FatalDeLoMio rebuznó:
Os lo juro. Con cada una de estas noticias me entra una depresión de caballo.
Este es el futuro que le espera al varón español medio?
Será posible que incluso en época de crisis galopante, una gggggorda en paro y sin titulación todavía siga exigiendo palacios?
Cuando acabará la humillación del hombre? Cuando despertarán de su letargo?
Sí, éste es el futuro que le espera al varón español medio en la situación de lorealismo enfermizo que viven actualmente las mujeres, aunque no valgan una mierda. Son capaces de coger a un hombre hecho y derecho y terminar por convertirlo en un pelele incapaz, sin voluntad y sin cordura, sencillamente con un gesto tan simple como racionarles el chocho y entregarlo a poquitos.
Sí; las gordas exigen tanto o más que las delgadas. De hecho, aunque usted quizás no lo vea, las guapas, delgadas, incluso las más macizas son las más inseguras y dependientes, porque no se fían para nada de su propia belleza (la vida les ha dado muchos palos en forma de tios que se las han follado y las han tirado luego como kleenex) y están siempre en un eterno dilema lleno de dudas sobre su "arrebatadora seducción". Los orcos de los que hablamos son mujeres sin miedo: no tienen nada que perder.
La humillación del hombre y su letargo acabarán el día que no dependamos de una mujer para satisfacer el deseo sexual. O sea, espérese ustec sentado, que se va a cansar. Si a día de hoy inventaran algo que hiciera desaparecer el deseo en el varón, la mujer caería en un estado de absoluto olvido donde no valdrían una mierda porque nadie las miraría a la cara, tanto más por cuanto entre ellas no se toleran, no se soportan y se odian.
Si los hombres nos despertásemos cada día con los huevos descargados, otro gallo nos cantaría, pero en cuanto vemos unas caderas contoneándose, unas tetas delante de la cara, un culo moviéndose, unos muslos con curvas o un escote profundo, perdemos la cordura y se nos acaba la lucidez. Busque usted algún método para evitar que dos tetas tiren más que dos carretas y saldremos del pozo en el que estamos...
Que stavroguin nos cuente y nos ilumine. Pregúntese usted como un señor curtido en mil aventuras en la vida cae fulminado, controlado y subyugado por 100 kilos de carne al peso, más feos que pegarle a un padre. Somos aún (y me temo que por mucho tiempo) biogenéticamente dependientes de nuestro pasado animal, de los harenes y de las hembras en celo. Mientras follar sea una pulsión prioritaria seguiremos alimentando orcos, gordas y seres nausebundos con tal de mojar en caliente.
Fíjese usted la frase que tanto circula por aquí y ya me contará:
ninguna mujer es fea por donde mea.
Moderador Incógnito rebuznó:
YA! VALE!! ERA GORDA!! PERO HOY AQUÍ NO HA PILLADO NI DIOS EXCEPTO JUAN!! ASÍ QUE... QUIÉN SE LO HA PASADO BIEN HOY???
Todo el mundo se quedó en silencio, reflexionando, dándose cuenta de que mi exposición podía ser el verdadero reflejo de la tarde, pero algo hizó que mi hipótesis se hundiera en el más profundo de los abismos. Juan se dió la vuelta llorando, empapado en lágrimas, y balbucea unas palabras con muy poquita fuerza (la que él tenía):
Yo no me lo he pasado bien...
Muy bien, sí, él dijo por vergüenza que no se lo había pasado bien, pero usted mismo confiesa que el único que pilló algo ese día fue él, el enclenque Juan.
Además, reflexione: después de años y años transcurridos desde que sucedió aquel episodio, usted sigue recordándolo. Usted sigue pensando que él pilló, que usted y sus amigos no tocaron teta ni culo y que, pese a que la tía era un puto orco, el único que magreó carne, que cogió tetas y que pudo anotar una muesca en el fúsil fue su amigo Juan.
Era un orco, nadie lo discute, pero era una mujer. Muchos aquí o allí hubieran dado un ojo o pagado dinero por poder hacer lo mismo, aunque fuera con esa chica que olía a excrementos de vaca, sudor y leche rancia y en la que cada lorza era más grande que su culo. Aquí todos somos exquisitos, muy sibaritas y dados a generar historias increibles de conquistas con tias buenas de nivel 10, pero más de uno y de dos ha lidiado en plazas peores con tal de meter y no son capaces de declararlo.