Yo me estuve follando por compromiso a mi ex sevillana durante la friolera de un año.
Por suerte para todos la veía solo un fin de semana al mes, quizá dos.
Yo la quería mucho y me daba pena todo. Me daba pena que ya no me pusiese, que me estorbase, que no quisiese ni ir a Sevilla ni que ella viniese aquí.
Como dice
@dakilla, lo primero fueron los besos. Dejé de darle morreos y ya eran todo piquitos castos de padres. Ella a veces me lo decía y a mí me daban asco sus babas.
Luego fue el follar. No me apetecía follármela. Cuando me la chupaba todavía mantenía el tipo, pero es que me daba hasta asco el olor de sus babas en mi polla.
Ella me preguntaba, acostumbrada como estaba a que yo tuviese ganas siempre y yo la daba excusas de lo más variopintas.
Ella se seguía portando muy bien conmigo y eso me hacía sentir aún peor.
Un día me vino y dijo que sinceramente, notaba que algo pasaba en la cama pero que entendía que la pasión se fuese y que estaba dispuesta a hacer sacrificios. Que si me aparecían tríos, tríos habría, que si me apetecía follarme a otra que me la follase, que ella estaba dispuesta a tragar sapos con tal de que siguiéramos juntos.
Esto consiguió el efecto contrario del que ella quería porque supuso la gota que colma a el vaso. Que ella, celosa de cojones, estuviese dispuesta a hacer esas cosas a mí me hacía sentir fatal.
Puse fin al tema y fue como el día de fin de examenes: una liberación absoluta.
También follé otras dos veces por compromiso. Una fue una chica que conocí en un bar, borracho como una cuba. Me lié con ella y tal y quedamos para que yo fuese el finde siguiente a su casa. Fui y allí ya, sobrio, pues no me gustó prácticamente nada. Tengo la sensación que si hubiera sido al revés ella no hubiera vacilado en echarme de su casa, pero a mí me daba cosa hacer eso, irme de allí diciendo a saber qué. Así que, pues eso, me la follé haciendo esfuerzos mentales tremendos para empalmarme. Ni besos, ni abrazos ni nada
Fue como la cópula de dos insectos.
Y la última fue con una de la universidad que iba a mi clase. Se me lanzó un día en mi casa, a la que había venido a hacer un trabajo, y yo pues eso, otra vez vergüenza de decir que no. Esta vez me desempalmaba cada poco y ella encima se cabreaba. Acabé comiendole el coño bajo terribles arcadas y cuando me dijo que se iba a correr metí la polla y zas zas, en dos acometidas se corrió y yo sobre su tripa.
Otra cópula de insectos.
Creo que expandió cierto rumor de que follaba mal.
Así me lo pagó, la puta