Panzerkorps
Forero del todo a cien
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- 4 Ene 2006
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Panzer, te equivocas, tanto Otto Frank como sus hijas fueron llevados a Auschwitz y no fue hasta más tarde cuando a las niñas se las trasladó a Bergen-Belsen que es donde murieron de tifus.
Perdón, creí entender que se preguntaba porque no habían sido gaseadas en Bergen-Belsen.
Sobre el porqué no se las eliminó al llegar a Auschwitz, la verdad es que no lo sé, pero es posible que se las considerase útiles para el trabajo, y se las mantuviese con vida. En principio, "sólo" eran eliminados los niños menores de 15 años, y creo recordar que al llegar Anna al campo ya tenía esa edad. Igualmente, en el complejo de campos de Auschwitz existian varias industrias relacionadas con la producción militar, que se aprovechaban de la mano de obra existente en el mismo. En concreto, había instalaciones de producción de explosivos y municiones, y al parecer las niñas y adolescentes eran consideradas útiles porque, al tener las manos más finas y pequeñas que la mayoría de adultos, les permitía manipular mejor los proyectiles pequeños que allí se producían (aunque evidentemente los adultos también servían para tales tareas), y puede que se las considerase útiles para tales menesteres. Debo reconocer que esto último es mera especulación, porque según tengo entendido Anna Frank creo que no fue empleada en esas tareas mientras estuvo en Auschwitz. Igual simplemente se las consideró útiles para el trabajo, y punto.
En todo caso, a finales de 1944 la actividad del campo de Auschwitz se había reducido, ya que el 7 de octubre de ese año, si no recuerdo mal, hubo una revuelta de los "Sonderkommandos" judíos, que causaron varios desperfectos en las instalaciones, y en noviembre, ante la cada vez mayor proximidad de las tropas soviéticas, Himmler dio órdenes de proceder a demoler los hornos, y luego todas las instalaciones del campo, incluyendo las cámaras de gas, antes de la llegada del Ejército Rojo en enero del 45, lo que puede también ayudar a explicar la falta de actividad exterminadora en los meses finales.
En todo caso, a parte del Diario de Ana Frank, hay otros testimonios literarios sobre el Holocausto, como los escritos de Primo Levi, que por cierto también estuvo en Auschwitz, y también pasó por la enfermería.