Saterdeinait:
Tambien conocido como "uan-nait", este patético personajillo de la farándula nocturna que se cree mierda y no llega ni a pedo, es mas feo que tres, pero no dudará en entrar a pibones con frases del tipo "hey, nena" u "hola guapa, ¿te conozco de algo no?", para continuar llenando su saca de calabazas. Tras estas patéticas escenas se lanzará a por lo que no se come ni el ácido (gordas, feas, gordas feas, granos de pus...) con el mismo resultado.
Ojo, no tiene problema en entrar a tías con novio, lo que le hace poseer un alto nivel de ostiabilidad.
Sumémosle a todo esto su penoso gusto, desde la vestimenta, hasta el peinado, pasando por el desodorante o la colonia y su estilo de baile mezcla de Chiquito de la Calzada enfarlopao con cani epiléptico.
Huelga decir que el saterdeinait acaba como pagafantas de la primera gárgola que le hace un mínimo de caso.
Morcón:
Lo que viene siendo un orco de Mordor, pero de sonido más contundente. Es la cúspide de la pirámide de la fealdad avarienta. Además suele ir de diva, sobre todo si le entra un saterdeinait.
Código Morsa:
Hablar en Código Morsa es comunicarse con la típica gordaca, autohumillándose y pagandole alguna que otra fanta cuando, a las seis de la mañana, aún no ha picado ninguna, diciéndole lo que ella quiere oír.
Es una técnica empleada por tristecs con tal de meterla en adobo a toda costa.
Publicoño:
Denominados también coños públicos, son los típicos putones de barrio, no hay nadie que no se las haya follado, pero ella van de dignas y se molestan si se les trata como a objetos. Una clase bastante variopinta, pues pueden ser desde yenis hasta pijas. Su media de edad va en vertiginoso descenso.
Hasta próximas entregas. Saludos.