Leyendo el hilo he visto que hay varias coincidencias:
-Los tios no nos enteramos cuando las cosas van mal hasta que es tarde o muy tarde.
-Parece que nos importa más la cuestión taurina a estar con la persona a la que queremos
-Nuestro fuerte no debe ser la comunicación con la pareja ni el sentimiento de culpabilidad (porqué nos dejan?)
Añadiría, aunque no haya salido anteriormente, que normalmente cuando somos nosotros quienes plantamos solemos hacerlo también contando con alguien a la vista o en reserva. Las mujeres al ser generalmente más espirituales (para el caso, más románticas) pueden esperan a acabar la relación para iniciar otra; los hombres tendemos a encabalgarlas.
Dejar o que te dejen es desgraciadamente importante por el factor "ego"; si nos cuelgan solemos cargarnos con un sentimiento de lástima hacia nosotros mismos o de rabia hacia quien nos ha hecho semejante putada, sin pensar demasiado que la putada la hemos podido hacer nosotros durante la relación sin dar todo lo que se debería.
Así las cosas toca apechugar con lo que haya, hacerlo mejor en la próxima, comunicarte más y guardarte menos; como decía un forero, darse cuenta en qué se falla pues la pareja es cosa de dos.
Caso práctico; como muchos también he pasado por rupturas, la última hace dos años y medio. Descubrí cuando se acabó que actué dando respuestas individuales a problemas mutuos y que no la apoyé cuando debía. Me arrepentí a posteriori pero eso ya no sirve. A partir de ahí actué como el típico despechado, saliendo con varias sin comprometerme, buscando en otras algo que sé que no hallaré y esperando que alguna sea definitiva, amontonando una relación encima de otra. Lo malo de ésta situación es jugar con los sentimientos de ellas como creemos que pueden haber jugado con nosotros. Es el pez que se muerde la cola, como comprar cosas robadas.
No me enrrollo más, para ser mi primer post ya parece suficiente
Por cierto, desde que el colega Anselmo inició el hilo han pasado días y no ha comentado el estado de la situación; no es curiosidad morbosa sólo saber en que punto te encuentras. Suerte (buena) y ya sabes, somos como trenes que se cruzan continuamente, únicamente es acertar la estación... y si no, almenos te diviertes probándolo.