_ICARVS_ rebuznó:
Texto demasiado largo como para citarse
Después de leer esto creo que he formado una imágen de mí que no se corresponde con la realidad. No soy el típico empollón que se come todas las collejas y que vive en un rincón del aula apartado del resto de la clase. Es más, muchas veces disfruto oyendo las conversaciones de mis compañeros y me atrevo a intervenir con alguna tontería que esté al nivel intelectual de la charla. De hecho, para mí son divertidos. De lo que me quejo es que, aún sonando terriblemente arrogante, me siento por encima de ellos. Lejos de ser una ventaja, me siento contínuamente solitario, aún pudiendo integrarme perfectamente entre ellos sin que ninguno note la diferencia. Existe una barrera entre ellos y yo que sólo yo percibo y que no se puede romper. Y esa barrera existe porque yo reacciono de manera distinta que ellos teniendo los mismos estímulos: ¿por qué esa manía de llevar la contraria a alguien que, evidentemente, tiene mucha más experiencia que tú? ¿qué necesidad hay de comportarse como un delincuente para integrarse en grupillos de gangstahs? ¿qué satisfacción puede sentir alguien medianamente civilizado al abusar de chiquillos de primer curso? Son cosas que me inquietan...
De todas maneras, estoy totalmente de acuerdo con usted. De todo esto no pueden salir más que cosas positivas, y sin duda, mis vivencias adolescentes marcarán profundamente la personalidad del hombre que seré mañana ;)
Cheshire's Katua rebuznó:
La compadezco (y la admiro), Srta. Katua. No hay nada más desmotivante que enseñar a quien no quiere aprender. Espero que entre la fauna juvenil encuentre alumnos que le recuerden por qué decidió dedicarse a la enseñanza.
Jose David rebuznó:
¿Usted no se dedicaba a la psicología? Si es así, tengo algunas preguntas con respecto a su profesión que le enviaré por privado :P
Con respecto a historias con profesores, pff... millones. Debe ser una profesión realmente dura. Durante el curso 06/07, tuve como profesora de castellano a una jovencita recién salida de la universidad. Se le notaba ilusionada los primeros días, pero con el correr de los meses su rostro se demacraba más y más. Era una srta. con bastante carácter, acompañaba cada palabra que decía con movimientos de manos y cuando se refería a un alumno, repetía constantemente su nombre para captar su atención en ella. Además, era agradable a la vista. En resumen: era carismática para todo el mundo; para algunos por tener cuerpo de modelo, y para otros por ser buena profesora. A medida que fui conociéndola, también noté algunos problemas de autoestima que ocultaba bastante bien con una actitud alegre las veinticuatro horas. A mediados de curso, ya se había dado cuenta de que el 95% de la clase era mediocre, y se había refugiado en los alumnos más aventajados como yo (aunque esto lo hacen la mayoría de los profesores).
Un día, caminando por los pasillos me la encuentro llorando sola en un rincón. Cuando fui a preguntarle qué le pasaba, empezó a decirme que sentía que había fracasado como profesora, que había escogido mal la profesión, que la había dejado el novio, que el techo de la casa que acaba de comprar se había derrumbado (cuando me dijo eso último me reí por dentro
), y un montón de "desagües" más que canalizó a través de mí. Le di un par de pañuelos que llevaba ocasionalmente en el bolsillo y me vi tentado a decirle "me importa una mierda tu vida" (lo cual me hubiera proporcionado una reserva de risas para meses y meses). Pero decidí tomar el camino del bien (es decir, la mentira), y le dije que era una excelente maestra, que alumnos como yo la apreciábamos, bla, bla, bla... después de la charla tranquilizadora, secándose las lágrimas me rogó que no le contara lo que había pasado a nadie. Me sentí Dios, era como haber robado parte de su alma.
La moraleja de la historia es que el trabajo de profesor es una puta mierda. Tienes que ser ocurrente como Jose David o indiferente como Katua o terminarás llorando sobre el regazo de un adolescente (y tuvo suerte de que ese día ya hubiera recibido dosis de pornografía por la mañana, porque sino hubiera intentado desvirgarme aprovechando el momento dramático :D)
Gracias a todos por las palabras de apoyo ;)
Saludos.