Mondo Bizarro
Forero del todo a cien
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- 14 Ago 2009
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Me gusta este hilo, no lo jodáis con ataques ad hominem. A ver si entre todos conseguimos domar el coño.
Nací en Trebizonda-declaró el turco Darko Kerim contemplando cómo ascendían hacia el techo las volutas de humo de su cigarrillo-. Éramos una enorme familía con muchas madres. Mi padre era el tipo de hombre al que no se le resistían las mujeres. Todas ellas deseaban caer entre sus brazos. En sus sueños ansiaban ser trasladadas a una cueva sobre los hombros de un hombre, y allí ser violadas. Así pensaban casi todas. Mi padre era un gran pescador y su fama se extendía por todo el Mar Negro. Se dedicaba a la captura del pez espada. Son peces difíciles de pescar y con los que es preciso luchar mucho, pero mi padre vencía fácilmente a todos los demás pescadores en esta clase de faena. A las mujeres les gustaba que sus hombres fueran héroes y él era un héroe en un rincón de Turquía donde es tradición que los hombres sean duros. Realmente era un tipo fornido y romántico. Por eso consiguió a todas las mujeres que quiso. Las deseaba a todas y algunas veces mató a otros hombres para conseguirlas. Una de ellas fue mi madre. Era una gobernanta inglesa, de Estambul, que mi padre había conocido en una representación circense. Se enamoró de ella y ella de él y aquella misma noche la embarcó en su lancha de pesca para navegar por el bósforo de regreso a Trebizonda. No creo que ella lo haya lamentado jamás. Me parece que olvidó el mundo entero excepto a él. (...) Sus esposas peleaban continuamente, y lo mismo hacíamos sus hijos. Se parecía a un campamento de gitanos. Se mantenía unido gracias a mi padre, que castigaba tanto a las mujeres como a los niños cuando molestábamos.(...) Yo crecí hasta ser casi tan fornido y alto como mi padre. (...) Dejé la casa y me fui a vivir a dos pequeñas habitaciones, en el muelle. Quería tener mis propias mujeres, y un lugar donde mi madre no las viera, un lugar que ella desconociese. Poseía una joven de Besarabia que era una auténtica furia. La había ganado luchando contra los gitanos, aquí, en las colinas que hay detrás de Estambul. Me persiguieron, pero conseguí meterla en la lancha , aunque primero tuve que dejarla inconsciente, tanto se resistía. Cuando regresamos a Trebizonda aún intentaba matarme; y así me la llevé a casa, la desnudé y la encadené bajo la mesa. Cuando yo comía le arrojaba migajas y restos de comida como si fuera un perro. Tuvo que aprender que yo era su amo. Pero antes de que esto sucediera, mi madre hizo una cosa inaudita. Visitó mi refugio sin previo aviso y encontró a la muchacha. Se puso hecha una furia. En su opinión (recuerda que era inglesa) yo era un tipo cruel, y quería que devolviese la muchacha a su familia inmediatamente. Luego le trajo ropa de casa. La muchacha se la puso, pero cuando llegó la hora de marchar no quiso hacerlo, no quiso dejarme-. Darko Kerim se echó a reir ruidosamente y añadió:- Lección muy interesante sobre psicología femenina, amigo mío.
Ian Fleming, Desde Rusia con amor.
Así es como siempre han sido las cosas, como las ha querido la naturaleza. Pero esta sociedad ha pretendido hacer tabla rasa, y así nos va a todos, nosotros castrados y sin saber cómo comportarnos, y ellas completamente desquiciadas y sin saber qué cojones quieren.
Nací en Trebizonda-declaró el turco Darko Kerim contemplando cómo ascendían hacia el techo las volutas de humo de su cigarrillo-. Éramos una enorme familía con muchas madres. Mi padre era el tipo de hombre al que no se le resistían las mujeres. Todas ellas deseaban caer entre sus brazos. En sus sueños ansiaban ser trasladadas a una cueva sobre los hombros de un hombre, y allí ser violadas. Así pensaban casi todas. Mi padre era un gran pescador y su fama se extendía por todo el Mar Negro. Se dedicaba a la captura del pez espada. Son peces difíciles de pescar y con los que es preciso luchar mucho, pero mi padre vencía fácilmente a todos los demás pescadores en esta clase de faena. A las mujeres les gustaba que sus hombres fueran héroes y él era un héroe en un rincón de Turquía donde es tradición que los hombres sean duros. Realmente era un tipo fornido y romántico. Por eso consiguió a todas las mujeres que quiso. Las deseaba a todas y algunas veces mató a otros hombres para conseguirlas. Una de ellas fue mi madre. Era una gobernanta inglesa, de Estambul, que mi padre había conocido en una representación circense. Se enamoró de ella y ella de él y aquella misma noche la embarcó en su lancha de pesca para navegar por el bósforo de regreso a Trebizonda. No creo que ella lo haya lamentado jamás. Me parece que olvidó el mundo entero excepto a él. (...) Sus esposas peleaban continuamente, y lo mismo hacíamos sus hijos. Se parecía a un campamento de gitanos. Se mantenía unido gracias a mi padre, que castigaba tanto a las mujeres como a los niños cuando molestábamos.(...) Yo crecí hasta ser casi tan fornido y alto como mi padre. (...) Dejé la casa y me fui a vivir a dos pequeñas habitaciones, en el muelle. Quería tener mis propias mujeres, y un lugar donde mi madre no las viera, un lugar que ella desconociese. Poseía una joven de Besarabia que era una auténtica furia. La había ganado luchando contra los gitanos, aquí, en las colinas que hay detrás de Estambul. Me persiguieron, pero conseguí meterla en la lancha , aunque primero tuve que dejarla inconsciente, tanto se resistía. Cuando regresamos a Trebizonda aún intentaba matarme; y así me la llevé a casa, la desnudé y la encadené bajo la mesa. Cuando yo comía le arrojaba migajas y restos de comida como si fuera un perro. Tuvo que aprender que yo era su amo. Pero antes de que esto sucediera, mi madre hizo una cosa inaudita. Visitó mi refugio sin previo aviso y encontró a la muchacha. Se puso hecha una furia. En su opinión (recuerda que era inglesa) yo era un tipo cruel, y quería que devolviese la muchacha a su familia inmediatamente. Luego le trajo ropa de casa. La muchacha se la puso, pero cuando llegó la hora de marchar no quiso hacerlo, no quiso dejarme-. Darko Kerim se echó a reir ruidosamente y añadió:- Lección muy interesante sobre psicología femenina, amigo mío.
Ian Fleming, Desde Rusia con amor.
Así es como siempre han sido las cosas, como las ha querido la naturaleza. Pero esta sociedad ha pretendido hacer tabla rasa, y así nos va a todos, nosotros castrados y sin saber cómo comportarnos, y ellas completamente desquiciadas y sin saber qué cojones quieren.