Ayer tuve muerte por barbacoa.
Llamó una hamiga para decirme que me habían invitado, los que organizaban la barbacoa eran dos primos argentinos (chico y chica) que son amigos de ella, pero me conocen de haber coincidido con esta tía. Es decir son amigos de una amiga, y aún así me invitaron.
Pese a la sorpresa pensé que era un buen plan, al fin y al cabo tengo a mi chavala viendo a la familia, total que pillo unas cervezas para no ir con las manos vacías y voy.
La reunión bien, al organizarlo argentinos pues había unos cuantos y serán como serán, pero trabajan la carne como nadie (hola veganos :3 ¿todo bien?) y bueno, lo cierto es que no lo estaba pasando mal. Al llegar me reciben los anfitriones y la tipa muy de buen rollo, que si cuánto tiempo que no me ve, que si tal que si cual.
Tras la comilona inicial y mientras se hace hueco para la segunda tanda alguien saca una guitarra, la anfitriona insiste mucho en que toque algo, la gente se anima y lo hago. Nada especial, el tipo de canciones que se cantan en ocasiones como esa, luego se la dejo al que de verdad tocaba bien.
Al rato alguien cuenta un chiste y de nuevo la argentina anfitriona dice a todo el mundo que me sé muchos (la mayoría que me sé son malos, pero a mí los chistes malos me hacen reír como un retard); total que cuento un par de ellos del telón y dejo que alguien con un repertorio más variado y moderno que el mío coja el testigo.
Al rato vuelve a darme conversación, que cómo me va el trabajo, que como me va en mi piso nuevo; no soy un experto en señales pero sonreía y el pelito rubio (tinte) lacio se lo ponía tras la oreja. En un momento en que a ella la reclamaban por algo voy a la nevera a por otra cermeza, ahí está mi amiga con su novio, los veo que me sonríen mucho. Cuando pregunto qué les pasa me dice mi amiga "Coño, pues está claro que le gustas a V.", que por cierto no sabía que yo tenía pareja, porque no había venido.
La tal V. tiene un polvo.
Y yo que me tengo que portar bien y quiero portarme bien; esta vez sí.
Ea. Anecdotón.