El placer de rechazar a una mujer - John Ashley petándolo

Perrino Chico rebuznó:
Vengo a echarte una mano.

No tendrías el pelo largo y la movida te pasó hace tres años en Salamanca, no?


Jeje, se agradece.

No, no fue mi caso. De hecho, ni siquiera he pisado tierras salmantinas en mi vida.

Puede haber mil historias detrás del impulso que les llevó a zorrear así, y eso es lo que os intenté explicar algún día. Nadie en este mundo es capaz de entender los trejemanejes de una mujer, qué pasa por su cabeza y cómo va a actuar bajo una situación de despecho, venga este despecho de dónde venga. Cualquiera de aquí puede tener historias más inverosímiles, que probablemente no tengan polvo por el medio, pero son igual o más de rebuscadas e imposibles de imaginar antes de que ocurran.
 
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