LA CULPA, ARMA DE GUERRA CULTURAL
En un grupo sectario que, por lo tanto, tiene mentalidad sectaria, el individuo está más fuertemente unido al grupo que en un grupo no sectario. La razón de esto está en que el grupo sectario vive parasitariamente a costa de un grupo mayor, y para hacerlo con éxito los individuos deben colaborar estrechamene entre sí, para lo cual es necesario restringir la libertad individual, esto es, el individualismo, subordinándolo a los intereses colectivos de grupo. Ejemplos claros de esto son los judíos, los gitanos o los chinos viviendo en el extranjero (en un barrio chino, conquistado).
Pero de los grupos sectarios, sólo los judíos pretenden, además de vivir separados de los demás, corromper la mentalidad del grupo huésped, para facilitar su parasitismo, y por eso son los peores. Veamos la perniciosa influencia ejercida en la mentalidad europea con tres ejemplos: Pecado original, castigar a los descendientes y justicia social. Con estos ejemplos voy a mostrar cómo la mentalidad de la culpa presente en el cristianismo y otras ideologías judaicas han servido para corromper (judaizar) la mentalidad europea.
Pecado original.
El cristianismo hereda del judaísmo la perniciosa mentalidad del pecado original, según la cual todo el que nace ya carga con un pecado sin beberlo ni comerlo, un pecado heredado de sus antepasados, y no de sus antepasados más próximos, como padres o abuelos, sino ni más ni menos que del supuesto hombre y mujer originales, Adán y Eva. Toma castaña.
Esta idea tiene su explicación en la mentalidad sectaria y parasitaria judaica, en la cual el individuo forma parte tan integrante del grupo que pierde su identidad, confundiéndose con la del grupo, hasta un punto en el que
las virtudes y los pecados son compartidos por todo el grupo. Esta mentalidad se filtra a través del cine sionista en películas en las que muestran "mentes colmenas" (como la película de los Borg de "Star Trek", y otras), y también en la ideología judaica del comunismo. Por eso, los nuevos individuos que nacen portan también tanto la "bendición" de pertenecer al grupo y sus favores, como sus culpas. En este caso, la culpa del pecado original, una culpa compartida, una culpa de grupo, colectiva.
Por lo tanto, cuando el cristianismo entró en Europa, judaizó la sana mentalidad europea en esta cuestión. El cristiano que crea y acepte el pecado original está judaizado.
Castigar a los descendientes.
Como he mencionado antes, en la mentalidad colectivista judaica el individuo porta las virtudes y las culpas de todo el grupo, y esta mentalidad la proyectan en los demás. Así, en la Biblia aparecen repetidas veces castigos contra alguien y contra sus descendientes, los cuales heredan las culpas de su antepasado.
Esto se filtra también en el cine sionista. Por ejemplo, en la película "Ben-Hur", realizada a mediados del siglo XX, se criminaliza y se calumnia al Imperio romano. Que se le criminalice podría explicarse en una mala interpretación de lo que el Imperio romano era, pero que se le calumnie muestra mala fé y odio, ¡20 siglos después de que los romanos invadieran Judea y destruyeran Jerusalén!. Ya que no pueden vengarse de los que les dominaron, lo hacen con sus descendientes.
El ejemplo más claro de esta mentalidad en la actualidad es el complejo de culpa por el holocausto. Sin entrar ahora a valorar si se produjo o no, la represión, censura y propaganda que rodea al fenómeno, su numerología cabalística, etc., lo cierto es que el que la población acepte la culpa de algo que supuestamente cometieron sus antepasados, y que esa culpa tenga todo el aspecto de seguir propagándose de generación en generación, (y que se haya extendido a toda la raza blanca, no sólo a los alemanes originales), es un claro ejemplo de judaización en el que la perniciosa mentalidad del castigo indefinido y eterno a los descendientes, así como la culpa colectiva, está presente.
Justicia social.
¿Cuál es el ámbito de aplicación de la justicia? ¿A nivel celular? No. ¿A nivel de órgano, tal como pulmón o corazón? No. ¿Nación? Tampoco. El ámbito de aplicación de la justicia, esto es, la unidad mínima sobre la cual aplicar justicia es el individuo. Los actos de justicia o injusticia se cometen sobre individuos. Las estafas, violaciones, asesinatos, etc., se cometen sobre individuos, y así el sistema judicial juzga a individuos, y los castiga o absuelve según los encuentre culpables o no.
La mentalidad progre de la justicia social según la cual está bien perjudicar a unos individuos de manera genérica en favor de otros (por ejemplo, discriminar a los hombres para que las mujeres ocupen en mayor cantidad ciertos empleos, o para que ocupen más puestos de gobierno, de manera forzada) proviene de ignorar que la justicia se aplica en un ámbito individual, aplicándola a un ámbito grupal. Así, el hombre carga, según esta mentalidad, con una supuesta culpa por el mero hecho de ser hombre (igual que el cristiano carga con el pecado original desde que nace). Es una culpa colectiva atribuida al género masculino, ejemplo claro de judaización basado en el marxismo cultural, que es la ideología social de acompañamiento al marxismo político. El marxismo cultural, originado en la Escuela de Frankfurt e inventado por judíos en Alemania poco antes de la ascensión al poder de Hitler fue inventado con la clara intención de culpabilizar a la raza blanca, y al hombre y a la civilización occidental, al servicio del supremacismo judío. Con el ejemplo de las discriminaciones feministas, vemos su utilidad para quitarle el poder al hombre blanco.