amarie rebuznó:Mi hermano mayor se casó con una mujer divorciada con un hijo. En el momento de la boda el niño tenía 3 años. Mi padre le aconsejó que no lo hiciera. Pero, como hay veces que dos tetas tiran más y la verdad es que la mujer de mi hermano es guapa, la siguió como un marinero sigue el canto de una sirena.
Ella es una hija de la gran puta y está catalogada como una "golddigger". Al mes de casarse dejó de trabajar y se quedó embarazada, mi hermano la mantiene a ella y a su hijo y el niño actualmente no desaprovecha ocasión para recordarle delante de cualquiera "no eres mi padre" cuando le dice algo que no le gusta. No eres mi padre y te mantengo, y te llevo a las clases extraescolares, y te llevo de vacaciones, y cuando estas enfermo te cuido, y cuando lloras te consuelo y cuando haces algo bien lo celebro contigo ese... "no eres mi padre" tiene que doler mucho y la madre de niño mira hacia otro lado y hace como que no se entera. Y en eso la entiendo ¿Qué puede decir? él no es su padre.
Sinceramente me pregunto cómo es que algunas mujeres son capaces de convertir a un hombre que parecía inteligente en un pelele. Hace un par de días chismorreando con mi otro hermano me contó que el mayor le regaló a ella un todoterreno por nada en especial. Lo que más me jode es que como si vivieramos en el siglo pasado ha adoptado el apellido de mi familia. Se llama HijadelaGranPuta de Apellidodeamarie.
Compañera la respuesta a tan gran pregunta, es fácil. La tiene usted mismo en donde termina su abdomen y comienzan sus piernas. Si la señora en cuestión maneja bien su llave, abrirá cualquier puerta. Ah, aquí es donde muchos viven engañados, creyendo que ellos son los que tienen la llave, quizás por la similitud fálica; pero no, amigos, la llave la tienen ellas. Si a un buen hacer en la cama (ya conocen el refrán... una señora en la calle, y una puta en la cama), le añadimos cierto carácter más o menos dócil o "domesticable" del sujeto en cuestión, y la creencia real o irreal de que no catará mejor puchero que el que le prepara su señora, salvo que pague por ello, nos lleva a una casi total anulación del hombre, en este caso, su hermano.
Y ahí comenzarán sutilmente o posteriormente a cara descubierta, los tejemanejes de la dama en cuestión. "Vamos aquí, vamos allá, hay que llevar al niño (del otro) a tal o a cuál..." y a todo poco a poco, su hermano irá diciendo que sí, hasta que ya haya olvidado incluso decirle que no. En ese momento es cuando usted le mira a los ojos y ve a un pelele en formato humano.
Saludos