las señales que manda Letizia, por ejemplo su evidente aburrimiento en las recepciones siempre en las mismas salas del palacio de la Zarzuela, y, al contrario, su risa feliz al lado de su guardaespaldas. "