La intención última es liberar el rencor.
Cuando uno es abandonado o forzado a abandonar se genera una situación negativa derivada de la imprevisibilidad del acto: mientras que la otra parte se ha tomado su tiempo en relativizar el final de la relación antes de hacerlo "público" el abandonado no ha podido prever ese acontecimiento y prepararse adecuadamente. Este factor es determinante como generador de rencor: tú me has dejado hoy pero en realidad (en tu interior) me habías dejado hace semanas, o meses.
En algunas ocasiones se nos brinda la ocasión de reparar ese desequilibrio, esa injusticia, y este tipo de actos es un buen ejemplo. Ese polvo es nuestro punto y final, nuestra conclusión premeditada, en este caso somos nosotros quienes nos anticipamos y nos preparamos adecuadamente. La intención no es hacer daño, la intención poner fin a la relación de forma activa y no como víctima: mientras tú has estado olvidando/superando la ruptura ella se ha recreado en el recuerdo para convencerse de que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Que le sirva o no a todo el mundo es otro tema, a mí, personalmente, no me gusta dejar cabos sin atar.