comomolo rebuznó:
percutador rebuznó:
Pero eso sí me gustaría que leyerais este post con
Depeche Mode que expresa mi estado de ánimo al escribirlo.
Un saludo
AMO
Pero AMO TOTAL, ¡¡canto yo, canto yo!! :eek: :eek: :eek:
De todas maneras, yo no le hubiera puesto esa canción, aunque he ahí la gracia de la música, a cada uno nos evoca una cosa.
Al grano. Hiciste estupendamente. Por mantenerte firme, por joder a la chica en cuestión de esa manera, y sobre todo porque tiempo después, tu amigo fue así de seco porque se le caía la cara de vergüenza de ver lo que había hecho y haberse dejado engatusar así.
En cuanto a la mujer, no todas son así. Esa mujer es demasiado malvada, no, no es puta ni zorra, eso es demasiado flojo, ¡¡es un esbirro del mal!!. Tu novia tiene razón, o bien por despecho, o bien por miedo a que tú le dijeras:
Vaya zorra, tu novia provocándome en tu ausencia. Haz caso a tu actual novia, que tiene toda la razón.
Lo que más me interesa sin embargo es tu amigo. Por una parte, menuda inseguridad, creo yo. Por fin consigue a esta mujer, y se le trastocan los cables. Un hombre con seguridad tiene suficiente sangre fría como para conservar la calma y preguntarte con frialdad primero a ti qué es lo que realmente había pasado. Sólo la inseguridad puede hacer perder los estribos ante un testimonio tan peliculero de una malvada mujer: tu amigo estaría obcecado por encontrar pareja y ya nada parecía importarle más.
Lo curioso también es la forma en que te llama y como dices, lacónico, contesta escuetamente. Menuda vergüenza. Podría haber tenido un poco más de valor, y quedar para veros o algo parecido, ya que, aunque vuestra amistad hubiese estado perdida, y ya no volviese al cauce inicial, al menos podría haberse limpiado un poco, creo yo.
Realmente, es espantoso. Pero te repito, hiciste bien. Al menos si lo que cuentas es cierto, tú has tenido siempre tu honor totalmente limpio, sin nada que ocultar, ni a ella, ni a ti, y eso vale más y da más satisfacción a la larga, que cualquier polvo con ese malvado ser. Y la sensación de salir ganador ante todos los insultos de tu amigo, aunque sea tiempo después, no tiene precio, de verdad.