La Time le declaró hombre del año en enero del 21.
Antes de pasar 18 meses, lo habían convertido en el nuevo Trump, el nuevo hombre al que odiar visceralmente.
Todas las redes sociales están censuradas y controladas por los wokes (Meta y Alphabet), y Twitter ya es totalmente libre.
Red Bird y sus homólogos extranjeros ya no pueden ponerse de acuerdo para tirar cuentas, ya no hay permaban por no ser políticamente correcto y, además, la opción de añadir contexto, reduce a polvo todos los bulos progres.
Este vídeo me hizo ver lo fácil que caen los veinteañeros ante cualquier propaganda y/o moda política, no tiene desperdicio: