No, si ya lo sé. Si eso está claro. Si ese discurso autorreferencial y autojustificativo me lo han contado mil veces. Pero sigo sin tragármelo. Es más fácil soltar ese rollo que utilizar lo que tienes entre las orejas para dominar lo que te pasa entre las piernas.
Mi ex novia era de esas, de las que se mostraban como títeres de su ciclo hormonal ("Es que cuando tengo la regla me pongo histérica" [curiosa etimología: Del latín hysterĭcus, y este del gr. ὑστερικός, relativo a la matriz, por algo será] "es que en esos días estoy más susceptible" y blablás de ese pelaje que ya todos conocemos.) Yo le dije que entendía muy bien que esas cosas afectasen y que hasta cierto punto influyesen en su trato hacia otros y en particular hacia mí. Pero sólo hasta cierto punto.
Muchas de vosotras dais pista a esa excusa, no le ponéis ni una sola traba a la regla y hacéis lo que se os ponga en el coño -nunca mejor dicho- sin esforzaros ni un poquito en controlar vuestra cabecita loca. Y no. No va de esto. ¿Que tienes la regla? Bien, algo te tiene que afectar, qué duda cabe. Pero antes que una mujer con la regla eres una mujer con cerebro -o eso me gusta pensar- y no puedes permitir que eso se adueñe de ti. No puedes permitir que te ordene que seas una gilipollas y menos aún con las personas que tienes cercanas.
Dejad de autojustificaros, dejad de tener esa excusa para vuestros comportamientos de una puta vez, que podéis controlarlos. Pero claro, eso requiere un esfuerzo, eso requiere que no os deis a vosotras mismas carta de libertad para molestar y dar por culo, y eso no mola. Ya está bien de excusas de "tengo la regla", coño. Ya está bien. Tú tienes la regla pero yo no te voy a permitir que por eso me toques las pelotas. Así se lo dije a mi ex novia, y también le dije que por ella misma controlara sus reacciones en esos momentos, que sí, que yo también sería especialmente delicado en "esos días", pero que pusiera de su parte en lugar de lavarse las manos.
Oigan, que funcionó. Que nunca más la regla afectó a su comportamiento más allá de lo meramente físico, y se acabaron los malos humos, los brotes de histeria. Porque a ella le dejó de valer esa excusa para hacer el gilipollas, y no se lo permitió.
Menos cuentos con la regla, eh, menos cuentos, y más usar la cabecita y decir que NO a las gilipolleces.