Kaixer:
Le pego aquí un trocito de cierto artículo, escrito por no importa quién:
"¿por qué defienden el diálogo con los
asesinos que se pretenden soldados y no, por ejemplo, con los
uxoricidas, los parricidas, los pederastas o los pirómanos? ¿Qué
virtud reconocen a los que mataron a casi un millar de españoles para
considerarlos dignos de sentarse a una mesa de negociación?"
Y a continuación, otro fragmento de otro artículo escrito por este que suscribe en mi amado tablón telecablita:
Lo sano del diálogo y la madre que lo dió a luz. Esta caterva de bienintencionados intenta hacer de los muertos una nueva moneda de cambio, aprovechable por terroristas existentes y futuribles. Imaginen el chollo; conseguir ventajas políticas a las que de modo democrático no han podido acceder, recurriendo al viejo recurso de sacar buen brillo al trabuco. Un reclamo excelente para las formaciones minoritarias que no vendan una escoba en las urnas. Ahora matar, resultaría productivo.
Para los tontitos, explicaré con más detalle que tratar una serie de contraprestaciones políticas con una formación (en este caso criminal), que es notoriamente minoritaria en votos, al margen de la gran mayoría de electores del país, rompería de modo fulminante la línea democrática que se viene siguiende desde hace unos añitos. Sin mencionar, claro está, a la tremenda cantidad de muertos que se darían con la cabeza en la tapa de la tumba si intuyeran que los que con tanto cuidado les han ubicado un pedazo de plomo en el cerebelo, están sacando sus buenos beneficios por haberlos asesinado.
Saber allá, en el Valhalla, que uno se ha convertido en merita moneda de cambio, ha de ser feo. De cojones.
DR. CEREBÉLEZ