Redacción - 12/08/2010
Luis Racionero
Guardiola encara una Supercopa en cuadro, gracias al mal hacer de Villar y todavía duda de si debe fichar o no. Hemos vendido al mejor 'stopper' de Europa y pensamos que es suficiente con las promesas de casa. La verdad es que en las dos últimas temporadas la irrupción de Busquets y Pedro ha sido espectacular, pero no siempre sonará la flauta. Además, los jóvenes del filial deben verse arropados por jugadores con experiencia y categoría internacional.
No fichar a Ozil me parecería una temeridad, no porque su puesto no esté cubierto, sino porque el
mercado ofrece lo que hay, y fichar a un pasador de perfil Laudrup con 22 años siempre es una buena inversión. Además, el jugador quiere venir y cuesta menos de quince millones de euros. Lo mismo sucede con el francés Capoué, un perfecto recambio para Touré Yaya que además no jugaría la Copa de África porque es francés, pero parece que ni Zubi ni Guardiola están por la labor.
Hasta el momento, Guardiola ha resultado un fenómeno; tan sólo ha tenido un par de errores tácticos en Milán que nos costaron la pasada Champions pero después de haberlo ganado todo en una temporada no se puede pedir más. Sin embargo, me preocupa que cierto endiosamiento pueda hacerle pensar que con jugadores del filial sea capaz de llegar a lo más alto, como le pasara a su maestro. Guardiola sabe mucho pero el fútbol actual requiere plantillas más amplias, dada la cantidad de partidos que se juegan, y al Barça siempre le van a plantear partidos duros, buscando su debilidad física. Por lo que yo ficharía a Ozil, que es una ganga y no tardaría en traer a un medio
potente de corte defensivo. Dos fichajes no pueden entorpecer la progresión de nadie y el Barça, pese a su maltrecha economía, puede permitírselo. Esperemos que los astros iluminen a Pep