Lolitonta rebuznó:
			
		
	
	
		
		
			
 El curro que todo lo sabe.
		
 
		
	 
Sera que es mentira lo que acabo de decir. Es la primera vez que hablamos no??
Y hablando de todo un poco, un articulo de la revista runner's
Ventajas y desventajas de la paleodieta | Salud | Runners.es
Hace ya más de 25 años que nació en 
Estados Unidos  la paleodieta, una  forma de alimentarse basada en lo que teóricamente  comían nuestros  antepasados en la era Paleolítica, cuando el hombre era   cazador-recolector, antes de que se desarrollaran la ganadería y la   agricultura.
 Esta propuesta –diseñada originalmente  para mejorar la salud a través de una alimentación más natural– ha sido  adaptada a los deportistas con el fin de mejorar su rendimiento  deportivo. 
¿En qué consiste esta dieta? ¿Es saludable? ¿Conseguirá mejorar tu rendimiento deportivo?
 ¿En qué se basa la paleodieta? La base  principal de esta propuesta nutricional se apoya sobre la idea de que  los seres humanos, a través de miles de años de evolución, hemos  adquirido una serie de 
características genéticas adaptadas  a una forma de alimentarnos que dista mucho de la dieta que consumimos  actualmente. Y, según los defensores de la paleodieta, es precisamente  esta discordancia entre el diseño de nuestros genes y los alimentos que  consumimos en la actualidad lo que ha favorecido el aumento tan  alarmante de las enfermedades relacionadas con la nutrición (diabetes,  obesidad, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, etc.).
 En su libro 
El Mono Obeso  (cuya lectura recomiendo a todo aquel que quiera pro, tengo ladillas como centollosfundizar en este  tema), el Dr. José Enrique Campillo Álvarez, especialista en Medici, tengo ladillas como centollosna  Darwiniana o Evolucionista, expone que “Nosotros somos el resultado de  millo, tengo ladillas como centollosnes de años de evolución. Nuestros genes han evolucionado  adaptando nuestro or, tengo ladillas como centollosganismo a las diferentes formas de alimen, tengo ladillas como centollostación,  que los cambios en el ambiente
 impusieron a nuestros ancestros. En con, tengo ladillas como centollossecuencia, nuestro diseño metabólico es el resultado del ajuste continuo a esos cam, tengo ladillas como centollosbios. (…)
 Pero hoy las circunstancias am, tengo ladillas como centollosbientales  y la alimentación someten nues, tengo ladillas como centollostro diseño evolutivo a un uso  inadecuado, y el organismo responde a esa presión con la enfermedad.  Parte de esas modificacio, tengo ladillas como centollosnes genéticas son una serie de genes llama, tengo ladillas como centollosdos  
“genes ahorradores”, que han permiti, tengo ladillas como centollosdo a los hombres  sobrevivir en épocas de hambruna, pero que en situaciones de  so, tengo ladillas como centollosbreabundancia de ciertos tipos de alimen, tengo ladillas como centollostos dan lugar a numerosas  enfermedades metabólicas”.
 La dieta paleolítica, teniendo en cuenta estos conceptos, nace con el 
propósito de mejorar la salud  a través de un cambio en la dieta hacia un patrón paleolítico. Esta  dieta se basa en los alimentos que supues, tengo ladillas como centollostamente consumían los hombres  en la Edad de Piedra, cuando eran cazadores-recolectores. Los  componentes principales de esta dieta son los alimentos que se cree que  nuestros antepasados encontraban en el medio natural. Entre los 
alimentos de origen vegetal  están las frutas y verduras, las raíces y tubérculos, los frutos secos y  los aceites vegetales crudos. Entre los ali, tengo ladillas como centollosmentos de origen animal  están las carnes magras, los huevos y los pescados. La pa, tengo ladillas como centollosleodieta
 excluye  aquellos alimentos que se introdujeron en nuestra dieta tras el  desa, tengo ladillas como centollosrrollo en el pasado de la agricultura y la ganadería y, más  recientemente, de la in, tengo ladillas como centollosdustrialización, como son los cereales, las  legumbres, los productos lácteos, la sal, el alcohol, las carnes grasas,  el azúcar refina, tengo ladillas como centollosdo y los
 productos procesados industrial, tengo ladillas como centollosmente.
 La dieta típica occidental se basa en un 70% en alimentos 
que no estaban presen, tengo ladillas como centollostes  en la era Paleolítica (cereales, lácteos, azúcares refinados y grasas  procesadas). Los defensores de la dieta paleolítica, tras las  observaciones de los pueblos actuales de cazadores-recolectores y de  otras pobla, tengo ladillas como centollosciones no occidentales, consideran que una dieta que se  acerque al modelo paleo, tengo ladillas como centolloslítico puede ayudar a 
reducir el riesgo de diversas enfermedades (enfermedad car, tengo ladillas como centollosdiovascular, síndrome metabólico, diabe, tengo ladillas como centollostes tipo 2, cáncer, etc.).
 Además, algunos estudios actuales de  intervención (en los que se compara en un ensayo controlado este tipo de  dieta con otros modelos dieté, tengo ladillas como centollosticos) sugieren que la paleodieta puede  inducir cambios favorables en algunos fac, tengo ladillas como centollostores de riesgo como 
reducción de peso, reducción del perímetro de la cintura, re, tengo ladillas como centollosducción de la 
presión arterial, disminu, tengo ladillas como centollosción de la secreción de insulina, aumento de la sensibilidad a la insulina, etc.
 Los estudios de observación realizados en poblaciones que siguen un tipo de dieta más paleolítica han mostrado unas tasas de 
enfermedades occidentales muy bajas o casi inexistentes.  En cuanto a los estudios científicos sobre la paleodieta, lo cierto es  que a día de hoy, la mayoría de los estudios de intervención que se han  hecho se han realizado sobre una muestra muy pequeña de individuos, que  además presentaban alguna patología. Aun así, los resultados hasta ahora  son bastante prometedores.
 Pero, ¿realmente está 
justificada la eli, tengo ladillas como centollosminación completa de todos los cereales y lácteos de la dieta? Luego lo veremos…
Las  necesidades de energía, de carbohidra, tengo ladillas como centollostos y de proteínas de los  deportistas son superiores a las de las personas sedenta, tengo ladillas como centollosrias. Un 
consumo adecuado y suficiente de hidratos de carbono  es fundamental para mantener la salud y el rendimiento depor, tengo ladillas como centollostivo.  Cuando la intensidad del ejercicio supera un cierto umbral, el cuerpo  necesi, tengo ladillas como centollosta la energía almacenada en el músculo en forma de glucógeno.  Así, cuando las reservas de glucógeno se agotan, 
sobreviene la fatiga.
 Por lo tanto, unas buenas reservas de glucógeno son fundamentales para poder realizar entrenamientos de calidad y para 
no quedarse vacío en las competiciones.  Si se mantiene un alto volumen e intensidad de entrenamiento y el  contenido en hidratos de carbono de la dieta es muy bajo, se puede  favorecer el síndrome de sobre entrenamiento y la 
supresión del sistema inmunológico.  La paleodieta clásica, rica en frutas, verduras, frutos secos y  proteínas, puede quedarse corta a la hora de cubrir las necesidades de  hidratos de carbono de los deportistas, por ello deben hacerse unas  ligeras modificaciones para adaptarse a sus 
necesidades particulares.   
   En el año 2007 llega a España la primera edición del libro Paleodieta para deportistas, escrito por 
Loren Cordain (nutricionista) y 
Joe Friel (entrenador de triatletas y ciclistas de élite), editado por Desnivel. En la contraportada del libro podemos leer lo siguiente:
 “Dale a tu cuerpo aquellos alimentos  para los que está genéticamente preparado y así conseguirás que tu  rendimiento deportivo sea óptimo. (…) Durante décadas, entrenadores,  atletas y científicos del deporte han abogado por 
tomar muchos carbohidratos  y también complementar las dietas con productos comerciales para  mejorar el rendimiento deportivo, tendencia que ha dejado de lado  erróneamente los saludables 
alimentos frescos.  Paleodieta para deportistas es el primer libro que ofrece un programa  verificado que incorpora todos los nutrientes esenciales a partir de una  serie de alimentos que los deportistas necesitan para estar  completamente sanos. Estudiando tanto las dietas de nuestros antepasados  como las de los mejores atletas actuales, los autores muestran cómo  corredores, ciclistas, nadadores, triatletas y corredores de fondo  pueden obtener 
magníficos resultados con tan sólo hacer unos cambios sencillos en su dieta”.
 En el primer capítulo del libro,  titulado “La revolución dietética”, encontramos una interesante pregunta  hecha en un artículo escrito por 
Gary Taube y  publicado en el 2002 por el New York Times: “¿Y si todo lo que nos han  contado no fuera más que una gran mentira?” Se refiere a las  recomendaciones dietéticas que tanto las sociedades médicas como las de  nutrición llevan realizando muchísimos años. Estas recomendaciones se  basan en
 dietas ricas en hidratos de carbono  (procedentes fundamentalmente de cereales), moderadas en proteínas y  bajas en grasas. Pero ¿y si otra forma de alimentarse fuera más  saludable? Si avanzamos en la lectura del capítulo, encontramos las  cuatro razones que exponen los autores sobre el efecto ergogénico de la  paleodieta para deportistas. Los resumo a continuación:
  
1 - Aminoácidos de cadena ramificada:
  Según los autores, la paleodieta  consigue mejorar el rendimiento deportivo gracias a su elevado aporte en  aminoácidos de cadena ramificada (muchos los conoceréis como BCAAs, del  inglés branched chain aminoacids). Las carnes magras y el pescado,  alimentos abundantes en la paleodieta, son muy ricos en BCCAs. Su  consumo en los momentos posteriores al ejercicio consigue “revertir  rápidamente el deterioro muscular natural que sobreviene como  consecuencia del entrenamiento y por tanto reducir su tiempo de  recuperación y poder así entrenarse con mayor intensidad en la próxima  sesión”.
  
2- Acidez versus alcalinidad del pH de la sangre: 
  Según los autores, la dieta típica  occidental es globalmente ácida, debido a la preponderancia de alimentos  acidificantes como los cereales, los productos lácteos y los productos  procesados, en detrimento de las frutas y verduras, que son  alcalinizantes. Debido a los productos metabólicos de desecho derivado  del ejercicio intenso (ácido láctico, liberación de iones hidrógeno  cuando se utiliza la glucosa como fuente de energía para el trabajo  muscular), el organismo de los atletas es aun más propenso a la acidez.  Así, el seguimiento de la paleodieta conseguiría, en teoría, alcalinizar  la sangre.
  
3- Nutrientes traza: 
  Las frutas y verduras son una fuente muy  importante de vitaminas, minerales y fitoquímicos antioxidantes y, en  combinación con las carnes magras (excelentes fuentes de zinc y  vitaminas del grupo B), alimentos básicos de la paleodieta, que  promueven un óptimo funcionamiento del sistema inmunitario. Según los  autores, la mayor parte de los deportistas basa su dieta en cereales,  aceites y azúcares refinados, por lo que su dieta carece de estos  nutrientes importantes y, por tanto, su sistema inmunitario está muy  debilitado, lo que les lleva a sufrir procesos infecciosos frecuentes  que dificultan la intensidad y continuidad de sus entrenamientos
  
4- Depósitos de glucógeno:
  Ya hemos visto más arriba que el consumo  de los hidratos de carbono es básico para la salud y el rendimiento del  deportista. Según los autores, “desgraciadamente, tal concepto se ha  llevado hasta su extremo, hasta el punto de seguir, con celo casi  fanático, veinticuatro horas al día y siete días por semana, dietas  altas en carbohidratos, basadas en cereales y féculas”. Los autores  consideran que comer carbohidratos a lo largo de todo el día supone un  gran exceso y puede desplazar a otros alimentos importantes como las  frutas y verduras y “las proteínas formadoras de músculo”. Los autores  hacen una adaptación a la paleodieta clásica y reconocen que “el consumo  de almidones y azúcares simples sólo es necesario y útil durante el  ejercicio y en el período inmediatamente posterior”. Los autores  descubrieron que cierto tipo de carbohidratos eran más eficaces a la  hora de regenerar el glucógeno muscular y son la glucosa (alimento no  paleolítico) junto con los almidones presentes en los plátanos, patatas,  boniatos y ñames.
Si seguimos leyendo, podemos encontrar la siguiente frase: “Hay 
una serie de excepciones cruciales a  estas reglas fundamentales (las de la dieta paleolítica clásica) (…)  inmediatamente antes, durante y después de un entrenamiento o  competición, deben tomarse ciertos alimentos no paleolíticos con el fin  de favorecer una recuperación rápida del organismo”. Creo que en esta  frase está resumida la clave de la cuestión: la dieta paleolítica  clásica, basada en el consumo exclusivo de frutas, verduras, raíces,  tubérculos, frutos secos, carnes magras y pescados, 
no es suficiente para cubrir las necesidades del deportista y por tanto, en los momentos que rodean al entrenamiento, hay que recurrir a alimentos no paleolíticos.
 En los siguientes capítulos podemos  encontrar una excelente guía de cómo debe ser la dieta en las horas  previas al ejercicio, qué comer y beber durante el ejercicio 
según su duración  y qué debe comer un deportista después de entrenar para recuperarse  óptimamente y poder iniciar –lo más pronto y en las mejores condiciones  posibles– el siguiente entrenamiento. No voy a entrar aquí a detallar  las 
recomendaciones nutricionales que hacen los autores  para los momentos que rodean a la práctica deportiva, pues me desviaría  del propósito del artículo, pero tengo que decir que 
son exactamente las mismas a las que hace cualquier sociedad tradicional de nutrición deportiva, y están basadas en la evidencia científica.
 Los alimentos que proponen son también  los mismos, es decir, durante los momentos que rodean a la práctica en  la paleodieta para deportistas podemos encontrar una
 larga lista de alimentos no paleolíticos  como bebidas deportivas comerciales, glucosa, maltodextrinas, proteína  de suero (por alguna razón omiten que es suero de leche), galletas,  geles, sándwiches de mermelada, arroz, barritas energéticas y hasta  bebidas sustitutivas de comidas para las carreras de ultraresistencia,  además de otros muchos alimentos que sí entran dentro del concepto  paleolítico.
 Así, la paleodieta, para adaptarse al incremento de las necesidades de hidratos de carbono y para aprovechar al máximo los 
cambios fisiológicos  que el ejercicio produce en el organismo, necesita incorporar alimentos  no paleolíticos, ricos en hidratos de carbono de alto índice glucémico.   
 
SOBRE LA ELIMINACIÓN DE LOS LÁCTEOS Una de las razones que se dan para desaconsejar el consumo de leche y lácteos es que el ser humano es el único animal que 
toma leche después de la infancia y  que a partir de esa edad ya no dispone de lactasa –enzima necesaria  para metabolizar la lactosa, el azúcar de la leche– en el intestino.  Pero lo cierto es que algunas personas (sobre todo los descendientes de  los caucasianos) poseen una adaptación genética que les ha dotado de  niveles altos de lactasa en la edad adulta y, por tanto, pueden tolerar  el consumo de lactosa. Para los que no la toleran, siempre queda la  opción de tomar 
derivados lácteos en los que la lactosa  ya está digerida por los organismos utilizados en la elaboración del  producto, como es el caso de los quesos y el yogur. En cuanto al tipo de  grasa de los lácteos (saturada, con acción proinflamatoria), se puede  optar por tomar las versiones desnatadas o bajas en grasa o elegir  leches y derivados con 
un perfil graso más adecuado,  como la de cabra. Yo creo que los lácteos y sus derivados ofrecen muchas  ventajas nutricionales y, salvo patologías y circunstancias concretas,  no es necesario eliminar por completo su presencia en la dieta, ya que  aportan proteínas de excelente calidad y calcio asimilable, además de  vitaminas liposolubles. Por tanto, en pequeñas dosis, pueden ayudar a  enriquecer nuestra dieta.
 
SOBRE LA ELIMINACIÓN DE LOS CEREALES Y LAS LEGUMBRES
 Las principales razones por la que los  creadores de la paleodieta proponen eliminar por completo el consumo de  los cereales son su ausencia en la dieta de los hombres del paleolítico,  su elevado contenido en hidratos de carbono, algunos de ellos de muy  alto 
Índice Glucémico (sobre todo las versiones  altamente refinadas, que induce altos niveles de azúcar e insulina en  sangre), su baja densidad de micronutrientes (vitaminas y minerales) y  su contenido en antinutrientes (fibra insoluble y fitatos  fundamentalmente) que dificultan la absorción y asimilación de  nutrientes esenciales. También los excluyen debido a la observación de  poblaciones con un 
modo de vida paleolítico, que no  consumen cereales y que presentan una salud excelente. Visto así casi  parece obvio que hay que eliminar su consumo, ¿verdad? Pero lo cierto es  que, a pesar de que los cereales y las legumbres no han estado  presentes como alimentos en nuestra evolución, tal y como apunta el Dr.  Castillo en su libro, “el cocinado al que los sometemos antes de  consumirlos ocasionan su 
adaptación a nuestro diseño evolutivo  y permite el aprovechamiento de los nutrientes que contiene (almidón,  proteínas, celulosas, pectinas, vitaminas y mine, tengo ladillas como centollosrales) desactivando  parte de sus antinutrientes”. Y no todos los cereales que consumimos  tienen por qué ser refinados y de alto índice glucémico. Las legumbres  tienen una com, tengo ladillas como centollosbinación excelente de hidra, tengo ladillas como centollostos y proteínas, un índice  glucémico bajo y mucha fibra.
 Otra de las cuestiones que tenemos en  tener en cuenta es que la paleodieta nace en un entorno (Estados Unidos)  con unos índi, tengo ladillas como centollosces de
 obesidad y enfermedades derivadas  de la nutrición elevadísimos, en el que se abusa de los carbohidratos  refinados, que vienen acompañados de un exceso de azú, tengo ladillas como centolloscares y grasas,  que sustituyen a otros ali, tengo ladillas como centollosmentos esenciales en la dieta. En este  con, tengo ladillas como centollostexto, desaconsejar el consumo de cereales refinados (que aportan  mucha energía pero que son muy pobres en nutrientes) y acon, tengo ladillas como centollossejar 
sustituirlos por frutas,  verduras y fru, tengo ladillas como centollostos secos parece una opción más que razo, tengo ladillas como centollosnable. Pero de  ahí a ver a los cereales como el enemigo número uno a combatir me  pa, tengo ladillas como centollosrece demasiado exagerado. De hecho, algu, tengo ladillas como centollosnas de las poblaciones más  longevas del planeta, como los japoneses Okinawa, con, tengo ladillas como centollossumen –además de  muchas frutas, verdu, tengo ladillas como centollosras, frutos secos y pescado– cereales como el arroz  y legumbres. Seguramente el secre, tengo ladillas como centollosto está, más que en prohibir  totalmente los cereales, en 
limitar su consumo, de  manera que no desplacen a otros alimentos impor, tengo ladillas como centollostantes y ricos en  nutrientes (como las frutas, verduras y frutos secos) y en el tipo y  forma de cereales que se consuman, de manera que no vayan acompañados de  un exceso de azúcares y grasas procesadas.
 Yo creo que conviene 
revisar las pirámi, tengo ladillas como centollosdes de la alimentación  que actualmente se están proponiendo por parte de las socie, tengo ladillas como centollosdades  científicas y reconsiderar el peso y la importancia que se les da a los  cereales como alimento imprescindible. Sin ir más lejos, el Departamento  de Agricultura de Estados Unidos cambió recientemente su pirámide de la  alimentación, cuya base son los cereales, por un plato (“My Plate”)  don, tengo ladillas como centollosde se le da una gran importancia a las fru, tengo ladillas como centollostas y verduras y la misma  impor, tengo ladillas como centollostancia a los 
alimentos proteicos y los cereales.  Eso sí, este “plato” sigue consi, tengo ladillas como centollosderando fundamental el consumo de  lácteos. En nuestro país, la estrategia NAOS, desarrollada desde el  Ministerio de Sanidad con el fin de fomentar la acti, tengo ladillas como centollosvidad física y  reducir la obesidad infantil, elaboró una pirámide en la que los  cereales pierden protagonismo y se encuentran en igualdad de importancia  que las frutas, verduras, aceite de oliva y lácteos. Parece, pues, que  la tendencia ac, tengo ladillas como centollostual es a reconsiderar la importancia que hasta ahora le  hemos dado a los cereales a favor de las frutas y verduras y en  resaltar la necesidad de que 
gran parte de los cerea, tengo ladillas como centollosles que consumamos sean integrales. 
 
¿PUEDE LA PALEODIETA MEJORAR EL RENDIMIENTO DEPORTIVO?
 Según los autores del libro Paleodieta  para deportistas, la mayoría de los depor, tengo ladillas como centollostistas sigue una dieta basada  fundamen, tengo ladillas como centollostalmente en el consumo de cereales (arroz, pasta, pan y otros),  
lácteos y productos re, tengo ladillas como centollosfinados, pobre en frutas,  verduras, frutos secos y escasa en alimentos que aportan proteínas de  buena calidad como carnes magras, pescados y huevos. Si éste es tu caso,  está clarísimo que la adopción de la Paleodieta para deportistas  supondrá una importante mejora en tu salud y en tu ren, tengo ladillas como centollosdimiento  deportivo. En este caso, no se trataría tanto de limitar la dieta  exclusiva, tengo ladillas como centollosmente a los alimentos 
que consumían nuestros antepasados, sino de equilibrarla.
 Pero hay muchos deportistas que siguen una 
dieta muy equilibrada,  abundante en frutas y verduras, frutos secos, carnes, pes, tengo ladillas como centolloscados y  grasas saludables, pero que tam, tengo ladillas como centollosbién consumen cereales y lácteos. En  estos casos no creo que haya diferencias en cuanto al efecto ergogénico  de una u otra dieta, pues una dieta rica y equilibrada clásica, donde  además de alimentos paleo, tengo ladillas como centolloslíticos haya también cereales, legumbres y  lácteos 
en dosis razonables, tiene los mis, tengo ladillas como centollosmos, si no  más, efectos ergogénicos. La clave está en adaptar la dieta a las  necesi, tengo ladillas como centollosdades del corredor y en aprovechar los mo, tengo ladillas como centollosmentos que rodean el  ejercicio para intro, tengo ladillas como centollosducir los alimentos más adecuados en cada momento.
 Y para finalizar, yo creo que los 
pilares básicos de la paleodieta,  como base para una dieta más saludable, pueden ser una excelente  opción, pero no veo (a día de hoy, con los conocimientos que tengo y con  las limitaciones que eso supone) que sea necesario eliminar por  completo los cereales y los lácteos en personas con una elevada  actividad física y que no tiene 
problemas de alergias o intolerancias a esos alimentos.
 Las cantidades de cereales a consumir dependerán del tipo y 
duración de la acti, tengo ladillas como centollosvidad  que se realice y de la constitución del corredor. Si un corredor es  portador de mu, tengo ladillas como centolloschos de los genes ahorradores, limitando el consumo de  cereales –concretamente los refinados de alto índice glucémico– y el  consumo de grasas saturadas podrá me, tengo ladillas como centollosjorar su composición corporal y su  rendi, tengo ladillas como centollosmiento deportivo. Pero los corredores por, tengo ladillas como centollostadores de pocos genes  ahorradores, que tienen una constitución muy delgada y un metabolismo  muy rápido, 
deberán consu, tengo ladillas como centollosmir más cereales e incrementar el consu, tengo ladillas como centollosmo de aceites y grasas saludables para cumplir sus necesidades de energía.
 Estoy convencida de que con el avance de
 la Nutrigenómica y la Nutrigenética (ciencias  que estudian la interacción entre los genes y los nutrientes)  conseguiremos aproximarnos más a la dieta más conve, tengo ladillas como centollosniente para el  corredor.
¿CUÁL ES MI OPINIÓN SOBRE LA PALEODIETA PARA DEPORTISTAS?
 Pues creo que, como todo en esta vida, nada es blanco ni negro, sino que nos movemos en una extensa escala de grises.
 
 Creo que la paleodieta hace un aporte  fundamental a las dietas actuales y es apostar claramente por una  alimentación más natural, basada en alimentos frescos, rica en frutas y  verduras, frutos secos, grasas saludables y fuentes de proteínas magras  procedentes de animales criados de 
una forma más natural.  La abundancia de frutas y verduras asegura un aporte fundamental de  nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fi bra, además de  aportar al organismo fitonutrientes con importantes funciones  protectoras frente a numerosas enfermedades. Los frutos secos aportan  también gran cantidad de fibra, grasas saludables, vitaminas, minerales y  fitonutrientes. Además, estos alimentos permiten 
contrarrestar la excesiva acidez producida por el entrenamiento intenso.
 
 Si bien el pilar fundamental de la dieta  paleolítica –basada en el consumo de frutas y verduras, tubérculos,  frutos secos, carnes magras, pescados y huevos–me parece muy acertado y  recomendable, no creo en la idea de 
demonizar el consumo  de cereales ni de lácteos. Según los defensores a ultranza de la  paleodieta, nuestros genes no hacen que nuestro organismo esté adaptado  al consumo de cereales, legumbres ni productos lácteos. El Dr. Campillo  Álvarez (experto en Medicina Evolucionista, sobre la que se basa la  paleodieta) dice en su libro que “no podemos pretender consumir aquellos  alimentos que reproduzcan exactamente los que consumían nuestros  ancestros”. 
Las circunstancias han cambiado enormemente.   La paleodieta, además, defiende el consumo de animales 
criados de una forma más natural,  al aire libre, con pastos naturales, que pueden moverse y que no están  cebados con cereales ni piensos compuestos. La cantidad y el tipo de  grasa de los animales criados de esta manera difieren mucho de los  animales de ganado doméstico. A modo de ejemplo, y defendiendo uno de  los productos estrella de la gastronomía española, el jamón ibérico, las  diferencias entre la grasa del cerdo ibérico –criado en las dehesas de  Extremadura en condiciones de libertad, comiendo bellotas, hierbas y  cualquier alimento que encuentra por sí mismo– y la grasa del cerdo de  granja 
son enormes. El cerdo ibérico tiene un  porcentaje de ácidos grasos insaturados y poliinsaturados (grasas  buenas) mucho mayor que la de los cerdos criados artificialmente, cuya  grasa es mucho más rica en 
ácidos grasos saturados (grasas malas).
 Por lo tanto, yo creo que la propuesta de la paleodieta, si bien 
puede no estar al alcance de todo el mundo  debido a su elevado precio, sin duda enriquecerá enormemente el  contenido en nutrientes esenciales de la dieta de aquellas personas que  siguen un patrón de dieta poco saludable, reducirá la carga glucémica de  la dieta y mejorará su perfil de grasas y aminoácidos.