Tools of the trade rebuznó:
Últimamente abusas mucho del copypaste, Fasor, pero la has clavado en la última frase.
¿Qué no compartes kokillo? Tell us moar a ver si Venancio acaba de entender que lo que hace no es sano.
No comparto ni mirar su facebook ni lo que eso implica que es la curiosidad y las ganas de volver a ser infiel. Que seguro que en otro escenario, otra persona, u otras circunstancias, caía.
El que pone los cuernos abre una puerta muy difícil de cerrar, que siempre queda entornada y que abre una brecha irreparable en una relación.
Que la Venancia lo lleve bien es una cosa, pero que eso esté superado y olvidado es otra muy distinta y aquí Toñín el torero vive feliz porque cree que su morlaco lo ha perdonado. Habría que ver el escenario distinto, cerrando la empresa, con el paro de mierda que le queda a un autónomo y el consecuente despido de su empleada y mujer a tiempo parcial.
Habría que ver eso, y no se lo deseo. Pero creo que en esa no se pone, en una hipotética post-cena con la niña acostada, y su señora en silencio, con una copa de vino de Rueda en la mano y la mirada perdida. Ahí es cuando iba a mirar muchos facebooks de los cojones.
Venancio rebuznó:
Pero que listisimos que sois todos, hijosdeputa.
Koki, el sexo en casa sigue igual de bien. Solo tengo un mal día. No me trateis así de mal, que si no puedo venir aquí a contar mi mierda, dónde lo voy a hacer?
Lo que me pasa es que para poder olvidarme del todo de esta petarda necesito que me deje en paz. Y no me deja.
Justo that. Lo del Facebook es anecdotico, ya que cada x me da por culo al móvil.
Un mal día del que no tiene la culpa tu señora y que esa puta, aunque sea del Barça, no cambiaría. Al revés, lo empeoraría, igual que lo empeoraría simplemente que en ese momento te entrara un apretón, dejaras el móvil tal cual encima de la mesa de la cocina y se lo encontrara así.
La escena abriendo la puerta del baño con el móvil en la mano y tú con los pantalones por los talones la vamos a obviar pero sería lo mejor. Y encima te saldría un perfect.
Me recuerdas a una mujer random. La culpa es de ella que me busca, sólo miro para cotillear, he tenido un mal día. No coño, eres tú y tus circunstancias, y por supuesto, tus consecuencias, que como te han perdonado sigues jugando. Es como el último cigarro o la última moneda en la tragaperras, pero no te das cuenta.