Por experiencias de familiares imaginarios, huid como la peste de las residencias públicas, de las que llevan monjas y de las privadas concertadas.
Como todo en la vida las residencias son más limpias y saludables cuanto más caras, y única decente la que conozco te sopla 2.800 al mes que son treinta y algo al año.
Hacer una cooperativa con más yayos, si hombre, lo que faltaba, tener que estar de líos con más gente y encima ancianos tocapelotas, no, no, cuando llegue el momento lo quiero todo hecho.
Somos ya la generación de morir solos, de familias con uno o ningún hijo, morir solo me da igual, te va a doler la agonía lo mismo solo que si tienes en la habitación a toda la prole, lo jodido es vivir solo esos últimos años, y si puede ser rodeado de enfermeras como la de la foto y salones desde los que ver el horizonte atiborrado de pastillas, mejor.