naxo
Muerto por dentro+
- Registro
- 3 Nov 2006
- Mensajes
- 46.146
- Reacciones
- 14.133
Le cojo prestada la expresión a @ilovegintonic para abrir este hilo, y es que me ha venido a la memoria una chica que conocí, amiga de una amiga.
La mujer en cuestión, muy simpática, mona y alegre, tenía su pareja estable, con la cual era muy feliz. La chica, no obstante, de vez en cuando tenía un desliz porque la carne es débil, y es por ello que se veía con otro tío. Bueno, la realidad es que en total se veía con cinco tíos más, además de su pareja.
Esta capacidad de organización podría sorprender, y de hecho sorprende, pues teniendo un novio no es fácil compaginar tu tiempo y tu vagina con otras 5 personas sin que alguno de ellos se entere o el chocho se comience a quedar como una suela de caucho. Sin embargo, la mochacha que protagoniza la historia lo tenía todo calculado y por eso guardaba en su coche 5 teléfonos de prepago, cada uno con un número diferente que tenía asignado a un amante diferente.
Cuando me lo contaban alucinaba, y por más que negaba que algo así pudiera ser cierto, la amiga que me lo decía me confirmaba que sí, que era tal cual y que nunca había tenido ningún problema, ni lío, ni siquiera sospecha. Evidentemente, no se veía con todos todas las semanas ni todos los días, pero sí con la frecuencia suficiente para tenerlos a todos calentitos.
De este hecho saqué dos conclusiones. La primera es que con un chomino por delante, la inteligencia del hombre decrece de forma proporcional a las posibilidades que tenga de percutirlo. La segunda, que siempre habrá una tía un poco más zorra que la última que conociste.
La mujer en cuestión, muy simpática, mona y alegre, tenía su pareja estable, con la cual era muy feliz. La chica, no obstante, de vez en cuando tenía un desliz porque la carne es débil, y es por ello que se veía con otro tío. Bueno, la realidad es que en total se veía con cinco tíos más, además de su pareja.
Esta capacidad de organización podría sorprender, y de hecho sorprende, pues teniendo un novio no es fácil compaginar tu tiempo y tu vagina con otras 5 personas sin que alguno de ellos se entere o el chocho se comience a quedar como una suela de caucho. Sin embargo, la mochacha que protagoniza la historia lo tenía todo calculado y por eso guardaba en su coche 5 teléfonos de prepago, cada uno con un número diferente que tenía asignado a un amante diferente.
Cuando me lo contaban alucinaba, y por más que negaba que algo así pudiera ser cierto, la amiga que me lo decía me confirmaba que sí, que era tal cual y que nunca había tenido ningún problema, ni lío, ni siquiera sospecha. Evidentemente, no se veía con todos todas las semanas ni todos los días, pero sí con la frecuencia suficiente para tenerlos a todos calentitos.
De este hecho saqué dos conclusiones. La primera es que con un chomino por delante, la inteligencia del hombre decrece de forma proporcional a las posibilidades que tenga de percutirlo. La segunda, que siempre habrá una tía un poco más zorra que la última que conociste.