Sheik Yerbouti
Frikazo
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LA EPIFANÍA ANTE LOS REYES MANCOS
La prueba ante la subnormalidad del 70% de la faz de la Tierra, reside aquí, en estas entidades de hipocresía llenas de contradicciones -sí, ni siquiera nombran el número de Magos en la asquerosa Biblia, y menos que tengan barba o que entre ellos se halle un niggra. Descontando que supuestamente sean sacerdotes zoroastristas- e interpretaciones astrológicas que hacen llorar a Carl Sagan.
Desde pequeñín les tenía cierta empatía, lo cual producía cierto odio y asco a Papá Noel; el gran globalizador de la Navidad que hacía EPIC FAILS a los 3 magos, les quitaba importancia y escupía sobre ellos. No sólo eso, era aprovechado por las sabandijas ricas subnormales con el síndrome de los huesos de cristal (como el ente parido por Isabel Genio) por el simple hecho de tener más presentes facciosos y hundir más en la miseria al mundo. Era odioso; por eso de que yo, tenía que rellenar los regalos de mis sobrinicos con un CD de villancicos del centro comercial Alcosto. Enternecedor. Eso sí, al final acabas odiando todo; hacernos creer que somos el alter-ego de Jesús es algo non grato. Y qué decir de cuando dabas por sabido la no-existencia de esas tres alimañas, eso era duro sin lugar a duda; el primer tramo para un niño que vive en el campo poniendo el arado a los 'machos'. Eran crueles para gente pobre. Un invento del diablo con cuchilla de doble filo. Me cago en la cristiandad y sus costumbres imperantes en España. Me cago dos veces, hijos de puta, dos.
Todo es odio. Como el que les tenía a los pobres que hacían clones de los 3 señores arribados de Persia . Muy perspicaz por mi parte. Cabe obviar que, luego, los incomprendidos como el 'Yo poético' de Kerouac éramos el hazmerreír; pues los amigos que hacía en el hospital (todos terminales) se lo creían con creces, y yo era símbolo de mofa y burla porque no habían hecho su aparición ante mí. En aquella época eso era de lo más 'cool', si no, eras un ser con un alto grado de denigrancia. Era una jodida anáfora cada año... ahora, me río contemplando sus tumbas. Soy un rencoroso. La epifanía ante los reyes magos hace que afloren estos sentimientos tan puros en mi persona. No pongo la televisión, ni la radio, ni salgo a la calle; me encierro. Nadie me echa de menos. Es lo puto mejor. Para algo reuní a toda mi familia en el comedor este mismo día hace 20 años; para acordarme de toda su estirpe de mujeres de agujeros anchos. Reconfortante...
No me amparéis, llamadme las lindeces que queráis, hoy, estoy áspero como una roca. Me dedicaré a tirar huevos por la ventana ante el paso de la cabalgata.
P.D.: por deferencia pido perdón por la coprolalia. Vaya por LOL.
La prueba ante la subnormalidad del 70% de la faz de la Tierra, reside aquí, en estas entidades de hipocresía llenas de contradicciones -sí, ni siquiera nombran el número de Magos en la asquerosa Biblia, y menos que tengan barba o que entre ellos se halle un niggra. Descontando que supuestamente sean sacerdotes zoroastristas- e interpretaciones astrológicas que hacen llorar a Carl Sagan.
Desde pequeñín les tenía cierta empatía, lo cual producía cierto odio y asco a Papá Noel; el gran globalizador de la Navidad que hacía EPIC FAILS a los 3 magos, les quitaba importancia y escupía sobre ellos. No sólo eso, era aprovechado por las sabandijas ricas subnormales con el síndrome de los huesos de cristal (como el ente parido por Isabel Genio) por el simple hecho de tener más presentes facciosos y hundir más en la miseria al mundo. Era odioso; por eso de que yo, tenía que rellenar los regalos de mis sobrinicos con un CD de villancicos del centro comercial Alcosto. Enternecedor. Eso sí, al final acabas odiando todo; hacernos creer que somos el alter-ego de Jesús es algo non grato. Y qué decir de cuando dabas por sabido la no-existencia de esas tres alimañas, eso era duro sin lugar a duda; el primer tramo para un niño que vive en el campo poniendo el arado a los 'machos'. Eran crueles para gente pobre. Un invento del diablo con cuchilla de doble filo. Me cago en la cristiandad y sus costumbres imperantes en España. Me cago dos veces, hijos de puta, dos.
No me amparéis, llamadme las lindeces que queráis, hoy, estoy áspero como una roca. Me dedicaré a tirar huevos por la ventana ante el paso de la cabalgata.
P.D.: por deferencia pido perdón por la coprolalia. Vaya por LOL.