Clon Syntaxis
Novato de mierda
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- 9 Jul 2008
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Como todo adolescente mayor de dieciséis años en verano, he sido obligado por mis padres a encontrarme un trabajo en serio; desde hace unas cuantas vacaciones intento esquivar este momento, poniendo excusas como "tengo que estudiar en vacaciones para no perder conocimientos", "ya sabes que tengo Asperger y que me cuesta hablar con la gente, no pretenderás que salga de casa..." o "el gimnasio que te cuesta tanto dinero me consume todo el tiempo, ¿no querrás que lo deje, ahora que ya has pagado el mes entero?", etc. Pero esta vez, mis padres, cansados de mi sedentarismo y mis excusas de superdotado, me han dicho que mueva el culo, que empiece a aportar dinero a la familia o que me vaya a la puta calle. Ante esas dos alternativas, decidí encontrar incorporarme al mundo laboral, al menos hasta setiembre, cuando volveré a rodearme de libros y de profesores que me lamen el ojete por ser tan brillante.
Desde un primer momento, descarté trabajar de camarero. Hay que estar de pie todo el día, con prisas, agobiado por el calor y recibiendo órdenes de un jefe que no tiene el graduado escolar pero que se cree mejor que tú ganando 800€ al mes.
Un amigo de mi padre dijo que podía encontrarme un puesto en la construcción, pero me dan miedo los moros y los gitanos, así que decliné la oferta.
Finalmente, la vecina vieja que vive debajo de mi casa, me dijo que me pagaba por darle clases de apoyo a su nieto, que le habían caído unas cuantas y pretendía aprobar en setiembre. Era el trabajo perfecto: no había que salir de casa, no tenía que hablar con mucha gente, no requería esfuerzo físico y tendría la posibilidad de repasar cosas de cursos anteriores, que nunca viene mal.
Esta misma tarde, ha tocado el timbre el chaval en cuestión.
Cresta en el pelo, granos en la frente, camiseta Nike, zapatillas Total 90 y una cadena de oro colgando del cuello. Como Filimbi pero en pequeño.
Al ver las pintas de invertido que tenía, ya pude predecir que aquello no iba a acabar bien, pero mi suerte estaba echada ya.
Después de tomar asiento, le pregunto "Vale, ¿con qué asignatura empezamos?"
"Hoy empezamos con valenciano", me dice.
Hay que tener un severo retraso mental para pedirle a un uruguayo que te dé clases de apoyo de valenciano, pero afortunadamente para él, mi nivel en dicha lengua es superior al de muchos nativos.
"Quiero que me expliques ésto", me pide con una voz de maricón que me provoca náuseas.
Veo en el libro lo que me señala con el dedo y leo "diftongs, accentuació".
Es obvio que hay que ser mongolo para suspender cualquier asignatura en segundo de ESO, pero no saber las normas de formación de diptongos y acentuación teniendo más de 10 años me hace llorar sangre. Vuelvo a dirigir mi mirada al libro, y veo que, en un llamativo cuadro naranja y con letras en negrita, aparece la teoría que le permite resolver los ejercicios de separación en sílabas y de "coloca la tilde". Le digo que las normas están escritas en el libro, y le pregunto si las ha leído. Me dice que sí, pero que no las entiende.
Tomo aire y empiezo a explicarle toda la teoría, utilizando numerosos ejemplos, de forma diferente a como está en el libro, esperando que de esa manera pueda comprenderlo. Lo que recibo como respuesta es una cara de mermado mental mirándome con los ojos vacíos y la boca semiabierta. El mismo resultado obtengo al intentar ayudarle en los ejercicios de léxico, gramática, ortografía y literatura.
Me pregunto yo, ¿cómo puede alguien llegar a segundo año de secundaria sin tener ni puta idea de algo tan básico como la acentuación o la apostrofación (en el caso del valenciano)? ¿cómo es posible que una mente tan poco preparada para el ejercicio intelectual haya sido capaz de pasar las numerosas pruebas que debería haber superado para llegar a 2º? ¿Cómo se permite el estado juntar en una misma clase a este tipo de subhumanos que suponen un lastre para los estudiantes como yo, y a los adolescentes normales que pretendemos estudiar una carrera y no vivir debajo de un puente? Subnormales como el que he tenido esta tarde en casa se cuentan en decenas en el instituto actual; van a tocar los huevos, a interrumpir en clase, a posponer fechas de exámenes para "tener más tiempo para estudiar", aunque luego no estudien una mierda y jodan a los que se lo llevan preparando una semana antes.
Lo que se tendría que hacer es eliminar el sistema de repetición de cursos. Si suspenden más de tres asignaturas, se da por hecho que son inútiles y que no les gusta estudiar. En lugar de repetir curso, que los manden a una escuela militar durante un año entero para que vuelvan a apreciar el mundo estudiantil. Que los tengan un año entero cortando madera, haciendo vasos de plástico, pintando la fachada del cuartel o haciendo guardia en un barrio de gitanos, para que se vayan preparando para el futuro que les espera.
METERÍA A TODOS ESOS HIJOS DE PUTA EN UN JODIDO HORNO PARA QUE SE QUEMEN VIVOS MIENTRAS VEN COMO ME FOLLO A SUS HERMANAS.
Está claro que un problema tan grave en el aparato de educación del estado no aparece de un día para otro. Vosotros (la mayoría mayores de veinte), seguramente hayáis vivido el preludio de lo que yo estoy viviendo ahora. ¿Era tan grave en vuestra época? ¿Sabéis cómo han acabado viviendo los subnormales que teníais como compañeros de clase? ¿Al final hay justicia en el mundo o esos inútiles acaban triunfando? Necesito saberlo.
Desde un primer momento, descarté trabajar de camarero. Hay que estar de pie todo el día, con prisas, agobiado por el calor y recibiendo órdenes de un jefe que no tiene el graduado escolar pero que se cree mejor que tú ganando 800€ al mes.
Un amigo de mi padre dijo que podía encontrarme un puesto en la construcción, pero me dan miedo los moros y los gitanos, así que decliné la oferta.
Finalmente, la vecina vieja que vive debajo de mi casa, me dijo que me pagaba por darle clases de apoyo a su nieto, que le habían caído unas cuantas y pretendía aprobar en setiembre. Era el trabajo perfecto: no había que salir de casa, no tenía que hablar con mucha gente, no requería esfuerzo físico y tendría la posibilidad de repasar cosas de cursos anteriores, que nunca viene mal.
Esta misma tarde, ha tocado el timbre el chaval en cuestión.
Cresta en el pelo, granos en la frente, camiseta Nike, zapatillas Total 90 y una cadena de oro colgando del cuello. Como Filimbi pero en pequeño.
Al ver las pintas de invertido que tenía, ya pude predecir que aquello no iba a acabar bien, pero mi suerte estaba echada ya.
Después de tomar asiento, le pregunto "Vale, ¿con qué asignatura empezamos?"
"Hoy empezamos con valenciano", me dice.
Hay que tener un severo retraso mental para pedirle a un uruguayo que te dé clases de apoyo de valenciano, pero afortunadamente para él, mi nivel en dicha lengua es superior al de muchos nativos.
"Quiero que me expliques ésto", me pide con una voz de maricón que me provoca náuseas.
Veo en el libro lo que me señala con el dedo y leo "diftongs, accentuació".
Es obvio que hay que ser mongolo para suspender cualquier asignatura en segundo de ESO, pero no saber las normas de formación de diptongos y acentuación teniendo más de 10 años me hace llorar sangre. Vuelvo a dirigir mi mirada al libro, y veo que, en un llamativo cuadro naranja y con letras en negrita, aparece la teoría que le permite resolver los ejercicios de separación en sílabas y de "coloca la tilde". Le digo que las normas están escritas en el libro, y le pregunto si las ha leído. Me dice que sí, pero que no las entiende.
Tomo aire y empiezo a explicarle toda la teoría, utilizando numerosos ejemplos, de forma diferente a como está en el libro, esperando que de esa manera pueda comprenderlo. Lo que recibo como respuesta es una cara de mermado mental mirándome con los ojos vacíos y la boca semiabierta. El mismo resultado obtengo al intentar ayudarle en los ejercicios de léxico, gramática, ortografía y literatura.
Me pregunto yo, ¿cómo puede alguien llegar a segundo año de secundaria sin tener ni puta idea de algo tan básico como la acentuación o la apostrofación (en el caso del valenciano)? ¿cómo es posible que una mente tan poco preparada para el ejercicio intelectual haya sido capaz de pasar las numerosas pruebas que debería haber superado para llegar a 2º? ¿Cómo se permite el estado juntar en una misma clase a este tipo de subhumanos que suponen un lastre para los estudiantes como yo, y a los adolescentes normales que pretendemos estudiar una carrera y no vivir debajo de un puente? Subnormales como el que he tenido esta tarde en casa se cuentan en decenas en el instituto actual; van a tocar los huevos, a interrumpir en clase, a posponer fechas de exámenes para "tener más tiempo para estudiar", aunque luego no estudien una mierda y jodan a los que se lo llevan preparando una semana antes.
Lo que se tendría que hacer es eliminar el sistema de repetición de cursos. Si suspenden más de tres asignaturas, se da por hecho que son inútiles y que no les gusta estudiar. En lugar de repetir curso, que los manden a una escuela militar durante un año entero para que vuelvan a apreciar el mundo estudiantil. Que los tengan un año entero cortando madera, haciendo vasos de plástico, pintando la fachada del cuartel o haciendo guardia en un barrio de gitanos, para que se vayan preparando para el futuro que les espera.
METERÍA A TODOS ESOS HIJOS DE PUTA EN UN JODIDO HORNO PARA QUE SE QUEMEN VIVOS MIENTRAS VEN COMO ME FOLLO A SUS HERMANAS.
Está claro que un problema tan grave en el aparato de educación del estado no aparece de un día para otro. Vosotros (la mayoría mayores de veinte), seguramente hayáis vivido el preludio de lo que yo estoy viviendo ahora. ¿Era tan grave en vuestra época? ¿Sabéis cómo han acabado viviendo los subnormales que teníais como compañeros de clase? ¿Al final hay justicia en el mundo o esos inútiles acaban triunfando? Necesito saberlo.