Cuando iba al instituto obviamente cargábamos todos nuestros, libros, libretas y bártulos en mochilas. Pues bien aquello era una constante competición, porque un buen día llegaba uno con mochila nueva y claro, venga todos a mirarla, tocarla y sobre todo (en realidad había puesto sobre todo junto porque soy un subnormal) saber de cuántos litros era. 5 litros! decía el nuevo poseedor de la mochila, hinchado cual pavo real. Eso obviamente despertaba la envidia de los compañeros y empezaba la vorágine, porque a la semana siguiente llegaba otro con una mochila de 8 litros, y luego otro con mochila de 10 litros, ya nos la sudaban los libros y las libretas, en la hora del recreo lo único que hacíamos era medirnos los litros!
Ah que tiempos aquellos, por suerte nos hicimos adultos y ya dejamos de usar mochilas, porque como todo el mundo sabe las mochilas solo las usan los niños cuando van al colegio/instituto y los subnormales que van de visita al papa. El resto de gente decente lleva las cosas en los bolsillos o como mucho en una bandolera de tela oscura.
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