Por decir algo que tanto es en contra como en favor de loquo, expresaré lo que nos ha ocurrido hoy:
en nuestras navegaciones rutinarias por Internet hemos visto que nos habían robado un título de un anuncio nuestro, copiando íntegramente el mismo texto del interior e incluso añadiendo una fotografía de Christie, de las que usamos para acompañar en anuncios y que siempre van escritas con nuestra página web. Pero el teléfono por supuesto no correspondía con el nuestro y el precio del servicio también era otro distinto.
Este hecho, además de molestoso, es delictivo. Tampoco voy a decir los presuntos delitos que supone, entre otros, el usar una fotografía de otra persona para el beneficio propio con afán de lucro, porque entre otras razones que pueda alegar el tema ha sido notificado a los grupos de delitos telemáticos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que se han creído correspondiente, para su evaluación y las acciones que se estimen oportunas.
Rápidamente ha sido detectado, nos hemos puesto en contacto con los responsables de LoQuo. Les hemos demostrado la autenticidad de nuestro anuncio original, la propiedad de la fotografía y el anuncio en sí que nos había plagiado, mediante los enlaces correspondientes, y en minutos LoQuo ha actuado inmediatamente, eliminando el anuncio infractor.
El hecho, igualmente y tal como he dicho, ha sido comunicado a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado mediante el método que he estimado apropiado, para las acciones que se estimen oportunas. Asimismo, sirve de su conocimiento para otro tipo de factores.
Dicho esto, cabe dos temas, en contra y en favor:
- en primer lugar, criticar la bajeza que supone robar el título, el texto completo e incluso la fotografía de una persona que está obteniendo buena fama en el sector, y que por desgracia es uno de los hechos que ocurren en LoQuo de vez en cuando, aunque jamás hasta ahora con el descaro que nos ha afectado;
- en segundo lugar, agradecer a LoQuo su actuación inmediata por los hechos que han ocurrido.
Como toda moneda, tiene su cara y su cruz.
Ahora voy a jugar un rato al ajedrez con el Fritz, que después de la tormenta viene la calma.