Césped Alí
Freak
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En resumen: cualquier ejercicio que no hagamos habitualmente, si nos pasamos de intensidad, produce agujetas. Hemos descubierto la pólvora
Yo ya lo comenté antes, mi aquiles (y casi literal) era el correr: estaba en bastante buena forma nadando y en bici (objetivamente), pero era correr más de 10 minutos y morir en vida los 4 ó 5 días siguientes. Y no hablamos de típicas agujetas del primer mes de gimnasio, hablo de más de 6 meses con agujetas cada vez que corría. De hecho, mi progresión fue tan pequeña porque solo podía correr una vez por semana (que era lo que me duraban las agujetas )
Yo no recuerdo tener muchísimas agujetas con Body-pump, pero sí es cierto que cuando entré llevaba una buena temporada de clases colectivas y de sala. Fue gracioso porque hubo clases donde cargaba más peso que un monitor, que siempre me miraba con cara de superioridad al verme, y luego de gñe al ver cómo lo movía ágilmente. Y para mí fue un descubrimiento, porque era de los pocos chicos que entraban a esas clases y me ponía morao a ver culos y tetas repretás en lycra (siempre en última fila, eso yes). Ya estaba emparejado, pero esos dos años conocía a muchísimas tías (¡se me presentaban ellas!) y pude conocer a unas tantas, cosa que decliné.
Yo ya lo comenté antes, mi aquiles (y casi literal) era el correr: estaba en bastante buena forma nadando y en bici (objetivamente), pero era correr más de 10 minutos y morir en vida los 4 ó 5 días siguientes. Y no hablamos de típicas agujetas del primer mes de gimnasio, hablo de más de 6 meses con agujetas cada vez que corría. De hecho, mi progresión fue tan pequeña porque solo podía correr una vez por semana (que era lo que me duraban las agujetas )
Yo no recuerdo tener muchísimas agujetas con Body-pump, pero sí es cierto que cuando entré llevaba una buena temporada de clases colectivas y de sala. Fue gracioso porque hubo clases donde cargaba más peso que un monitor, que siempre me miraba con cara de superioridad al verme, y luego de gñe al ver cómo lo movía ágilmente. Y para mí fue un descubrimiento, porque era de los pocos chicos que entraban a esas clases y me ponía morao a ver culos y tetas repretás en lycra (siempre en última fila, eso yes). Ya estaba emparejado, pero esos dos años conocía a muchísimas tías (¡se me presentaban ellas!) y pude conocer a unas tantas, cosa que decliné.