wetamir
Falócrata del retulador
- Registro
- 26 Mar 2007
- Mensajes
- 1.259
- Reacciones
- 11
Llego a casa y pongo la tele, veo una promo de una nueva serie de abogadas feminazis, "Daños y perjuicios" o algo así.
Otra puta serie de abogados pegando patadas a papeleras y clavándose puñales en sus despachos en la planta 65 de alguna torre acristalada de Manhattan. Mujeres con traje a rayas que ostentan un poder legal desmesurado y que se comportan como dueñas del universo. Firmando papelitos y decidiendo el destino de algún despreciable hombre peludo, maltratador y feo.
El caso es que algún jefecillo decidió que sería buena idea entrevistar a abogadas españolas para promocionar la serie, así que enviaron una cámara para captar las impresiones de un grupo de suspuestas letradas brillantes, preparadas, modernas blao blao mierda...
Y ahí estaban, largando por sus bocas, asegurando que la serie es realista, que las mujeres son así y qué ellas se lo han currado mucho para llegar a ser abogadas de éxito.
Joder, los ojos de una se abrían completamente hinchados por la atención recibida, se le llenaba la sonriente boca al asegurar que ella era igualita que las mujeres de la serie.
Veías ahí a una pánfila con pinta de no saber abrir la puerta del garaje, asegurando que su mundo es muy duro y que tiene que estar en todo para ser la mejor, porque asume que es la mejor.
Todo esto con insertos intercalados de secuencias en las que Glenn Close humilla a algún abogado hombre con alguna réplica ingeniosa basada en juegos de palabras con pollas. Ella enfocada en contrapicado, colosal, poderosa, gigantesca. Él, enfocado en picado, ridículo, minúsculo, patético.
Luego habla otra imbécil en un despacho en el que no hay un puto papel a la vista:
-"La serie me parece que refleja un mundo actual y creo que es muy realista. Las mujeres somos así y nos lo hemos tenido que currar mucho."
Ridícula hormiguita comelibros, convencida de que es la ostia por manejar el word y vestir un traje de chaqueta, asegurando que es algo así como la punta de lanza de una especie de nueva raza de supermujeres dueñas del mundo.
Esto me lleva a pensar en que no veo por ninguna parte a hombres esperando aplausos por ser abogados, por conducir su coche o por hacerse la cena. En que cada puta vez que una de esas minusválidas mentales de mierda supera su jodido handicap natural y se ata los cordones ella solita le falta tiempo para que salga de su garganta de comepollas una nueva reivindación de que las mujeres son el futuro de la humanidad y chorradas similares.
Y ahí estaban, convencidas de que eran la cima de su generación, mas centradas por salir en la tele, mantener una pose y parecerse a una estlización banal, arquetípica y estética de lo que es una abogada que de diferenciar entre su realidad y la ficción de la tele.
Lo primero que hace una mujer cuando obtiene poder es ver cómo le sienta.
Otra puta serie de abogados pegando patadas a papeleras y clavándose puñales en sus despachos en la planta 65 de alguna torre acristalada de Manhattan. Mujeres con traje a rayas que ostentan un poder legal desmesurado y que se comportan como dueñas del universo. Firmando papelitos y decidiendo el destino de algún despreciable hombre peludo, maltratador y feo.
El caso es que algún jefecillo decidió que sería buena idea entrevistar a abogadas españolas para promocionar la serie, así que enviaron una cámara para captar las impresiones de un grupo de suspuestas letradas brillantes, preparadas, modernas blao blao mierda...
Y ahí estaban, largando por sus bocas, asegurando que la serie es realista, que las mujeres son así y qué ellas se lo han currado mucho para llegar a ser abogadas de éxito.
Joder, los ojos de una se abrían completamente hinchados por la atención recibida, se le llenaba la sonriente boca al asegurar que ella era igualita que las mujeres de la serie.
Veías ahí a una pánfila con pinta de no saber abrir la puerta del garaje, asegurando que su mundo es muy duro y que tiene que estar en todo para ser la mejor, porque asume que es la mejor.
Todo esto con insertos intercalados de secuencias en las que Glenn Close humilla a algún abogado hombre con alguna réplica ingeniosa basada en juegos de palabras con pollas. Ella enfocada en contrapicado, colosal, poderosa, gigantesca. Él, enfocado en picado, ridículo, minúsculo, patético.
Luego habla otra imbécil en un despacho en el que no hay un puto papel a la vista:
-"La serie me parece que refleja un mundo actual y creo que es muy realista. Las mujeres somos así y nos lo hemos tenido que currar mucho."
Ridícula hormiguita comelibros, convencida de que es la ostia por manejar el word y vestir un traje de chaqueta, asegurando que es algo así como la punta de lanza de una especie de nueva raza de supermujeres dueñas del mundo.
Esto me lleva a pensar en que no veo por ninguna parte a hombres esperando aplausos por ser abogados, por conducir su coche o por hacerse la cena. En que cada puta vez que una de esas minusválidas mentales de mierda supera su jodido handicap natural y se ata los cordones ella solita le falta tiempo para que salga de su garganta de comepollas una nueva reivindación de que las mujeres son el futuro de la humanidad y chorradas similares.
Y ahí estaban, convencidas de que eran la cima de su generación, mas centradas por salir en la tele, mantener una pose y parecerse a una estlización banal, arquetípica y estética de lo que es una abogada que de diferenciar entre su realidad y la ficción de la tele.
Lo primero que hace una mujer cuando obtiene poder es ver cómo le sienta.