sargentocubata
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La llamada consulta popular sobre la feria no es tanto para alargarla como para modificar su duración en cuanto días; se mantienen los siete días, pero de domingo a sábado, en lugar de lunes a domingo, se perdería un domingo a cambio de un sábado. Aparte, para determinar si siempre ha de existir un día de fiesta durante ella.
Aclarado ello, decir que yo soy de ir algún día a la feria. Más que nada para atender compromisos, y siempre intentando que coincidan con los días de menor afluencia. Pero por mí le podían meter fuego de primeras. No se come bien, se bebe peor y se paga de más. Y los momentos de tíos peñazos y doñas enfoscadas con maquillaje a tu lado superan en mucho los buenos, en los que uno se reúne de un buen tercio y disfruta de la compañía.
Pues bien, la llamada «consulta popular» sobre la Feria se la podría meter el Sr. Alcalde por el culo, y después empujársela con un dildo tamaño super XXL. A ver si os creéis que es una necesidad que los sevillanos estábamos pidiendo a gritos, y que aquí no se habla de otra cosa. Que sí, que hay mucho “sevillano” que centra su vida en los siete días de feria, catorce si contamos la Semana Santa, o veintiuno si metemos el Rocío. Pero que también existen los @Carradine o @Capitán Hediondo que no se pasan la vida soñando con farolillos, con la jarana del costumbrismo y con volantes de organdí, sino que se preocupan por los muchos y variados problemas que tiene esta bendita ciudad, que manda huevos que – por ejemplo – después de 40 años de proyectos y dineros a espuertas perdidos continuemos sin una red completa de metro.
Porque el problema no es Sevilla, no equivocarse, sino de nosotros los sevillanos y su Alcalde a la cabeza, a quien ahora hay que agradecer que salgamos en todos los informativos nacionales por este referéndum pionero que resolverá un conflicto tan enquistado como el de la duración de una juerga, el primero que se celebra y para esto. Váyase a la mierda, hombre, y llévese consigo esa imagen casposa que tan poco nos ayuda a progresar.
Que hay sevillanos que estamos hartos de representar la pandereta de España, cansados de que se nos cuelgue el sambenito de la ociosidad por otras capitales que tienen muchos más días festivos que nosotros cuando celebran sus días grandes y que, sin embargo, nos dan lecciones permanentes de vigor laboral y boyantía económica basada en el esfuerzo. Que aquí algunos trabajamos como animales, hombre. Que aquí hay de todo, y jode que el gobierno municipal con el puto referéndum lo que haga sea reforzar esa imagen de ciudad festera y holgazana, el tópico humillante del sevillano vago que sólo piensa en el alterne. Y todo, por no tener cojones de gobernar, y temor a tomar una decisión que le pueda dar dolores de cabeza ante la hipocresía del localismo recalcitrante sevillANO.
Votar quiere el muy hijputa, suputamadre va a votar este referéndum de mierda.
Aclarado ello, decir que yo soy de ir algún día a la feria. Más que nada para atender compromisos, y siempre intentando que coincidan con los días de menor afluencia. Pero por mí le podían meter fuego de primeras. No se come bien, se bebe peor y se paga de más. Y los momentos de tíos peñazos y doñas enfoscadas con maquillaje a tu lado superan en mucho los buenos, en los que uno se reúne de un buen tercio y disfruta de la compañía.
Pues bien, la llamada «consulta popular» sobre la Feria se la podría meter el Sr. Alcalde por el culo, y después empujársela con un dildo tamaño super XXL. A ver si os creéis que es una necesidad que los sevillanos estábamos pidiendo a gritos, y que aquí no se habla de otra cosa. Que sí, que hay mucho “sevillano” que centra su vida en los siete días de feria, catorce si contamos la Semana Santa, o veintiuno si metemos el Rocío. Pero que también existen los @Carradine o @Capitán Hediondo que no se pasan la vida soñando con farolillos, con la jarana del costumbrismo y con volantes de organdí, sino que se preocupan por los muchos y variados problemas que tiene esta bendita ciudad, que manda huevos que – por ejemplo – después de 40 años de proyectos y dineros a espuertas perdidos continuemos sin una red completa de metro.
Porque el problema no es Sevilla, no equivocarse, sino de nosotros los sevillanos y su Alcalde a la cabeza, a quien ahora hay que agradecer que salgamos en todos los informativos nacionales por este referéndum pionero que resolverá un conflicto tan enquistado como el de la duración de una juerga, el primero que se celebra y para esto. Váyase a la mierda, hombre, y llévese consigo esa imagen casposa que tan poco nos ayuda a progresar.
Que hay sevillanos que estamos hartos de representar la pandereta de España, cansados de que se nos cuelgue el sambenito de la ociosidad por otras capitales que tienen muchos más días festivos que nosotros cuando celebran sus días grandes y que, sin embargo, nos dan lecciones permanentes de vigor laboral y boyantía económica basada en el esfuerzo. Que aquí algunos trabajamos como animales, hombre. Que aquí hay de todo, y jode que el gobierno municipal con el puto referéndum lo que haga sea reforzar esa imagen de ciudad festera y holgazana, el tópico humillante del sevillano vago que sólo piensa en el alterne. Y todo, por no tener cojones de gobernar, y temor a tomar una decisión que le pueda dar dolores de cabeza ante la hipocresía del localismo recalcitrante sevillANO.
Votar quiere el muy hijputa, suputamadre va a votar este referéndum de mierda.