La unica vez que le he dicho NO a una mujer -en cuanto a lo sexual/ligoteo- fue durante una noche de sangrias y cubatas de plutonio barra uranio en un lugar bastante sordido y deprimente de Madrid, llamado Palace (seguro que mas de uno lo conoce, total, como bien he adscrito, es un lugar penoso

).
La historia comienza como todas las historias, con un joven apuesto, gallardo y tañido de una bondad exquisita. Bueno, vale, no, esto es un cliche pero la historia gana mucho con un comienzo asi. El caso es que los finales de mes en la casa del pobre son muy duros, el pan suele ser del dia anterior, la nevera tiene un aroma a muerte y el alma se nos corrompe con facilidad. Asi que no hay mas remedio que salir por lugares donde lo nauseabundo y la prosapia hedionda de las personas nos faciliten nuestra estancia, y ese lugar era sin duda el Palace. El palace, una discoteca para jovenes (esencialmente universitarios) donde los hombres por 5 euros tenian barra libre de sangria y cerveza hasta la 1 de la madrugada. Las chicas, por el contrario, tenian barra libre gratuitamente dado que como cualquier ser unicelular que habita en este foro sabe, donde hay mujeres, hay hombres, son el mejor gancho que se ha inventado para llenar locales y establecimientos. Que majas todas ellas. Los finales de mes en la casa del pobre son muy duros, y es por ello por lo que la delincuencia y los beligerantes actos contra el transporte publico son obligatorios. Colarse en el metro, en el autobus, en el tren, hacer simpas a los taxistas, en fin, todo un cumulo inenarrable de desprecios por todo y todos que nos conducen a nuestro objetivo, esto es, nos conducen a nuestra sempiterna autodestruccion, esta vez en forma de discoteca.
Una vez me encontre alli, visualice la fauna existente. No dista mucho de cualquier discoteca para drogadictos que soliamos frecuentar asi que nos encontrabamos como en casa -la fisica y la metaforica-, nos encontrabamos entre basura, entre despojos, entre inmundicia y mas inmundicia. Es ahi donde muchos nos movemos con muchisima soltura. Cuando frecuentas con tanta asiduidad la mierda, tus sentidos, especialmente el olfato, se habituan a ello. Por un lado, universitarios desfasados en busca de una noche loca. Por otro lado, ripios femeninos a la caza del pagafantas de los pagafantas, al gerifalte de las invitaciones a costa de la persuasion femenina mas voraz. Lo mas sorprendente de todo es que habia un tercer grupo; maduritos/as en busca de la juventud que hace tiempo dejaron atras. Pero este tercer grupo no me interesa. Dentro de esta generalizacion de hombres y mujeres se podria decir que habia subclases, pero tampoco es lo importante.
Lo importante es que en un momento dado, pasada la noche, entre sangria y sangria, cuando la percepcion de la realidad se descompensa, me vi en la obligacion de solicitar un cubata hecho de materiales radiactivos, un eufemismo de pavoroso garrafon. No tenian mi caracteristico ron con piña, uno de los mejores inventos realizados por mujeres, asi que pedi un ron con cocacola. Esto es un dato muy relevante para la historia, como podeis apreciar. Quedaos con que me gusta el ron con piña. Minutos despues, y sin saber como mi cubata se habia vaciado a una velocidad altisima, una chica alemana se me acerco. Comenzo a hablarme como si me conociese de toda la vida, con una normalidad sonrojante, una desverguenza insolita, aniquilo de un plumazo mi supino e imperterrito caparazon, pero no podia dejar de mirarla a pesar de que me sentia intimidado. Mientra sus labios se movian, yo no podia hacer nada por frenar sus impulsos. Era una situacion que oscilaba entre lo salvaje y lo comico. Y asi siguio durante un rato, narrando sus andanzas, sus aventuras, su vida, mientras yo no podia dejar de postrar mi mirada en su rostro aleman.
En un momento dado se fue al baño y fue el momento de pensar, de hacer cabalas, de reflexionar, de proferir conjeturas a diestro y siniestro. Joder, ni siquiera sabia como habia llegado a ese punto con ella, algo raro pasaba. No recordaba el fragmento que me llevo a semejante situacion. En breves segundos compuse tres teorias; a) una alemana demasiado bella se ha fijado en mi en base a nada, b) todo esto se trata de una trampa, querra mi dinero -ilusa...

- o alguna prebenda, c) esto es una trapaceria de la peor calaña, de muy baja estofa, alguna gracia del destino que me la quiere colar. Ella volvio. Se sento. Siguio hablando como una metralleta. Yo mientras intentaba sopesar opciones. Y seguia hablando. Y no paraba. Y yo no queria que parase, no queria verme en la situacion de tener que tomar ningun tipo de iniciativa con ella. Segui solicitando cubatas. Y ella siguio solicitando mi vida, pero yo no entendia nada, seguia en el limbo realizando calculos.
En un momento dato, afloro en mi una fuerza incontrolable, un empuje desproporcionado, un vigor tenebroso, tetrico, aparentemente inmarcesible. Clave mis ojos en los suyos mientras espete un fatidico NO a ella, a sus intenciones, a su alma, a todo lo que ella pertenece. Me levante, fui al perchero, pague el euro que me costaba, cogi mi chaqueta, subi las escaleras, sali por la puerta, me fui andando a casa, entre en ella, abri la nevera, y alli no habia nada.
Los finales de mes en la casa del pobre son muy duros.