Allá por el lejano 2004.
Llevaba 5 meses en un tormentoso tira y afloja con la envra que he posteado su retrato. No sé ni cuántas veces la puse los cuernos ni sé cuántas me los puso ella a mí.
Quedábamos para arreglar las cosas y esos encuentros se convertían en volcánicos acontecimientos en los que nos insultábamos, nos escupíamos y nos gritábamos y solíamos acabar follando con rabia donde fuese; en su casa, en la mía, en los servicios de un bar, en el césped de la facultad...
Llegó el verano y empecé a currar en el DÍA y a esto que viene un día la hija del encargado a por no se qué y yo me quedo prendado de ella. Pasa por mi caja y noto mirada insinuante. Se tira una semana viniendo y pasando por mi caja.
Ya un día viene a la hora en la que yo me iba y la digo que me espere, que vamos en metro juntos. Total, que quedamos para el fin de semana y me lío con ella.
La tía me gusta bastante, no son unos simples cuernos a la otra, que ya que he puesto su foto pues diré que se llamaba A.
Una tarde quedo con A por el centro y me compro un discman. La cuento la jugada y ella responde como era de prever: gritos, insultos, amenazas. Pero hay más, yo la digo que la otra me gusta y que lo que vengo a decirla no es que la he puesto los cuernos sino que la den mucho por culo, que no te quiero volver a ver más, que me gusta la otra. Se queda petrificada y yo digo " y esto es lo que he venido a decirte, no hay más que hablar" y me voy hacia la boca del metro.
Ella me persigue y se pone a gritar que la he robado un discman, que la ayuden, me agarra y grita y yo me voy zafando como puedo y voy andando rápido mirando al suelo. A grita socorro y llora, que la he robado. Cuando voy a alcanzar mi meta de los tornos de acceso me placan dos de seguridad y A se lleva MI discman. Todo el mundo mira.
Mientras uno de seguridad me retiene en una llave que me inmoviliza hasta las pestañas, el otro llama a los topbox. Les digo que me dejen explicarles pero no me dejan.
Llegan los topbox y les enseño, gracias a Dios que lo había guardado en el monedero, el ticket de compra del discman y les cuento lo que ha pasado.
Los policías me animan a ir a por A y denunciarla, aunque uno de ellos se está riendo de mi, y ya de paso denunciar a los de seguridad por retención ilegal o algo así. Les digo que no, que por favor si no hay nada más lo único que quiero es ir a casa.
Camino de mi casa me pongo a pensar qué hubiera pasado si no hubiese llevado el ticket de compra y hoy me pregunto que hubiera pasado si estos hechos hubieran pasado hoy, 14 años más tarde de aquella sociedad feminazi que estaba empezando a germinar cuyo resultado es lo que hoy tenemos.
Ya, no es denuncia falsa pero pega en el hilo, no?