Con el beneplácito de UBP, me digno a hacer aparición en este sacrosanto hilo, no más que para decir obviedades o impresiones, pero tengo que dejar mi marca y quedarme a gusto.
No puedo decir que este señor, Coppola, sea uno de mis favoritos, eso me es imposible en el cine, en la música y en cualquier arte; odio que me pregunten por mis ídolos y demás favoritismos, porque puede ser un no acabar y por supuesto, siempre, dejarse algo en el tintero y no poder expresarse el porqué de que cada uno sea uno de tus predilectos; resulta odioso y sólo sirve para jactarse y darse ínfulas. Digamos que cada cualidad intrínseca de cada autor, si es buena, suele ser única, es decir suele ir ligado. Por lo tanto, lo que quiero llegar a balbucear, es que cada uno tiene su estilo único, sus cosas buenas y malas y que por supuesto, nada es perfecto, no puedes elegir favorito, cada uno te deja una sensación, una nostalgia distinta, distintos sabores y distinto todo. A cada película, actor director, etc, se les AMA, del verbo AMAR; qué cojones es eso de elegir.
De lo que si estoy capacitado es de nombrarle, a F.F. Coppola como uno de los GRANDES, siempre a mi parecer.
Paso a comentar dos de sus películas.
EL PADRINO, SEGUNDA PARTE.
Me parece incluso mejor que la segunda -mira que llega a ser difícil-; arriesgada, densa, entretenida, con sus momentos míticos, con un Pacino imperpetrable, angustiado... De Niro, saliéndose, interpretando un papel de 'las mata callando', inteligente mientras anda por Little Italy -toma estética-, ascendiendo e, hijo de puta.
Me encanta el cine denso y lento; es un amor recíproco. Me encanta la combinación de las dos épocas en una misma 'familia'. Me encanta el desarrollo de Michael, donde Coppola se recrea haciéndonos ver como intenta salvar a la familia con la paradoja de destruirla. Y sin duda, me encanta el final, el apoteósico final -al igual que en la primera entrega-, donde se entreven 'casualidades' ligadas a las muertes de Pentangelli, Fredo y Roth, para más tarde ver a un Michael Corleone, inquieto y dubitativo, echando al memoria hacia atrás y, acordándose de que Fredo fue el único que le animó a enrolarse en el ejército. Lo mítico.
Cabe destacar y argüir, que de nuevo Rota pone una grata musiquilla que se une al conjunto de la película, al conjunto, como si fuera un bloque. Y por supuesto, como en casi todas las películas de Francis, se ve, que es un tío con clase, que sabe hacer cine, y sólo hay que ver la ambientación que le da a los films, los diálogos y bueno, en general todo, el bloque que hace de ellas, lo dicho.
APOCALYPSE NOW.
De nuevo el cine denso, el cine con pasión, con arrebato y frenesí, con sudor y sangre -incluso con un tifón de por medio-, la locura apoteósica del capitán Willard -con esa gran voz en off-, donde ya no sabe lo que es el bien o el mal, la ética de Coppola, el VIETNAM -literalmente, eso es VIETNAM-, la excelsa fotografía, las conejitas playboy -esperanzadoras, un oasis como dirían muchos-, más tarde el remanso francés amado por Willard, la locura de Kurtz apoderándose de todo dios, la hipocresía de la guerra, grandes interpretaciones -Martin Sheen convulsivo y poco a poco alienado; Marlon Brando, la perla final, sobreactuando pero saliéndose en su papel, magno-, gran música, la fotografía de Vittorio Storaro, el bloque que hace Coppola de las películas y, un largo etc. Coppola nos hace ver como Kurtz crea su mundo arcaico, a lo máximo, haciéndonos un guiño diciéndonos como 'ese mundo' -consecuencia de la guerra, llevándolo al súmmum de la vesania-, no es peor que la guerra en sí, es completamente igual, pero atemporal. Nos hace ver cómo Kurtz critica toda la hipocresía y el horror que oculta esta guerra. "La urgencia, la demencia, el regocijo, el horror, la sensualidad y el dilema moral de la guerra más surrealista y catastrófica de América"
Y esto, se palpa muy bien en la mítica escena del recodo francés -otro oasis para Willard-, el funeral, la cena, el cortejo y la pregunta retórica: "¿Por qué permanecemos aquí? Porque ello mantiene unida a nuestra familia. Luchamos para conservar lo que nos pertenece. Vosotros, los americanos lucháis por la nada más grande de la historia". Y la gran opinión de Coppola: "Esta secuencia capta un anhelo exótico, una búsqueda de ideales desaparecidos hace mucho tiempo y el declive de una forma de vida que presagia la locura de la experiencia americana en Vietnam. Estos personajes son fantasmas como los de Buñuel: personas que están atrapadas por su forma anticuada de pensar. Siempre me ha encantado esta escena porque es el momento en que los hombres del barco abandonan de verdad la civilización y retroceden en el tiempo”. Todo esto nos hace ver lo que una guerra 'tonta' hace, la locura de Kurtz y Willard que odian toda la soledad y la hipocresía del hombre. "Nunca abandones el bote".
ES VIETNAM Y EL HORROR, LLEVADO AL ARTE Y CARACTERIZADO POR COPPOLA, NO MÁS.
GRANDIOSA.
Otro día, Rumble Fish.