ex-Sauna Erótica
Estaba yo pasando cerca de este piso, y me dije: ¿por qué no entras a ver qué tal está el nuevo plantel de titis? Ya había leído que nuestras queridas rusas habían emigrado a otros lares y que la impresión de uno de los foreros no fue demasiado buena al conocer a las nuevas inquilinas, pero eso hay que verlo, siempre.
Así que padentro. Me sale una mulata subida en unos zancos mientras yo esperaba en la segunda puerta haciendo una bajada de escaleras a lo actriz porno sambera (apunto ha estado de escalabrarse desde tanta altura), y yo pensando, madre mía, cómo salga uno de los vecinos¡¡¡ En fin, me abre la puerta y tiramos parriba entre zalamerías risueñas y una buena exposición de su culo, que iba meneando delante de mis narices, girándose de vez en cuando para comprobar que no me perdía detalle. Como buen caballero,la felicité por tan lograda exhibición.
Le pregunto: ¿Cómo, ya no hay rusas? No cariño, ahora hay brasileñas, morenas, rubias y con el coññito caliente.
Bueno, pues que pasen. La primera, una peazo rubia impresionante, con unas peras que casi no he podido fijarme ni en su cara. Cuando pude apartar la vista, vi que además la madre naturaleza había repartido sus dones equitativamente en su persona. Guapa, simpática y locuaz. Buena impresión, sí señor.
De las otras dos que pasaron, recuerdo efímero, aunque la última no estaba mal.
Vuelve la encargada y le pregunto los precios: 40/20 min, 60 1/2 hora y 100 la hora, "y te puedes correr dos veces o tres, depende del coñito de la señorita".
Le pregunto si Bianca hace francés sin; consulta y al lío.
Bianca es una rubia alta, guapa y con un cuerpazo de mujer im-presionante. Resulta que llevaba dos años en Vic (ay los catalanes, qué malos son) y trabajaba en un club. Primer día en Barcelona y en un piso. Vamos que me iba preguntando a mí hacia dónde y cómo (ducha, toallas, etc.). Se la veía nerviosilla, bueno, bastante nerviosa. Primera prueba, antes de la ducha la empiezo a acariciar y le inteto dar un morreo. Tuerce el gesto. Malo. Veremos. Nos seguimos acariciando y realmente está nerviosa, así que me suelta que pa la ducha, que si me desnudo allí o en la ducha, aunque siempre sonriente... Ehi, frenaaa. Nos vamos pa la ducha. Nos lavamos y de vuelta a la habitación.
Empieza a desnudarse con ese reparo que tienen las chicas la primera vez que están con un tío... No me lo puedo creer, a esta chica sólo le hace falta ponerse roja¡
En fin, nos empezamos a acariciar, le toco esas inmensas protuberancias que casi nos separan y la tía se averguenza y me dice: Muy grandes, demasiado grandes. Pero criatura de Dios, qué van a ser grandes, son deliciosas, son exquisitas, son... y a los hechos, a acariciar y besar. Y por fin se empieza a soltar y me da unos besitos, unos besos y unos morreos con lengua. eso ya me gusta más.
Aún nerviosa, me tumba en la cama (que me ha tumbao ella con una llave¡) y, tras más morreos, empieza a chupar. Bueno, el francés no es su fuerte, pero tampoco lo hace mal. De vez en cuando utiliza las tetas para ir cambiando, y la mano también. Vamos, que no es lo suyo. Pasamos a follar. Ahora me toca a mí. Le empiezo a hacer un traje de lengua y le va gustando. Llego al punto central y ya lo creo que le gusta. Después de un rato de trabajillo, me para "por que se va a correr". Bueno, yo no diría tanto, pero el tiempo apremia, así que enfundamiento y me pregunta cómo me gusta. Empezamos en misionero, con las peirnas en los hombros, masajeando ese melonar. Ups, cambio que la cosa está que arde. Cambiamos ella encima, con algún morreo de vez en cuando. No se acaba de mover bien, aunque no está mal, por supuesto, y con esas tetas delante, cualquiera se queja. Va cogiendo el ritmo y me veo obligado a cambiar de nuevo. Ahora se queja y me dice que soy malo, que me tengo que correr, que el tiempo, que... Cambiamos a4, con la visión de los espejos y esas tetas bamboleando, y corrida.
Y lo que ya es la ostia, seguía nerviosilla, con timidez. Pero coño, que acabamos de follar. Lo bueno es que me deja con el condón enfundao, y le digo si tiene algo para hacerlo desaparecer. Y, por supuesto, no tiene nada. se lo guarda y nos vamos a la ducha. Allí hay una papelera y lo tira.
Me pregunta que cómo funciona ahora... En fin, que nos vestimos y me acompaña a la puerta.
No cuento el descontrol que parece haber en ese piso: las tías con las puertas abiertas, pasando por el pasillo, una picando en la puerta mientras estábamos en el asunto, yo con la polla tiesa allí en medio del pasillo porque no tenía toalla y todas riéndose... En fin.
Y lo más friki: cuando me despido de ella en la puerta, se cierra, doblo la esquina para bajar la escalera y me encuentro de frente dos mossos que subían. Glups¡¡¡ Ni nos hemos saludado. Han picado a la puerta y yo cagando leches para abajo. A saber...