Librarse del mal karma es fácil, sólo hay que amenazar a Dios con quemar una o dos iglesias y te deja tranquilo. Dios es un cobarde y un pringao, le digo un día, le digo, le digo: “mira Dios, como me castigues por pegarle una paliza a la vieja aquella te juro por tu puta madre que quemo la Sagrada Familia de Barcelona antes de que la terminen y te quedas sin tu último capricho, cacho mierda”. Así se lo dije, y al día siguiente no me pasó nada, ni al siguiente ni al siguiente, y de eso hace ya cinco años que soy más feliz que una perdiz. Lo tengo acojonao. Bruébalo, prueba a amenazar a ese hijoputa.