A mi me fascina una saliva poco apreciada por la chusma, que es la
saliva sorpresiva y dolorosa.
¿No sabeis de qué hablo? Es lógico porque la imbecilidad no está hecha para discernir sutilezas... Se os saca de mocos, caca, pus y sabo y estais perdidos.
Pero como soy buena y dadivosa os daré conocimiento.
Un buen día, sentís un pinchazo en la zona blanda sublingual, donde el frenillo de la lengua, uniéndola a la mandíbula inferior, impide que la dicha lengua se caiga para la garganta y murais, cosa que bien pensado no estaría nada mal.
Es un pinchazo que roza el dolor más incapacitante, pero sólo dura unos segundos.
Bien, anormales, cuando esto os suceda, al primer pinchazo de aviso, corred raudos a un espejo y observad el milagro:
Un bultito surge lleno de saliva. Debe ser algo así como una glandulita que se llena de saliva, en pleno frenillo, y tarda en reventar...pero cuando el bultito está tirante como un globo de feria..¡PLAFFF!! un hilillo de saliva surge cual mini-geiser de la glandulita, que inmediatamente vuelve a desaparecer. Es precioso de ver.
Menos sofisticado es el sinus pilonidal.
Un bultaco que a algunos desgraciados les surge en la rabadilla, y que no es sino un cúmulo de pelo, un pelo que no sale y se enrosca, y se enrosca...y se va enquistando.
A veces, se logra que no se enquiste intentando reventarlo, como una espinilla y entonces ¡¡¡AHHHH, ENTONCES!!!! surge del grano una mezcla de espinilla y pus tras la cual surge un pelo orgulloso, que parece una comadreja saliendo de una topera.
Cuando se enquista, hay que extraerlo quirúrgicamente y se acaba la diversión.